David Pobra
Traducción de Estela Villar
Pulp Books (Sello de Rinoceronte Editora), Cangas do
Morrazo, 2016, 130 páginas.
El sello editor Pulp Books acaba de editar
en español una novedosa propuesta narrativa publicada originalmente en gallego
en el año 2014, de la autoría de David Pobra, heterónimo del escritor y actor
David Pérez González (A Pobra do Caramiñal, A Coruña, 1981). En su formato de
novela breve, la propuesta de David Pobra inducirá al lector a interrogarse
acerca del estatuto narratológico de la posmodernidad, pues la construcción de Línea azul se vuelve metarrelato, es
decir, “un proceso de construcción de la misma novela” como subrayó el Acta del
jurado que le otorgó el Premio de Novela Corta “Cidade Centenaria de Riveira”
en el año 2013. Una tematización pues del mismo acto de escritura que, en los
últimos tiempos y con dispar fortuna, está abriendo las fronteras de la prosa
gallega y la acerca a la narrativa más vanguardista de nuestros días. Los
lectores de Línea azul se encuentran
por consiguiente con un ejercicio escritural que, en buena medida, se refiere a
sí mismo, como proceso de escritura. Narrativa pues que contesta la tradición
mimética del arte.
David Pobra inicia su propuesta narrativa
con una referencia a la línea azul del metro barcelonés, y con la presentación
del protagonista, un buen detective, casi un artista, un pseudo detective en mi
opinión. Y desmenuza las idas y vueltas de este investigador por la línea azul
del metro de la ciudad condal, con la meta puesta en su investigación
detectivesca que es sumamente curiosa, porque no tiene claro el objeto de su
caso, ni a quién debe perseguir. Así pues, un investigador sin crimen ni
criminal, pero con la voluntad de escribir el relato de su propia
investigación.
Un encuentro y un singular y prolongado
palique, marchoso y cachondo algunas veces, otras opresivo y repetitivo, con
una joven representante de un club reintegracionista y feminista que tiene su
sede en una plataforma abandonada del túnel del metro, empuja al relato hacia
la literatura, con interrogantes sobre el papel del narrador, el pacto
narrativo, la construcción de los personajes, debate sobre los género
literarios y otras digresiones propias de la narratología.
Un trabajo pseudo detectivesco mezclado con
numerosas reflexiones sobre las estructuras narrativas o la construcción de
personajes. Sutura pues de novela de intriga y reflexión metaliteraria, de tal
forma que la investigación funciona como la planificación de una obra
literaria. Es reseñable así mismo el hecho de que el autor se atisba a sí mismo
y como tal se asume, convertido en un personaje de su propia novela. Por eso
mismo Línea azul, especialmente en su
parte final, se convierte en un auténtico
diálogo metaliterario, hasta el punto de que, en el mismo texto, se
reconoce que explicar cómo se hace una novela, puede ser más un ensayo que una
pieza de ficción, y por supuesto, algo pretencioso.
Además la novela de David Pobra rompe fronteras
genéricas y puede ser leída como una novela detectivesca, como una novela
literaria e incluso como un relato de humor, comenzando por los mensajes de los
grafiti o los divertidos diálogos con la
feminista reintegracionista, un personaje
con gran capacidad oratoria bajo los efectos de los alucinógenos.
Novela sobre todo subversiva que combina voces narrativas: un narrador en
primera persona que, cuando se le ocurre,
lo hace en la tercera. Destacable así mismo la construcción de los
personajes que, en no pocas ocasiones, parecen abandonar la ficción y cobran
vida propia. Novela que nada tiene que ver con los discursos compactos,
cerrados y canónicos (presentación – nudo – desenlace) que ya no responden a
nuestra manera de percibir el mundo, cada día más fragmentado. El autor echa
mano del lenguaje usado en la calle,
sobre todo las jergas de la gente joven.
Una lengua siempre fresca y espontánea.
Mas, volviendo al tema de la condición
metaliteraria y vanguardista de la
novela, considero que no debemos olvidar que las vanguardias suelen ser las que
hacen avanzar, si bien es preciso asumirlas desde cierta reflexión. Desde mi
opinión subjetiva, el hecho determinante para
decantarnos por una pieza metaliteraria o para rechazarla, debería ser
la acuidad y el ingenio con los que el narrador lleva a término el relato con
un verdadero criterio novelesco. En caso contrario, como se señala en el mismo
Epílogo de la pieza, es un vicio, una cosa de culturetas. No obstante, Línea azul trae consigo la medicina
contra el exceso de secuencias digresivas de naturaleza metaliteraria que, en ciertos momentos, produce un cierto
cansancio y demanda lectores instruidos o dispuestos a beber en este subgénero.
Francisco
Martínez Bouzas
Fragmentos
“Ya
me han tocado las pelotas con la confusión del carajo, nunca mejor dicho. Yo
soy un hombre, pero que muy hombre; si no que se lo pregunten a las tres novias
que tuve. Bueno, dos, que la última resultó ser un «simpático»
con sobrenombre falso (peligro de Internet, le pasa a cualquiera). El problema
es que aquí están tan acostumbrados al vicio que piensan que todo el monte es
orégano. ¿Será por el peinado? Mira que le habré dicho a mamá que lo de la raya
al lado es de «modernos». En fin, otro sospechoso descartado, errare
humanum est. Hasta los mejores meten la
pata en alguna ocasión, forma parte del aprendizaje, lo importante es saber
levantarse y retomar la búsqueda. Necesito poción mágica, a ver si encuentro
algún garito decente por aquí cerca.”
…..
“-Se
acabo el cuento. Detective especial. Empieza a hablar ipso facto o…-dice manteniendo la placa frente a los
ojos de la chica, cuyo rostro cambia de la sorpresa a la hilaridad.
-¡Y
tan especial! ¡Ja, ja, ja! ¡Eres total! Con una placa más falsa que las de los
chinos. ¡Yo me parto, me parto, ja, ja, ja!
-¡Ya
está bien! No voy a consentir esta falta de respeto ni un segundo más. Te has
metido en una buena, le voy a dar cuenta de este antro a la policía y a ti te
llevarán por…por desorden público, y por, por… ¡Ya verás! -dice mientras guarda
la cartera.
-¡Tranquilo,
tío, tranquilo, caaaaaalma. Y de antro
nada, ¿eh? Que somos un club de leitura de los más escollidinho.
-
Club de lectura -repite como si nunca hubiese escuchado tal sintagma.
-Como
oyes. Para eso es este espacio. Para ser un poco más livres a través de nuestras leituras. Una especie de biblioteca pública, pero sin
subvenciones, y subterránea -responde con una sonrisa en los labios.
-Sí,
claro, la biblioteca nacional de las ratas -se apresura a apostillar el
detective-. ¿Tú me has visto cara de tonto o qué?
-Va
a ser mejor que no responda a eso. Que sí, tío, que no somos terroristas ni
nada parecido. Sólo un club de leitura, sin más. Bom, eso sí, de leitura
underground. ¿Un cafecinho?”.
…..
“- Ahí le has dado, ¿lo ves? El narrador
permanece fuera de juego cuando muestra esa profundidad, manejando referentes
que dejan mui atrás el arquetipo que
él podía controlar. No puede con el personaje que habla de obras metaliterarias
y demuestra que, en el fondo conhece
la mecánica del juego. Probrinho, se
ha quedado mudo, no estaba preparado para este tipo de jugadas.
-Déjate
de juegos. Ya veo dónde quieres ir a dar con el tema de La historia
interminable. Pretende hacerme creer que
eso es lo que pasa aquí conmigo, que he entrado en un mundo de fantasía y he
equivocado mi misión. Pero yo no soy un niño al que puedas enredar: lo único
ficticio aquí son vuestras alucinaciones literarias, y mi cometido es acabar
con ellas.
-Bom, tío, esto tampoco es que se asemeje muito al mundo de Fantasía, ¿o es que has visto trasgos
y dragones de la suerte?
-Qué
insinúas entonces? Ah, espera, ya sé: entonces la ficción soy yo, ¿no?
-dice con un brillo hamletiano en los
ojos-. Es decir, que no soy real y no tengo vida más allá de esta «situación»,
¿es eso? -pregunta por encima de sus posibilidades.
-A
mí no me mires, yo me limito a interpretar los hechos: sólo soy una leitora más -responde Antela, ahora sí, desde su
sitio, alzando las palmas de las manos y con los ojos muy abiertos.”
(David Pobra, Línea
azul, páginas 21, 62-63, 85)
ResponderEliminarRealmente bueno...
Gracias.Hoy nos presentas una novedad literaria que sale fuera del contexto rutinario, por lo que nos cuentas parece ser su mecha el lenguaje no habitual, sin embargo, parece no tener algo profundo que comunicar, no lo sé, habría que leerla. Gracias, excelente reseña, te dejo un gran abrazo.
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