jueves, 30 de diciembre de 2010

CALLEJERO HISTÓRICO DE COMPOSTELA

Compostela, una historia entretenida
Texto: Simón Vicente López
            Julio Prado Seijas
Ilustraciones: José Luis Serrano Silva
Sotelo Blanco Edicións, Santiago 2010, 180 páginas.

   Se clausura el Año Santo, finalizan los fastos religiosos y sociales que motivó el Xacobeo, pero Compostela sigue ahí. Su sinfonía de piedra y “auga penetrada por anxos de néboa” como cantó el poeta, continuará sonando durante muchos siglos, quizás eternamente. Y su música y la luz de la Torre encargada a Andrade – el faro de la ciudad – seguirá iluminando las noches compostelanas e indicando a peregrinos el punto de llegada. Para ellos y para los que tienen la dicha de ver en cada ocaso “a enloitada lúa  e as orfas estrelas”, han escrito Simón Vicente López y Julio Prado Seijas este Atlas Histórico de la ciudad, Compostela, una historia entretenida. Las ilustraciones, que no fotografías aunque su extremado verismo  casi las confunde, corrieron a cargo de José Luis Serrano Silva. Y Sotelo Blanco, con el apoyo del Consorcio de Santiago nos ofrece hoy esta joya bibliográfica de complejísima elaboración, porque se trató siempre de amalgamar texto e imagen dibujada. Y eso lo han logrado con creces los autores, el dibujante y los editores.
   La publicación, que no pretende ser un libro de historia, aunque no carezca de rigor histórico, nos hace presente, contándolo con estilo ameno y didáctico, el nacimiento y el posterior desarrollo de la urbe. Mil años de historia, desde los orígenes con anterioridad al descubrimiento de los restos del Apóstol hasta la celebración de la Exposición Regional de 1909. Rigor histórico escrupuloso, amenidad y magníficas ilustraciones se dan la mano a lo largo de cuarenta y cinco capítulos para descubrir las rutas que recorrió la ciudad durante su primer milenio, con la recreación de las diferentes fases de algunos de los edificios de mayor importancia. El menú en el que se despliega cada capítulo, hace que este libro sea de fácil manejo. Una publicación pues para ilustrar, deleitar y entretener a propios y extraños. Quizás el regalo más precioso que se puede llevar de la Ciudad de las Estrellas. Que el canto de una publicación de tanta calidad como esta, resuene en el “tambor de piedra” de la Ciudad Apostólica y a lo largo de los caminos y rutas del ancho mundo.



lunes, 20 de diciembre de 2010

EXÓTICOS DICTADORES*


Tres ataúdes blancos
Antonio Ungar
Editorial Anagrama, Barcelona 2010, 284 páginas.


   Lunes, 8 de noviembre de 2010, los canales de TV, los periódicos y blogs de medio mundo difundían la noticia: por primera vez un escritor colombiano, Antonio Ungar con su novela, Tres ataúdes blancos, gana uno de los más prestigiosos premios literarios independientes del mundo hispanoamericano, el Premio Herralde de Novela, instituido hace más de un cuarto de siglo por la Editorial Anagrama de Barcelona. Antonio Ungar, que estudió arquitectura en la Universidad Nacional, ejerció mil oficios – como si siguiese los pasos de Roberto Bolaño – pero, por fortuna para la narrativa, sólo le interesa escribir, “ser un especialista en decir mentiras”. Y tiene razón porque si algo es fabular, es sin duda crear una gran farsa, una catarata de invenciones. Sin embargo, y  a pesar de que el mismo autor define su novela como una farsa con un gran componente de humor negro y su acción se sitúa en un país imaginario, la República de Miranda – nombre sacado de la película El discreto encanto de la burguesía  de Luis Buñuel – y que así mismo confiesa que se inventa un país que no existe, pero muy similar a algunos del continente Latinoamericano, y un líder que podrá ser leído en clave chavista en Venezuela o en clave uribista en Colombia, el tenaz imperio de la realidad y todas las pistas que aparecen el texto, inclinan sin duda al lector a leer este thriller político pensando en Colombia. Y en un tiempo no muy alejado del presente, no obstante la prolepsis o salto de diez años hacia el futuro en el tiempo de la historia que los lectores hallarán en las páginas finales.
   Un thriller político entroncado con la novela de dictadores, un subgénero en el que es tan fecunda la tradición literaria latinoamericana. Pero novela de dictador con rasgos tan específicos que la hacen única y totalmente diferente: sátira, humor negro, ironía, asociados al horror extremo, no apto para todas las sensibilidades. La trama de Tres ataúdes blancos presenta, en breve síntesis, las vicisitudes de un ciudadano de a pié, absolutamente inocente respecto a lo que realmente se mueve en las esferas del poder, que se ve forzado a suplantar al asesinado líder de la oposición en la descabellada aventura de intentar acabar con el régimen totalitario de Miranda, gobernada desde hace varios lustros por el presidente Tomás del Pito, elevado al poder en sucesivas elecciones formalmente democráticas, fundador del pitismo, un régimen corrupto que sobrevive en base a la asociación con los principales narcotraficantes titulares, con sus testaferros y con sus Escuadrones de la Muerte. Y en lucha con guerrillas estalinistas desalmadas que reciben igualmente la feroz crítica del protagonista narrador. Una inevitable historia de amor, tamizada así mismo por la ironía, actúa de hilo conductor de la historia.
Antonio Ungar
   A medida que la novela cobra cuerpo, el thriller se convierte en un absurdo total porque tanto el poder dictatorial como sus compañeros de oposición, comprados por el pitismo, emprenden la caza del protagonista, que será finalmente eliminado. Pero antes, como imitador del líder muerto, dinamita a la dictadura simplemente con la reproducción caricaturesca de los lemas y discursos de este “capo di tutti i capi”, que por ejemplo defiende la tortura porque la considera esencial para la pervivencia del estado de derecho o que, en un ataque de misericordia, se ofrece a comprar a buen precio las tierras de las viudas y huérfanos con los que sus sicarios iban regando el país. Un dictador hasta tal punto carnavalizado y llevado al esperpento, que la caricatura lo convierte en un exótico ser angelical. Serán  otros, los paramilitares Escuadrones de la Muerte los que de forma vicaria actúen en su nombre sembrando el terror y la muerte entre los opositores y movimientos indígenas.
   Sátira, humor negro y una arquitectura narrativa aparentemente desordenada y convulsa para abordar la realidad ( en Colombia, confiesa el escritor, tras una matanza, esa misma tarde ya hay un chiste ) y que explota, en el desenlace del relato, con el horror y el espanto. En un espectáculo terrorífico aderezado con toda la brutalidad de una dictadura exótica, corrupta y sanguinaria. Vea el lector, si su sensibilidad lo resiste, el retrato de los “corrales” o “carnicerías” descritos por los líderes desmovilizados de los Escuadrones de la Muerte. Y una afirmación estremecedora que el autor pone en boca de la enamorada sobreviviente: “son y serán siempre  imposibles los relatos policíacos en la República de xxxxxxxxx También los vividos, porque en xxxxxxxxx nunca hay pruebas, nunca hay culpables, nunca se sabe quién hizo qué, por qué se mata o por qué se muere”
                                       
 *Enviado para su publicación en el periódico El País de Cali ( Colombia )

jueves, 16 de diciembre de 2010

El rostro de Gógol

El rostro de Gógol
Kjell Johansson
Nórdica Libros, Madrid 2010, 374 páginas
  
 En Nórdica Libros, una editora que debutó hace cuatro años en el mercado editorial español con el loable propósito de ser el sello de referencia en España de las literaturas de los países nórdicos europeos, acaba de aparecer, editado con todos los avances tecnológicos, pero sin menoscabo de los oficios tradicionales del editor, El rostro de Gógol del escritor sueco Kjell Johansson. El catálogo de Nórdica Libros se ha ido enriqueciendo a lo largo de estos años con autores clasicos y otros menos conocidos, pero que sobresalen igualmente por su calidad literaria: Torgny Lindgren, Knut Hamsum, Ingmar Bergman, Isac Dinesen, Henrik Ibsen, Johannes V. Jensen, Sjón, Kjell Espmark, entre otros.
   Kjell Johansson ( 1941 ), centró su interés como narrador en la literatura rusa y en 1989 publicó Gogols Ansikte, que Carmen Montes Cano traduce para Nórdica Libros con el título de El rostro de Gógol. El relato se hizo merecedor en su día del Gran Premio de Novela de Suecia ( 1989 ) y tuvo una excelente acogida entre el público lector sueco, así como en Francia, Alemania y Rusia, a cuyos idiomas fue traducido.
   El autor en un breve postfacio presenta El rostro de Gógol como la última novela de una trilogía sobre seres asustados y solos en la tierra de nadie que se extiende entre la realidad y la posibilidad. Y tal fue en efecto la vida de Nikolai Gógol ( 1809 – 1852 ), un ser dado a lo visionario y con inclinaciones a una religiosidad moralista, llevada hasta extremos patológicos. Sumido en conflictos psicológicos y espirituales, como el que le forzó a quemar el manuscrito de la segunda parte de Almas  muertas por el simple hecho de que los lectores y algún crítico celebraron la obra como crítica social. Gógol se asustó de tal interpretación y renegó de su obra. Al fallecer, su equilibrio mental había sucumbido ante los escrúpulos y el miedo al más allá.
   El mérito más reseñable de Kjell Johansson es el de haberse “apropiado” de la existencia de Gógol hasta el extremo de presentar su obra como una “autobiografía”, tan creíble que el lector tiene la sensación de estar escuchando el testimonio vital narrado por el propio personaje, desde la infancia, relatada con el lenguaje costumbrista, plagado de huellas líricas que reflejan el mundillo de la aldea, tan caro al escritor, hasta las angustias tortuosas de sus años adultos en los que gesta sus grandes obras en una situación anímica en la que se funde lo real con lo fantástico.
Kjell Johansson
   Es digno de ser destacado el esfuerzo de imitación y mímesis que, en el desarrollo de esta “autobiografía”, hace Kjell Johansson. Tenga la seguridad el lector de que al sumergirse en muchas de las páginas de El rostro de Gógol, tendrá la impresión de estar degustando literatura rusa del siglo XIX. Es así mismo reseñable que el texto de K. Johansson, a pesar del gran esfuerzo de documentación, no es historiografía sino una novela. Un auténtica novela, basada pues en la ficción, aunque se sirva de personajes y ambientes históricamente verificables. El narrador – esa es su obligación – injerta ficción en la realidad histórica de tal modo que, como en su día escribió Álvaro Pombo, aquella se convierte en un marcador semántico que transforma la historicidad de todo lo que se relata. Se anula la historia, es verdad, pero al mismo tiempo se la ilustra bellamente. He aquí pues la acción embellecedora de la literatura que los lectores hallarán en dosis abundantes en este presente editorial de Nórdica Libros.
                                                   
                                                                  

viernes, 10 de diciembre de 2010

Reconocimiento al mérito editorial para Jaume Vallcorba

( De Prensa Acantilado tomo la siguiente nota de prensa sobre  el homenaje que Jaume Vallcorba recibió el pasado  29 de Noviembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara ( México ).  Merecido reconocimiento a otro quijote de la edición independiente )
Jaume Vallcorba, editor de Acantilado y Quaderns Crema, recibió el pasado 29 de noviembre el Reconocimiento al Mérito Editorial, que otorga la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara (México) desde 1993, a la mejor labor de un editor, con la intención de destacar la visión y el oficio de esta figura fundamental en el mundo de la cultura. Desde su primera edición, algunos de los ganadores del premio han sido Beatriz de Moura (1999), Jorge Herralde (2002), Roberto Calasso (2004), Morgan Entrekin (2005), Inge Feltrinelli (2006), Christian Bourgois (2007), Manuel Borrás (2008) y Michael Krüger (2009).
El Presidente de la FIL, Raúl Padilla López, destacó la faceta de investigador del homenajeado, la nueva perspectiva que ha dado a la visión de las vanguardias literarias de principios del siglo XX e hizo especial hincapié en su amor por la tipografía: “Hace libros exquisitos identificados desde lejos, cuyo diseño le ha valido multitud de reconocimientos; procura que el trabajo tipográfico, visible en su resultado, haga sumergir al lector en lo que lee sin darse cuenta, como quien ve una película sin pensar en la pantalla”, dijo.
El escritor Rafael Argullol, a su vez, destacó de Vallcorba que “es un editor que es un erudito, pero es un erudito que es un profesor, es un profesor que también es un escritor, es un hombre con una capacidad y formación sobresaliente”, subrayó.
El discurso del editor español versó sobre la palabra y sus “poderes mágicos” y en el papel fundamental que los editores han desempeñado en la evolución de la cultura occidental.
Jaume Vallcorba indicó que históricamente, los editores han tenido un papel clave en la evolución de la cultura en Occidente: “Desde los escritorios medievales en los que se copiaban a mano los libros, hasta el mundo contemporáneo, la contribución de los editores a la evolución cultural ha sido determinante”, afirmó.

Sobre el poder de la palabra y de su vigencia en el siglo XXI aseveró: “Sin palabra, no hay existencia posible. Los nuevos libros van a proporcionar información directa sin la mediación de la palabra pero la palabra tiene una función creadora que no tiene ninguna imagen”.

También habló del rol que juegan los editores en un momento en que las nuevas tecnologías han entrado de lleno en el mundo del libro. “Hemos leído que hay quien pone en duda el papel del editor, hay quien dice que la mediación del editor se hace innecesaria con la llegada del Internet; el panorama es poco atractivo bajo esa visión, pero han surgido nuevas editoriales con propuestas arriesgadas y las universidades llenan sus cupos en talleres sobre edición”, defendió.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Premio Herralde de novela para el escritor colombiano Antonio Ungar



El día 8 de noviembre de 2010 un jurado compuesto por Salvador Clotas, Marcos Giralt Torrente, Luis Magrinyà, Vicente Molina Foix y el editor Jorge Herralde, proclamó como obra ganadora del XXVIII Premio Herralde de Novela, Tres ataúdes blancos del escritor colombiano Antonio Ungar. La foto recoge la entrega del Premio al autor latinoamericano


Anagrama, tres novedades editoriales

Saludamos con la misma satisfacción que el editor, a tres novedades de la programación de Anagrama en los meses de noviembre y diciembre de 2010. Tres libros que desde el pensamiento o la ficción, crean, como diría R. Barthes, la realidad con la palabra y justifican su existencia en cada línea. Ojalá que Anagrama y los pocos editores independientes que aún resisten los delirios megaempresariales, sigan dando acogida a aquellos pensadores y fabuladores que escriben para dar descanso al pecho melancólico. Miguel de Cervantes dixit.


Con Sunset Park retorna Paul Auster, uno de los escritores con más prestigio
internacional y con una amplia nómina de obras publicadas en Anagrama. Una novela que destaca por su vigor y actualidad y que volverá a seducir a sus múltiples fans. Porque Auster nos recuerda las cosas duraderas: el amor, el arte y la extraña sensación de estar vivos ( Donna Seaman, Booklist ).



Tres ataúdes blancos, obra ganadora del último Premio Herralde de Novela es una reconstrucción paródica de la novela de dictadores. Con la vestimenta de un thriller, un thriller bizarro, Antonio Ungar ofrece un texto abierto y polifónico que admite varias lecturas y demanda lectores activos que interpreten de forma
personal esta sátira feroz y a la vez esperpéntica de la política en América Latina.


Vuelve José Antonio Molina, un clásico de la colección "Argumentos" con  La cultura fracasada y un subtítulo igual de sugestivo: El talento y la estupidez de las sociedades, en la senda de sus numerosos libros, especialmente La inteligencia fracasada. Una vez más la agudez del ingenio y la claridad expositiva se dan cita en el ensayo de José Antonio Molina.

Editorial Anagrama, la independencia como lema

Libros, lectores, editoriales. He aquí tres pilares básicos, imprescindibles, no sólo para la existencia de la industria del libro, sino también para que siga viviendo  ese maravilloso producto de la mente humana, capaz de construir belleza con palabras. Inauguro hoy este Cuaderno de lectura y crítica literaria trayendo a escena al más olvidado , las editoriales. Y entre ellas homenajeo, como no podía ser de otra manera, a las editoriales independientes, esas que siguen resistiendo con más heroicidad que beneficios económicos, el imperialismo de los grandes consorcios, que no editan libros; los fabrican o venden como supermercados. Como símbolo y personificación de la edición independiente  en lengua española, traigo a la cita a Editorial Anagrama y a su timón, el último mohicano de la edición, Jorge Herralde  que defiende por encima de cualquier otro elemento, la calidad en la narrativa o en el ensayo. Abril de 1969, puesta en marcha de una editorial minúscula y unipersonal. Con la censura franquista acechando, Anagrama publicó 15 títulos en ese primer año, en tres colecciones, sin duda, ya míticas: "Argumentos", "Documentos" y "Textos". Títulos extraordinariamente  significativos como declaración de intenciones: indagar y reflejar las inquietudes y ebullición de aquellos tiempos. Al comienzo de la década de los 80, después de imponerse el mapa de la realidad política y el desencanto y fin de las esperanzas revolucionarias, la literatura cobra un papel  predominante y aparecen "Panorama de narrativas" ( 1981 ), dedicada a la literatura extranjera. En el día de hoy, la colección ha puesto en la calle más de 765 títulos. Son años de bonanza que permiten la puesta en marcha en 1983 de otro experimento, la colección: "Narrativas hispánicas". Sus títulos sobrepasan los 480 y en ambas colecciones, Jorge Herralde edita a aquellos autores a los que alguien ha llamado "escritores de culto".
Estos fueron y siguen siendo los caminos de un editor independiente, anómalo editor independiente, como gusta definirse. Más de cuarenta años trabajando de manera incansable e insumisa en el mundo de la edición, buscando siempre la excelencia literaria. Miles de libros en la calle. Todo un aval para que podamos considerar a Jorge Herralde el primer editor independiente en lengua española. Y a Anagrama, una garantía de la libertad de creación y expresión frente a la censura del mercado y los delirios macroempresariales del consumo rápido que nada arriesga, como el mismo editor escribía en octubre de 1996.