Marcel
Proust
Traducción
de Mauro Armiño
Ediciones
Cátedra, Madrid, 96 páginas
Días de lectura
Marcel
Proust
Traducción de Alicia Martorell y Nuria Petit Fontserè
Editorial
Taurus, Barcelona, 144 páginas.
“Dan fe de la autenticidad de la obra las
vocaciones que ha suscitado. Al liberar imágenes e impresiones que sin él
habría permanecido mucho tiempo en el abismo del subconsciente, Proust
suministró las claves de la memoria a numerosos discípulos que, a su vez,
creyeron ser capaces de descender al interior de sí mismos”. So palabras de
Ghislain de Diesbach, autor de una biografía de Marcel Proust que superó a la
ya mítica de Painter. Esa autenticidad de Proust se deja ver no solamente en
los volúmenes de las Recherches, sino
también en pequeñas piezas como estos dos textos que han sido traducidos
innumerables veces a múltiples idiomas. Y que, sin duda, seguirán siendo
traducidos y editados en las distintas lenguas, incluso en las minoritarias y
periféricas como el gallego.
Los dos pequeños volúmenes que nos ofrecen
Ediciones Cátedra y Editorial Taurus, nos brindan la oportunidad de acercarnos
a un ensayo breve y a un artículo de Proust: “Sobre la lectura” y “Días de
lectura”. El primero fue escrito como prefacio de la traducción que él mismo
había hecho de la obra de John Ruskin, Sesame
and lilies, en el año 1905. Marcel Proust había descubierto al esteta
inglés en el año 1897 y vio en el mismo al gran intermediario revelador de la
Belleza de las grandes obras de arte europeas. Y nada mejor para calar en el
pensamiento de un escritor que traducirlo. Y así lo hizo Proust, en una
elección no demasiado afortunada, con La
Biblia de Amiens identificándose plenamente con la concepción del arte que
tenía Ruskin. Años más tarde, regresa de nuevo a Ruskin y traduce Sesame
and lilies, una versión repleta de notas al margen y con este prólogo, Sobre la lectura que muestra lo mucho
que en pocos años maduró su pensamiento con relación a las ideas de Ruskin, que
ya no es el idolatrado maestro de otro tiempo. En concreto, en el prólogo al
libro del pensador inglés y referente durante años del pensamiento europeo,
cuestiona sus conceptos sobre la virtud y la utilidad de la lectura. Los
libros, según Proust, ocupan un lugar irremplazable, aunque limitado, en la
actividad creadora. A través de la lectura entramos en comunicación con
aquellos libros que nos influirán en la aprehensión de la verdad que cada
persona elige para llegar a conocerse a sí mismo.
Así pues, un preludio a los siete tomos de À la recherche du temps perdu. Proust
nos ofrece su experiencia con los libros cuando era niño en la casa de los
abuelos. Un niño que leía tanto y que tenía tal amistad con los libros que
llegaron a prohibirle abrir el libro que estaba leyendo mientras no finalizaran
las horas de juego. Una gozosa experiencia, una disciplina para alcanzar la
verdad y la belleza, si bien para Proust la lectura no es la verdad ni la
belleza en sí mismas, como afirmaba Ruskin.
Proust
empleas, en la descripción del proceso de lectura los mismos procedimientos y
artificios que en su obra novelística: el juego con el tiempo, la relación con
la memoria, los saltos temporales, la minuciosidad descriptiva, el clima finisecular.
Dias de lectura es un trabajo publicado
en el periódico Le Figaro en el año 1907,
junto con otros ensayos, así como los pasajes eliminados por la redacción del periódico
parisino. Se trata de ensayos muy inspirados En ellos se interroga Marcel Proust
sobre por qué leemos, Proust explora todos los placeres y padecimientos que
ofrecen los libros, y explica además la belleza de Ruskin y su obra y el goce
que supone perderse como niños en la literatura. A lo largo de la historia, algunos libros han
cambiado el mundo. Han transformado la manera en que nos vemos a nosotros
mismos y a los demás. Han inspirado el debate, la discordia, la guerra y la
revolución. Han iluminado, indignado, provocado y consolado. Han enriquecido
vidas, y también las han destruido. Pequeña
gran obra de uno de los más eximimos pensadores, pioneros, radicales y visionarios
cuyas ideas sacudieron la civilización y nos impulsaron a ser quienes somos.
Marcel Proust |
Fragmentos
“Podemos resumir la tesis de
Ruskin con bastante exactitud en estas palabras de Descartes: “la lectura de
todos los buenos libros es como una conversación con los hombres más ilustres
de otros siglos que fueron sus autores”…
“Tal vez me digáis, añade Ruskin,
que si preferís hablar con seres vivos es porque podéis verles el rostro,
etc.”, y refutando esta primera objeción, después una segunda, demuestra que la
lectura es precisamente una conversación con hombres mucho más sabios y más
interesantes que todos aquellos que podemos tener la ocasión de conocer en
torno nuestro”.
“Somos conscientes de que nuestra
sabiduría empieza donde la del autor termina, y quisiéramos que nos diera
respuestas cuando todo lo que puede hacer por nosotros es excitar nuestros
deseos. Y esos deseos, él no puede despertárnoslos más que haciéndonos
contemplar la suprema belleza que el último esfuerzo de su arte le ha permitido
alcanzar. Pero por una singular ley, providencial por añadidura, de la óptica
de la mente (ley que significa tal vez que no podemos recibir la verdad de
nadie y que debemos crearla nosotros mismos), aquello que es el término de su
sabiduría no se nos presenta más que como el comienzo de la nuestra, de manera
que cuando ya nos han dicho todo lo que podían decirnos surge en nosotros la
sospecha de que todavía no nos han dicho nada…”
…..
“Una vez leída la última página, el libro estaba acabado. Había que
frenar la loca carrera de los ojos y de la voz que los seguía en silencio,
deteniéndose únicamente para volver a tomar aliento con un profundo suspiro…
Entonces, ¿qué es lo que pasaba? Aquel libro, ¿no significaba nada más?
Aquellos seres a los que habíamos prestado más atención y ternura que a las
personas de carne y hueso, no atreviéndonos nunca a confesar hasta qué punto
los amábamos, e incluso cuando nuestros padres nos sorprendían leyendo y
parecían reírse de nuestra emoción, cerrando el libro con una indiferencia
afectada o un aburrimiento fingido; aquellas personas por las que habíamos
temblado de emoción y sollozado, no volveríamos a verlas, no volveríamos a
saber ya nada de ellas.”
…..
“Tal es el valor de la lectura y ésta es también su insuficiencia. Es conceder un papel demasiado grande, a lo que no es más que una iniciación, erigirla en disciplina”.
“La lectura se encuentra en el umbral de la vida espiritual; puede introducirnos en ella; pero no la constituye”…
“La risa, por naturaleza, no es nunca cruel; distingue al hombre del animal y es, como consta en La Odisea de Homero, poeta gracisco, el atributo de los dioses inmortales y bienaventurados que ríen olímpicamente hasta saciarse durante sus ocios eternos.” Esta frase me producía una auténtica embriaguez.”
(Marcel Proust, Sobre la lectura)