La
barcelonesa Editorial Minúscula nació hace dieciocho años, en 1999, aunque su
primera publicación apareció en el año 2000.Minúscula es uno de los sellos
editoriales independientes que han enriquecido el escenario cultural frente a
la voracidad de los megagrupos, a las tiranías del ultracapitalismo también en
el negocio de los libros. Creada y dirigida por Valeria Bergalli, inició su
catálogo centrándose en la literatura del siglo XX, especialmente en la
narrativa de tradición germánica e italiana. Y con el firme propósito de editar
determinados libros con pasión, entusiasmo y curiosidad intelectual.
Los primeros autores editados por Minúscula
fueron Marisa Madieri, Josph Roth, Klaus Mann e Irmgard Keun. Formaron parte de
un catálogo que se irá ampliando, con el paso de los años, con libros de otros
ambientes geográficos y temporales. Verde
agua de Marisa Madieri, con posfacio de Claudio Magris, explicita el
interés de esta editorial independiente por el imaginario urbano y el
imaginario cultural de los espacios, la cuestión de la identidad, el papel de
la frontera, el exilio o el peso de la infancia.
Tiene el mérito Valeria Bergalli de dar a
conocer la faceta como cronista de Joseph Roth, puesto que en España solamente
era conocido como autor de novelas. Además en Minúscula hay voluntad de no diferenciar
entre géneros, entre novela, ensayo y periodismo, lo cual casa perfectamente
con el momento de la narrativa actual en la que la novela se está haciendo cada
vez más autoficcional, más digresiva y ensayística.
Son seis las colecciones de Minúscula: “Alexanderplatz”,
“Paisajes narrados”, “Con vuelta de hoja”, “Tour de forcé”, “Microclimes”
(libros en catalán” y “Micra”. Es mi interés resaltar el acierto de esta última,
una colección en la que Minúscula edita textos breves pero muy singulares; y en
la que han visto luz pequeñas joyas narrativas como Jugaban con sapientes de Francisco Solano, Casa ajena de Silvio D’Arzo, El
libro de los bolsillos de Gonzalo Maeir u Obra muerta de José Luis de Juan. Las últimas incorporaciones al
catálogo de “Micra” son Te me moriste
del escritor portugués José Luís Peixoto y Quemaduras
de Dolores Prato. Sobre ellos y con una propósito meramente informativo adelanto
las respectivas presentaciones editoriales, con la intención de volver, en los próximos
días o semanas, con mi valoración personal.
Francisco
Martínez Bouzas
José Luís Peixoto
Traducción de Antonio Sáez Delgado
Editorial Minúscula, Barcelona, 2017, 57
páginas.
El libro:
«Hoy he
regresado a esta tierra ahora cruel. Nuestra tierra, padre. Y todo como si
continuase. Ante mí, las calles barridas, el sol ennegrecido de luz limpiando
las casas, blanqueando la cal; y el tiempo entristecido, el tiempo parado, el
tiempo entristecido y mucho más triste que cuando tus ojos, claros de niebla y
marejada lejana fresca, devoraban esta luz ahora cruel, cuando tus ojos
hablaban alto y el mundo no quería ser más que existir. Y, sin embargo, todo
como si continuase. El silencio fluvial, la vida cruel por ser vida. Como en el
hospital. Decía nunca te olvidaré, y hoy lo recuerdo.» Un libro extraordinario
de uno de los escritores actuales más sobresalientes.
El autor:
José Luís
Peixoto (Galveias, Portugal, 1974) es uno de los escritores portugueses más destacados.
Su obra, que incluye tanto narrativa como poesía, ha sido traducida a más de
veinte idiomas. Distinguido con numerosos premios, como el Prémio Oceanos, el
Premio Libro de Europa, el Prémio da Sociedade Portuguesa de Autores y el
Prémio Literario José Saramago, sus libros han sido finalistas a distintos
galardones internacionales como el Femina y el Impac Dublin. En castellano han
aparecido, además de Te me moriste, Nadie
nos mira, Una casa en la oscuridad, Cementerio de pianos, Libro, Dentro
del secreto, Galveias y En
tu vientre.
Dolores Prato
Traducción de César Palma
Posfaccio de Elena Frontaloni
Editorial Minúscula, Barcelona, 2017, 71 páginas.
El libro:
«Con
frecuencia se mencionaban ciertas “quemaduras” [...] que el “mundo” solía
causar a quien intimaba más de la cuenta con él. [...] No sé por qué, pero
cuando se hablaba de las quemaduras, las miradas y las voces solían dirigirse
más a mí, como si una inteligente e iluminada previsión avisara que yo estaba
más expuesta que las otras a esos percances.» Intenso y deslumbrante, Quemaduras condensa el riquísimo universo poético de Dolores Prato, una
escritora cuyo material primigenio fue siempre autobiográfico. Este relato no
exento de ironía sobre una adolescencia pasada entre los muros de un colegio de
monjas nos conduce, gracias a la poderosa mirada de Prato, a tiempos pasados en
los que personas y objetos adquieren una impresionante densidad mítica.
La autora:
Dolores
Prato (Roma 1892-Anzio 1983) creció en Treia, en la región italiana de las
Marcas. Aquí residió hasta 1912, instruida primero por sus tíos, a quienes su
madre la había confiado, y luego por las monjas salesianas. En 1918 obtuvo en
Roma el título de magisterio; opuesta al fascismo, hasta 1927 enseñó letras en
la escuela pública y posteriormente dio clases particulares. Una vez acabada la
Segunda Guerra Mundial, colabora con diferentes publicaciones, como Paese
Sera, y publica dos libros,Sangiocondo (1963) y Quemaduras (1967),
ambos autoeditados. En 1980, la editorial Einaudi publica una versión parcial
(que ella consideraba amputada) de la novela Giù la piazza non c’è nessuno; la edición íntegra no apareció hasta 1997.