Edgar Allan Poe
Introducción de
Thomas Ollive Mabbot
Penguin
Clásicos (sello de Penguin Random House Grupo Editorial), Barcelona, 2016, 1272
páginas.
La división en lengua hispana del megagrupo editorial Penguin Random
House, quizás el mayor grupo editor del mundo, y del que en la actualidad
forman parte cerca de treinta sellos editoriales, algunos tan conocidos como
Aguilar, Alfaguara, Sudamericana, Taurus o Grijalbo, edita en un solo volumen
los Cuentos completos de Edgar Allan
Poe, un total de setenta piezas de las cuales algunas estaban inéditas hasta
ahora en español. Una esclarecedora introducción con la firma de Thomas Ollive
Mabbot enriquece el volumen. Así mismo,
cada relato está precedido de una breve nota editorial que contextualiza el
texto. Completan el volumen los anexos con los prefacios que el propio autor compuso para Tales of the Folio ClubyTales of the
grotesque and Arabesque, y los escritos de su coetáneo y principal valedor
en Europa, Charles Baudelaire.
Edgar Allan Poe pertenece a la edad de oro de la literatura de Estados
Unidos, y para muchos estudiosos es, sin ninguna duda, el primer gran autor de
las Américas. En Europa fue muy leído y logró una gran relevancia, gracias
sobre todo a la resonancia que sus escritos encontrarían en Mallarmé y a las
traducciones, carentes de fidelidad que de sus cuentos hizo Baudelaire,
purgándolos del sabor arcaizante y retórico de su estilo. La obra de Poe,
verdadero palimpsesto de su vida, conjuga el curioso contraste de la frialdad
lógica de sus reflexiones con un fondo de misterio y terror. Y lo hace con tal
habilidad que mereció que Neruda hablase de las tinieblas matemáticas para
referirse a los escritos del escritor norteamericano menos americano de la
literatura estadounidense. A la vez, y tanto en la poesía como en la narrativa
de Poe, podemos observar una clara superación del Romanticismo, ya que deja en
un segundo plano las expresiones íntimas y los mensajes transcendentes para
fijar su atención en el funcionamiento interno de la escritura. Un preludio
pues del arte por el arte, de la objetividad literaria y de muchas otras líneas
y subgéneros de la narrativa contemporánea, entre ellos, el relato policiaco y
la ciencia ficción. En este sentido, se reconoce que Edgar Allan Poe llevó a
cabo lo que ningún otro escritor había logrado hasta entonces: liberar las
terribles imágenes ancladas en el subconsciente, para dejarlas caminar entre
páginas de sus cuentos. Abanderado de la novela gótica y precursor del relato
detectivesco y de la ciencia ficción, como acabo de expresar, sus historias
llevan el suspense, la tribulación y el desasosiego hasta una perfección nunca
alcanzada con anterioridad.
Fue Julio Cortázar quien ordenó los relatos de Poe en consonancia con el
interés de sus temas. “Sus mejores cuentos, escribe Cortazar, son los más
imaginativos e intensos; los peores, aquellos donde la habilidad no alcanza a
imponer un tema de por sí pobre o ajeno
a la cuerda del autor” En su traducción, Cortazar los agrupó en Cuentos de
terror, Sobrenaturales, Metafísicos, Analíticos, De anticipación y
retrospección, De paisaje y Grotescos y satíricos.
Resultaría imposible expresar en una sencilla reseña las sinopsis de las
setenta piezas que edita Penguin Clasicos. Me fijaré, por consiguiente en
algunos de los más conocidos. En primer lugar, en los llamados cuentos de
matrimonio, como “Berenice”, “Morella” o “El retrato oval”. En ellos Poe nos
acerca una especial descripción espiritual con las mujeres, ajena a toda
dimensión carnal, secuela posiblemente de la pérdida de la madre que el
escritor sufrió en la infancia, y de la influencia del dualismo platónico que
cristaliza en la aparición de personajes duplos, personificaciones del bien y
del mal. Hay así mismo cuentos representativos del terror psicológico como “El
barril de amontillado”. La confesión de un crimen premeditado en la que se
solapan narrador y asesino. Una técnica con la que el escritor pretende
conseguir que los lectores nos situemos en la piel del asesino y comprendamos
las razones que lo inducirán a cometer el crimen.
Edgar Allan Poe |
Hago referencia, por último, a los relatos que pueden ser catalogados como de raciocinio, la serie en la que sale a la escena el detective Dupin (“Los crímenes de la Calle Morgue”, “El misterio de Marie Roget” o “La carta robada”, entre otros). En todos ellos Allan Poe se convierte en un precursor del moderno género detectivesco.
En todas estas muestras y en
muchas otras del escritor bostoniano hallamos
las marcas de una escritura inconfundible: un estilo rebuscado, repleto
de retórica, de citas eruditas, de imágenes sorprendentes, asentadas en el
realismo y al mismo tiempo en el simbolismo y en una cierta concepción de la
moralidad, propia de la literatura gótica. Abundancia de personajes duplos y,
sobre todo, presencia viva de un terror psicológico que se presenta a través de la parte perversa que hay en cada
persona. Relatados por un narrador que nos presenta la historia en primera
persona. La estructura en espiral del relato es sin duda la arquitectura más apropiada
para un tipo de narración en la que la trama argumental es una confirmación de las
ideas filosóficas que están entre sus fundamentos. No obstante todas estas servidumbre
en una forma escritural hoy pasada de moda, los relatos llegan a los lectores de
nuestros días como narrativa bastante actual, porque muchas de las aportaciones
de Edgar Allan Poe forman parte de los logros más universales de la literatura norteamericana
y en la de todos los tiempos
Francisco Martínez Bouzas