La nostalgia de la Mujer Anfibio
Cristina Sánchez-Andrade
Editorial Angrama, Barcelona, 2022, 265 páginas.
Cristina Sánches-Andrade (Santiago de Compostela, 1968) es una narradora que escribe a trompicones como ella mismo confiesa, al tener que compaginar la escritura con sus clases en la universidad. Pero como la escritura tira de la escritura, ha publicado varias novelas, tales como Yo no piso la tierra tu rey, Las inviernas o Alguien bajo los párpados; o el libro de relatos El niño que comía lana. En varios de sus escritos se percibe una fuerte impronta gallega, con Valle Inclán y su esperpento, Cela y su tremendismo, y sobre todo Álvaro Cunqueiro, una de sus estrategias fundamentales: la oposición entre el mundo épico-mítico y el cotidiano, o dicho de otro modo, la reducción de lo mítico a lo cotidiano. En definitiva, la ilusión fabuladora pero sin despreciar los datos reales.
El argumento de la novela tiene como base real, el naufragio del vapor Santa Isabel en enero de 1921, a la entrada de la Ría de Arousa, a la altura de la isla de Sálvora. Sin embargo, ni el íncipit de la novela, ni la idea dominante tienen que ver directamente con este naufragio, sino con la anciana Lucha Amorodio, a punto de ser asesinada por su marido. El año del naufragio, entre los pocos habitantes de Sálvora vivía Lucha que creció trabajando, cavando percebes en los acantilados. El día que iba a casarse, la entonces joven Lucha vivió el naufragio, y con otras mujeres, mientras los hombres celebraban la llegada del año nuevo, se propuso salvar náufragos, lanzándose al mar con sus dornas. Si bien la gran incógnita de la novela es saber si realmente se dedicó a salvarlos, recibiendo por ellos condecoraciones, o se dedicó a cultivar un arrebato amoroso con un náufrago inglés.
La novela se estructura en dos partes. Narra en la primera la vicisitudes de Lucca: recuerda todo: ese frenesí amoroso y cómo su prometido real la mete debajo de un chorro de agua fría para lavar sus honra, manchada por la relación con el inglés, el diablo en una de sus formas de estar en el mundo. La abuela Lucha soñaba y filosofaba al mismo tiempo. Soñaba que la perdición de hombres y mujeres era el deseo. La abuela Lucha será madre de una niña con olor a algas, no se olvida de su náufrago inglés, y su marido Manuel solo encuentra hielo en ella. Su hija desaparece si bien al poco tiempo reaparece con una hija de nombre Cristal.
Cristina Sánchez-Andrade
La segunda tiene como idea dominante el olvido del naufragio y de lo que aconteció con el tesoro expoliado, olvido con el que los antiguos habitantes de Sálvora, ahora asentados en Oguiño, vivían muy bien. Esta segunda parte se centra sobre todo en la relaciones de Lucha y de su nieta Cristal, con presencia de múltiples personajes, entre ellos una meiga, una costurera que había representado a la falangista Pilar Primo de Rivera. Y sobre todo las ilusiones de Lucha con las supuestas cartas de su amante inglés.
La novela muestra que vivimos de forma paralela do vidas: una es la real, la que tenemos aquí, al alcance de la mano. La otra es la que pudo haber sido y cómo pervive en nosotros en forma de sueño, de imágenes e incluso de recuerdos. Cristina Sánchez-Andrade ancla con maestría ambas vidas, en una novela tan insólita como real.
Francisco Martínez Bouzas