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domingo, 1 de mayo de 2016

"LÍNEA AZUL": NOVELA SUBVERSIVA Y METALITERARIA



Línea azul

David Pobra

Traducción de Estela Villar

Pulp Books (Sello de Rinoceronte Editora), Cangas do Morrazo, 2016, 130 páginas.



   El sello editor Pulp Books acaba de editar en español una novedosa propuesta narrativa publicada originalmente en gallego en el año 2014, de la autoría de David Pobra, heterónimo del escritor y actor David Pérez González (A Pobra do Caramiñal, A Coruña, 1981). En su formato de novela breve, la propuesta de David Pobra inducirá al lector a interrogarse acerca del estatuto narratológico de la posmodernidad, pues la construcción de Línea azul se vuelve metarrelato, es decir, “un proceso de construcción de la misma novela” como subrayó el Acta del jurado que le otorgó el Premio de Novela Corta “Cidade Centenaria de Riveira” en el año 2013. Una tematización pues del mismo acto de escritura que, en los últimos tiempos y con dispar fortuna, está abriendo las fronteras de la prosa gallega y la acerca a la narrativa más vanguardista de nuestros días. Los lectores de Línea azul se encuentran por consiguiente con un ejercicio escritural que, en buena medida, se refiere a sí mismo, como proceso de escritura. Narrativa pues que contesta la tradición mimética del arte.

   David Pobra inicia su propuesta narrativa con una referencia a la línea azul del metro barcelonés, y con la presentación del protagonista, un buen detective, casi un artista, un pseudo detective en mi opinión. Y desmenuza las idas y vueltas de este investigador por la línea azul del metro de la ciudad condal, con la meta puesta en su investigación detectivesca que es sumamente curiosa, porque no tiene claro el objeto de su caso, ni a quién debe perseguir. Así pues, un investigador sin crimen ni criminal, pero con la voluntad de escribir el relato de su propia investigación.

   Un encuentro y un singular y prolongado palique, marchoso y cachondo algunas veces, otras opresivo y repetitivo, con una joven representante de un club reintegracionista y feminista que tiene su sede en una plataforma abandonada del túnel del metro, empuja al relato hacia la literatura, con interrogantes sobre el papel del narrador, el pacto narrativo, la construcción de los personajes, debate sobre los género literarios y otras digresiones propias de la narratología.

   Un trabajo pseudo detectivesco mezclado con numerosas reflexiones sobre las estructuras narrativas o la construcción de personajes. Sutura pues de novela de intriga y reflexión metaliteraria, de tal forma que la investigación funciona como la planificación de una obra literaria. Es reseñable así mismo el hecho de que el autor se atisba a sí mismo y como tal se asume, convertido en un personaje de su propia novela. Por eso mismo Línea azul, especialmente en su parte final, se convierte en un auténtico  diálogo metaliterario, hasta el punto de que, en el mismo texto, se reconoce que explicar cómo se hace una novela, puede ser más un ensayo que una pieza de ficción, y por supuesto, algo pretencioso.

   Además la novela de David Pobra rompe fronteras genéricas y puede ser leída como una novela detectivesca, como una novela literaria e incluso como un relato de humor, comenzando por los mensajes de los grafiti o los  divertidos diálogos con la feminista reintegracionista, un personaje  con gran capacidad oratoria bajo los efectos de los alucinógenos. Novela sobre todo subversiva que combina voces narrativas: un narrador en primera persona que, cuando se le ocurre,  lo hace en la tercera. Destacable así mismo la construcción de los personajes que, en no pocas ocasiones, parecen abandonar la ficción y cobran vida propia. Novela que nada tiene que ver con los discursos compactos, cerrados y canónicos (presentación – nudo – desenlace) que ya no responden a nuestra manera de percibir el mundo, cada día más fragmentado. El autor echa mano del lenguaje  usado en la calle, sobre todo las jergas  de la gente joven. Una lengua siempre fresca y espontánea.

   Mas, volviendo al tema de la condición metaliteraria y vanguardista  de la novela, considero que no debemos olvidar que las vanguardias suelen ser las que hacen avanzar, si bien es preciso asumirlas desde cierta reflexión. Desde mi opinión subjetiva, el hecho determinante para  decantarnos por una pieza metaliteraria o para rechazarla, debería ser la acuidad y el ingenio con los que el narrador lleva a término el relato con un verdadero criterio novelesco. En caso contrario, como se señala en el mismo Epílogo de la pieza, es un vicio, una cosa de culturetas. No obstante, Línea azul trae consigo la medicina contra el exceso de secuencias digresivas de naturaleza metaliteraria  que, en ciertos momentos, produce un cierto cansancio y demanda lectores instruidos o dispuestos a beber en este subgénero.



Francisco Martínez Bouzas


                                                      
David Pobra

Fragmentos



“Ya me han tocado las pelotas con la confusión del carajo, nunca mejor dicho. Yo soy un hombre, pero que muy hombre; si no que se lo pregunten a las tres novias que tuve. Bueno, dos, que la última resultó ser un «simpático» con sobrenombre falso (peligro de Internet, le pasa a cualquiera). El problema es que aquí están tan acostumbrados al vicio que piensan que todo el monte es orégano. ¿Será por el peinado? Mira que le habré dicho a mamá que lo de la raya al lado es de «modernos». En fin, otro sospechoso descartado, errare humanum est. Hasta los mejores meten la pata en alguna ocasión, forma parte del aprendizaje, lo importante es saber levantarse y retomar la búsqueda. Necesito poción mágica, a ver si encuentro algún garito decente por aquí cerca.”



…..



“-Se acabo el cuento. Detective especial. Empieza a hablar ipso facto o…-dice manteniendo la placa frente a los ojos de la chica, cuyo rostro cambia de la sorpresa a la hilaridad.

-¡Y tan especial! ¡Ja, ja, ja! ¡Eres total! Con una placa más falsa que las de los chinos. ¡Yo me parto, me parto, ja, ja, ja!

-¡Ya está bien! No voy a consentir esta falta de respeto ni un segundo más. Te has metido en una buena, le voy a dar cuenta de este antro a la policía y a ti te llevarán por…por desorden público, y por, por… ¡Ya verás! -dice mientras guarda la cartera.

-¡Tranquilo, tío, tranquilo, caaaaaalma. Y de antro  nada, ¿eh? Que somos un club de leitura de los más escollidinho.

- Club de lectura -repite como si nunca hubiese escuchado tal sintagma.

-Como oyes. Para eso es este espacio. Para ser un poco más livres a través de nuestras leituras. Una especie de biblioteca pública, pero sin subvenciones, y subterránea -responde con una sonrisa en los labios.

-Sí, claro, la biblioteca nacional de las ratas -se apresura a apostillar el detective-. ¿Tú me has visto cara de tonto o qué?

-Va a ser mejor que no responda a eso. Que sí, tío, que no somos terroristas ni nada parecido. Sólo un club de leitura, sin más. Bom, eso sí, de leitura underground. ¿Un cafecinho?”.



…..



- Ahí le has dado, ¿lo ves? El narrador permanece fuera de juego cuando muestra esa profundidad, manejando referentes que dejan mui atrás el arquetipo que él podía controlar. No puede con el personaje que habla de obras metaliterarias y demuestra que, en el fondo conhece la mecánica del juego. Probrinho, se ha quedado mudo, no estaba preparado para este tipo de jugadas.

-Déjate de juegos. Ya veo dónde quieres ir a dar con el tema de La historia interminable. Pretende hacerme creer que eso es lo que pasa aquí conmigo, que he entrado en un mundo de fantasía y he equivocado mi misión. Pero yo no soy un niño al que puedas enredar: lo único ficticio aquí son vuestras alucinaciones literarias, y mi cometido es acabar con ellas.

-Bom, tío, esto tampoco es que se asemeje muito al mundo de Fantasía, ¿o es que has visto trasgos y dragones de la suerte?

-Qué insinúas entonces? Ah, espera, ya sé: entonces la ficción soy yo, ¿no? -dice  con un brillo hamletiano en los ojos-. Es decir, que no soy real y no tengo vida más allá de esta «situación», ¿es eso? -pregunta por encima de sus posibilidades.

-A mí no me mires, yo me limito a interpretar los hechos: sólo soy una leitora más -responde Antela, ahora sí, desde su sitio, alzando las palmas de las manos y con los ojos muy abiertos.”



(David Pobra, Línea azul, páginas 21, 62-63, 85)

2 comentarios:

  1. Gracias.Hoy nos presentas una novedad literaria que sale fuera del contexto rutinario, por lo que nos cuentas parece ser su mecha el lenguaje no habitual, sin embargo, parece no tener algo profundo que comunicar, no lo sé, habría que leerla. Gracias, excelente reseña, te dejo un gran abrazo.

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