La novela de
Ferrara. Libro segundo
Giorgio Bassani
Traducción de Juan Antonio Méndez
Acantilado, Barcelona, 2015, 120 páginas
Se ha escrito que es obligatorio leer este
libro de Giorgio Bassani si se quiere tocar el alma. Una hiperbólica metáfora
que expresa, sin embargo, lo que es una obra maestra, Gli occhiali d’oro, el segundo volumen de una obra monumental, La novela de Ferrara; y que, una vez
iniciado, se lee con inmenso placer. Seis libros componen la novela de Ferrara. Libros
que Giorgio Bassani (Bolonia, 1916- Roma, 2000) publicó a lo largo de un amplio
período temporal que comprende buena parte de la primera mitad del siglo XX,
hasta el momento inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial. Una
época marcada por el surgimiento y consolidación del fascismo y sus luchas
contra los comunistas, y por las leyes raciales que la sensibilidad de un autor
judío percibe con dolor y retrata a través de las vivencias de sus personajes.
Aunque los seis libros que componen La
novela de Ferrara se yerguen como un impresionante mural del siglo XX en
Italia, cada uno de ellos tiene sentido en sí mismo y puede leerse por
separado. No solo El jardín de los
Finzi-Contini, sin duda la obra más conocida de Bassani, sino también Las gafas de oro, el segundo libro de La novela de Ferrara que, en traducción
de Juan Antonio Méndez, nos ofrece ahora Acantilado.
El cronotopo de Giorgio Bassani se limita a
la pequeña ciudad de Ferrara, y su literatura está transitada por la obsesión
del desajuste social, por la discriminación y los asedios que sufrieron los
judíos en los años en los que el fascismo, bajo las indicaciones de Hitler,
comenzó a perseguirlos. Todo eso lo asume Bassani a través de una escritura en
buena medida heredera del canon de finales del XIX e inicios del XX, marcada
por las atmósferas proustianas, alimentadas de reminiscencias. Es precisamente
eso lo que le aleja de las corrientes realistas y neorrealistas.
Con esas armas, construyó Bassani un gran fresco,
de tonalidad elegíaca, centrado en Ferrara, la primera ciudad moderna de
Europa, y en el que laten sentimientos encontrados de felicidad y de represión,
debidos al advenimiento del fascismo, sus leyes raciales y la repercusión de
ambos hechos en la conciencia social, y que arruinarán numerosas vidas como las
del protagonista de Las gafas de oro,
el médico Athos Fadigati, impelido al suicidio por su condición sexual.
Las
gafas de oro es, en efecto, una breve novela sobre un médico recatadamente
homosexual, instalado felizmente en Ferrara y que, debido a su práctica médica
como otorrino, había adquirido gran reputación. Con un ritmo plausible, Giorgio
Bassani va narrando la extrañeza de los ferrarenses por la soltería de Fadigati,
el surgimiento del rumor comentado y propalado a media voz (“¿Sabes qué? Me
parece a mí que el doctor Fadigati es…”, página 13); la sutil pero creciente
marginación, el hostigamiento y finalmente el cerco que conducen a un ser humano cuya condición
sexual no concuerda con la mayoritaria, a la extrema alteración psíquica y al
suicidio.
La historia está narrada por un joven
estudiante judío que sube al mismo tren, Ferrara-Bolonia, en el que, dos veces
por semana, comienza a viajar el doctor Fadigati. Entre los estudiantes que acuden
a la universidad, Fadigati conocerá a un muchacho muy atractivo, Eraldo
Deliliers, “un auténtico reyezuelo local” (página 42), consumado egoísta y
conquistador, que no duda en usar su belleza varonil para embrujar al doctor y,
a continuación, reírse de él, traicionarle y explotarle. Fadigati, condenado a
vivir en la soledad más absoluta y rodeado de la hostilidad general -también
por su condición de judío- se sentirá empujado a un trágico final.
Sobre el trasfondo de una pequeña ciudad
provinciana, Bassani mueve a los personajes de la novela, en la que el lector
se siente guiado desde las vivencias íntimas del yo narrador, mientras en torno
a los protagonistas se produce un cambio real de la Historia. Las tragedias
individuales se entrelazan con las históricas. En la novela, en efecto, se
establece un claro paralelismo entre el rechazo social de la homosexualidad y
el de los judíos.
La escritura de Giorgio Bassani es la de un
poeta que escribe prosa narrativa. Su estilo, aparentemente uniforme, se
despliega de una forma pulida, apoyándose en pormenores y elementos
costumbristas, en una notable capacidad de observación y en la maestría a la
hora de trazar perfiles psicológicos. En resumen, una prosa clara y
transparente para hacernos llegar al alma de un hombre doblemente marginado.
Francisco
Martínez Bouzas
Fragmentos
“De
manera que resulta comprensible que, hacia 1930, cuando Fadigati ya había
cumplido los cuarenta años, no pocos empezaran a pensar que le hacía falta
casarse lo antes posible. Lo susurraban sus pacientes entre las butacas que
estaban juntas, en las mismas salitas del consultorio de via Gorgadello,
mientras esperaban que el doctor, ajeno a todo, se asomase a la puertecilla
reservada para sus esporádicas apariciones y les invitase a pasar «por aquí».
A todo esto se referían más tarde, durante la cena, maridos y mujeres, cuidando
de que la prole, con la nariz en la sopa y las orejas alerta, no alcanzara a
descubrir de quién estaban hablando.”
…..
“Ay,
ese Deliliers -añadía luego, siempre de toldo a toldo, dirigiéndose en
particular a mi madre, pensando que estaba bajando la voz de modo que los «niños» no lograrían oírla, pero en realidad,
alzándola más que nunca-, ese Deliliers en el fondo no era más que un muchacho
viciado, un sinvergüenza al que el servicio militar, en su momento, acabaría
volviendo utilísimo. Por el contrario, el doctor Fadigati, no. A un señor de su
condición, de su edad, de ninguna manera se le podía excusar. ¿Qué él era «así»?
¡Pues vale, paciencia! Hasta ahora nadie se lo había reprochado. Pero venir a
exhibirse precisamente a Riccione, donde, desde luego, sabía perfectamente que
era conocido, venir a dar el espectáculo precisamente allí, cuando en Italia,
si se quiere, uno puede encontrar mil playas en las que no hay ningún peligro
de tropezarse con un solo ferrarés. ¡No, por favor! Sólo de un «cerdo» (y al
decirlo, la señora Lavezzoli lanzaba llamas de auténtica indignación a través
de sus grandes ojos azules de reina), sólo de un «viejo degenerado» podría
esperarse un comportamiento de ese tipo.”
…..
“Volví a mi
periódico.
De pronto, al
final de la página de la izquierda, frente a la de deportes, los ojos se me
fueron a un titular de tamaño medio. Decía:
CONOCIDO PROFESIONAL FERRARÉS
AHOGADO EN LAS AGUAS DEL PO
JUNTO AL PONTELAGOSCURO
Creo
que durante unos segundos, se me paró el corazón. Y es que no había comprendido
bien, que todavía no me había dado cuenta de todo.
Respiré
profundamente. Y entonces comprendí, sí, comprendí antes de comenzar a leer la media
columna que seguía bajo el titular, que no hablaba en absoluto de suicidio, por
supuesto, sino, de acuerdo con el espíritu de los tiempos, de desgracia (en aquellos
años a nadie le estaba permitido eliminarse, ni siquiera a los viejos deshonrados
y sin razón alguna para permaneces en el mundo…)
En
cualquier caso, no acabé de leerlo. Bajé los párpados. El corazón latía de nuevo.
Esperé a que Elisa, que había vuelto a aparecer por un instante, nos dejara otra
vez solos y luego, tranquilamente pero de inmediato, dije:
-El
doctor Fadigati ha muerto.”
(Giorgio Bassani, Las gafas de oro, páginas 11-12, 53, 120)
Un libro que promete, que a pesar de su tema social de antaño, el autor nos lleva por una narrativa excelente y sencilla, para entender este mundo tan lleno de prejuicios que se vivió en aquella época donde judíos fueron los que más lo sufrieron. Siempre un lujo leer tu brillante trabajo que nos guía a leer la mejor opción. Un abrazo y muchas gracias!!
ResponderEliminarGracias a tí, Araceli, por prestarle atención a mi comentario del libro de Giorgio Bassani, un autor poco conocido por el público, pero un gran escritor. Aunque a todos nos suena su novela "El jardín de los Finzi-Contini" que dio origen a la película homónima dirigida por Vittorio De Sica
ResponderEliminarGracias por ilustrarme, no lo sabía, así que ya me enriqueciste más, abrazos de luz!!
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