lunes, 18 de octubre de 2021

LAS CLAVES DEL ESPANTO DE LA GUERRA

Memoria de soldado

Alfredo Conde

Edhasa, Barcelona, 288 páginas.

 

  

 

   El servicio de novedades de la casa editora que publico en gallego la traducción de Memoria de soldado, incluye esta obra de Alfredo Conde en el “vizoso eido da novela simbólica”. La novela es justamente con Los otros días, la única obra del autor alaricano editada  únicamente en castellano, aunque con posterioridad fue traducida a otros idiomas, entre ellos al gallego. La novela, en efecto es una incursión del autor en el entorno del simbolismo, un fenómeno importante para entender muchas piezas narrativas de la modernidad. El simbolismo se presenta del siguiente modo: existe una verdad escondida a la que la trama narrativa intenta acercarse. No obstante, lo esencial de la novela simbólica reside en el hecho de que, además de su argumento concreto, ofrece ecos y repercusiones universales. Oscuros vaticinios y situaciones existenciales básicas. El paradigma moderno de la literatura simbólica lo encontramos sin duda en las obras de Kafka. Si bien sus orígenes se remontan a Apuleyo, y a Gracián, si nos fijamos  en periferias mucho más próximas a nosotros.

   Memoria de soldado es una buena novela simbólica, pero no porque encierre una gran verdad encubierta y de difícil localización, sino por los ecos universales de la misma. En efecto, esta obra literaria, de largo recorrido, dosifica desde su primer capítulo sus claves secretas: el espanto, el escalofrío infernal inseparable de cualquier guerra civil. El desenvolvimiento de la trama servirá para hacer que resuene con ecos universales.

   Desde la espesura del bosque, reino del equilibrio, un viejo evoca y recupera los recuerdos de los días en los que la guerra civil dividió  a su país en dos facciones irreconciliables: “Los nuestros” y “Los otros”. Obligado a incorporarse a filas, el protagonista-narrador comienza a relatarnos al detalle los días y meses en los que se convierte en un muñeco en manos del azar. Días ensañados que tienen lugar en un tiempo y en un espacio imprecisos -si bien el lector pensará de inmediato en la Guerra Civil española- y que el protagonista vive en su doble condición de homosexual y adicto a los bichos voladores.

   El relato de Alfredo Conde es una denuncia precisa y categórica del belicismo, del militarismo y del patriotismo esencialista, raíces de las desgracias y de las miserias de toda guerra civil. La guerra es hambre, miedo, incertezas, infinitas crueldades, cacerías humanas, cientos de cadáveres envueltos en sangre coagulada, el picor de la cadaverina, animalización… el espanto. Y también el desconcierto y el relativismo moral, el no saber dónde se encuentra lo bueno y dónde se sitúa lo malo, que se convierte en otro de los hilos ideológicos con los que Alfredo Conde trama su fabulación.

    

                                  

                                            Alfredo Conde

 En Memoria de  soldado, Alfredo Conde se mantiene fiel a ciertos aspectos de su producción precedente. Pero al mismo tiempo, nos sorprende con novedades que suponen una ruptura con relación a sus últimos libros precedentes. Es preciso recordar de forma especial el aparcamiento de las estructuras binarias con fundido de planos con las que el autor sutura lo que acontece en el pasado y lo que ocurre en el tiempo real. Memoria de soldado apuesta por una arquitectura lineal que nos permite una lectura muchos más fácil, y por una prosa mucho menos ramificada, mas sin renunciar a ningún lujo estilístico. Todo esto para vestir esta buena fabulación sobre los horrores y espantos de la guerra que le hace oídos sordos a los silbidos de los mirlos.

 

Francisco Martínez Bouzas

Brújulas y Espirales

 

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