La vida fácil de Bernard Madoff
Pedro Ramos
Editorial Trifolium, Iñás-Oleiros (A Coruña), 2014,
195 páginas
Aunque en España apenas se
produjo revuelo mediático, la estafa de Madoff está considerada como el mayor
fraude llevado a cabo por una sola persona. En efecto, Bernard Lawrence Madoff,
ex presidente del NASDAQ y presidente de una firma de inversiones, bautizada
con su nombre y que llegó a ser la más importante de Wall Street, fue detenido
a finales de 2008 por el FBI y acusado de un fraude de 50.000 millones de
dólares (se elevarían a 65.000 si se incluyen los intereses). La macroestafa
consistió en conseguir inversiones a cambio de suculentos beneficios que fueron
efectivos en los primeros tiempos, pero
con el paso de los años se hizo evidente que todo aquel imperio
monetario era un ruinoso sistema piramidal, una pirámide de humo, un fraude
según el esquema Ponzi, que lo
convirtió en la mayor estafa de la historia..
Mas la novela de Pedro Ramos, a pesar del subtítulo (La vida fácil de Bernard Madoff), no se centra en este personaje
estafador, sino en otra persona, en un millonario que ha perdido todos sus
ahorros en el fraude Madoff -¡un millonario estafado por otro millonario!- y
que opta por grabar un videoblog con sus opiniones y recuerdos. A partir de
aquí, en el momento en que el protagonista, versado en vender mentiras y que
termina probando su propia medicina, se encierra en su domicilio y comienza a
grabar el video, se inicia la novela.
¿Novela? Más que novela, lo que Pedro Ramos
escribe es un verdadero artefacto literario, un monólogo o (mono) diálogo, cuya
sinopsis nos ofrece el propio escritor de forma muy convincente en el apéndice
de agradecimientos: “(mono) diálogo de un tipo que lo tiene todo, excepto el
amor y decide grabar en un vídeo todo lo que piensa y primero ataca el sistema
y luego a las personas que lo forman, mientras cuenta cómo llegó hasta la
cumbre y cómo decidió irse a vivir a un pueblo, lejos de todo, cómo se enamoró
de ella y cómo fue abandonado, (…) de cómo llegó a convertirse en lo que es
gracias a la mentira, la estafa y al trabajo de los demás” (página 191-192).
El resultado es un libro híbrido, fruto, eso
sí, de un intenso proceso vital que genera también una peculiar y personal
historia en la que, aunque poco tiene que ver con la circunstancia de que el
protagonista haya sido timado por un grupo inversor, Madoff está siempre
presente en las reflexiones en las preguntas, la mayoría inquietantes y muy apropiadas
para reiterarlas en el actual estado de cosas. Madoff, en efecto, será
solamente un pretexto para que el autor relate lo que le interesa contarse a si
mismo, bucear en su propia identidad, en el sentido de su existencia.
El libro termina convertido en una
interesante amalgama de materiales diversos: el relato de ese contarse a si
mismo del protagonista, recuerdos, sensaciones, informes, denuncias sobre todo
de la discriminación a la que el Primer Mundo somete al Tercer Mundo, crítica
de la cleptocracia, de su impunidad, del sistema capitalista y de sus órganos
de control, de las especulaciones financieras, reflexiones ensayísticas sobre
la raza humana, sobre la forma absurda de cómo el umano (umanocuerpos /
umanocerebros) afronta la vida, persiguiendo a lo largo de la misma esa
felicidad que siempre posponemos para más tarde, de ese vivir para consumir, y
no solo objetos, sino también actividades, las múltiples actividades por
ejemplo con las que los padres atosigan a sus hijos para no ser menos o para fabricar
genios. Y junto a todo eso, cuestionamientos
que el protagonista hace sobre su propia identidad, sobre lo que sabe
hacer, para terminar reconociendo que solamente sabe utilizar sus manos para
hacer clic.
Pedro Ramos |
No es complaciente ni amena la versión que
Pedro Ramos nos ofrece del mundo actual. El desencanto que se va acelerando a
medida que avanzan las páginas de su artefacto, conjugado con buenas dosis de
irónico sarcasmo, nos ofrece una visión pesimista sobre el hacer humano, con
conclusiones muy tajantes pero seguramente certeras: universalidad de la
codicia; todos hubiéramos hecho lo mismo que Bernard Madoff; en el tiránico
determinismo del libre mercado, siempre ganas los mismo (los poderosos) y siempre pierden los mismos (los pobres, los
parias de este mundo)
Artefacto literario que se nutre así mismo de una notable y
oportuna intertextualidade. Textos con los que dialoga el protagonista o que le
sirven para confirmar sus ideas: pensadores, poetas, novelistas, la música de
nuestros días -no la amable y complaciente- le sirven al protagonistas para
fortalecer sus pensamientos o para hacer más visibles sus diatribas sobre la
situación actual del mundo, sus contradicciones e incoherencias. Libro pues que
sutura varios géneros y que, desde una visión escéptica, nos ofrece un retrato
bastante aproximado del mundo en el que vivimos. Un mundo cimentado en la farsa,
la codicia y en la mentira.
Francisco
Martínez Bouzas
Fragmentos
“Yo habría hecho lo mismo que Bernard
Madoff porque todos lo hacéis. Lo hacemos. De acuerdo, a Madoff se le fue la
mano, pero ¿quién no coge lo que está a su alcance, si está seguro de que no le
van a descubrir? ¿Y por qué no forzar la máquina, coger un poquito más, correr
riesgo? La diferencia entre Bernard Madoff y el resto es una cuestión de
escala. Seguro que conoces a alguien que utiliza el teléfono de la empresa para
sus llamadas particulares, alguien que se lleva material de la oficina a casa,
¿quién no se ha aprovechado de ser «amigo de» o ha rechazado un favor que
podría beneficiarle? Lo preocupante no es que exista un tal Bernard Madoff,
sino la cantidad de personas que habrían hecho lo mismo.”
…..
“Pero
lo que más me llama la atención es que personalidades como Carl Shapiro, amigo
y mentor de Madoff, Profesor de Economía en el departamento de Economía de la
University of California de Berkeley, autor del libro El dominio
de la información, llegase a invertir 250
millones de dólares y no se diera cuenta de nada; Gerald Breslauer, asesor
financiero de los famosos de Hollywood, uno de ellos, Steven Spielberg,
director de cine, millonario, inteligente, prototipo del American way of life,
creador de ET, también cayera en la tela de araña de Madoff; personalidades de
esta talla, los más ricos de cada país, en todo el mundo, no tenían suficiente
y querían más. Mucho más. Y con Bernard Madoff Securities era sencillo. Nadie
entendía cómo lo hacía, pero ¿a quién le importa el cómo si al final de año el
saldo es cada vez mayor? Y encima, Madoff no cobraba ninguna comisión por sus
gestiones. Según la media del sector, estaba renunciando a un 2% anual sobre el
patrimonio y el 20% de los resultados.
Nadie
sospechó nada.”
…..
“Nuestro
apetito se ha vuelto tan voraz que no sólo consumimos objetos, alimentos y
relaciones, también actividades. No podemos estar sin hacer nada, siempre
tenemos que estar haciendo algo, en gerundio, como el pie de una foto. Llenamos
nuestro tiempo libre con multitud de actividades que nos hacen ir corriendo de
un lado a otro. Tenemos que recoger al niño de kárate para llevarlo a inglés y
aprovechamos para ir a la piscina. El tiempo justo para volver a la puerta de
la academia, llevarle a casa, cenar, acostarle, leerle un cuento, que se duerma,
conectarme para revisar los correos
electrónicos no vaya ser qué… Mira la hora que es, casi las dos y media y
mañana me tengo que levantar a las siete, dar el desayuno al niño, llevarle al
colegio, evitar al padre de Jonathan que se enrolla como las persianas y, si
salgo cinco minutos después, me chupo el atasco de entrada y no puedo llegar
tarde porque tengo que revisar el informe antes de que me lo pidan.
Hay
algunos padres que pagarían lo que fuese por entregar al niño en la guardería,
cuando cumple tres años, y no tener que ir a recogerlo hasta que haya terminado
la universidad.”
(Pedro Ramos, Todo
es mentira, páginas 11-12, 49, 98-99)
El argumento es muy bueno....
ResponderEliminarSaludos
Muy interesante, amigo. Agradecido por tus aportes que lo actualizan y educan a uno. Un abrazo.
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