lunes, 19 de septiembre de 2022

LAS GUERRAS, EL GRAN NEGOCIO DE LA PAZ

En un lugar llamado guerra

Jordi Sierra i Fabra

La Galera y Editores Asociados, Barcelona, Buenos Aires, 190 páginas.

(Libros de siempre)

 

   

 

   Jordi Sierra i Fabra (Barcelona 1947) es un autor prolífico -fértil dice él- que ha derribado todos los records dentro de las literaturas hispanas. Si inició en la escritura a los ocho años. En 1972 edita su primera obra y hasta el día de hoy son incontables los títulos que componen su producción en todos los campos y géneros literarios. Desde la narrativa para adultos hasta la que va dirigida a un público infantil y juvenil. Desde la ciencia ficción a la novela negra, pasando por la poesía, el ensayo, libros sobre música, rock, guiones televisivos y cinematográficos…Un verdadero todoterreno de la escritura. Autor muy hábil e inclasificable que se ha hecho merecedor de  más de veinte grandes premio literario, entre ellos el IV Premio Abril de narrativa juvenil, una iniciativa de siete sellos editores de Asturias, Aragón, Cataluña, Euskadi, Galicia y Valencia, y que en el año 2002 recayó en la pieza que comento. El escritor barcelonés ha vendido más  de ocho millones de ejemplares, y fue el primer autor de literatura infantil y juvenil con una colección propia en España. Su producción supera con mucho a los tres autores españoles con obras más abundantes ( Pérez Galdós, Pío Baroja y Ramón J. Sender). Segundo datos del Ministerio de Educación es el octavo autor más leído en centros escolares, por delante de Camilo José Cela.

   Todo lo que antecede podría llevarnos a pensar que el antor de la trilogía sobre un lugar llamado Tierra o de la serie “Patrulla Galáctica 752” es una factoría impersonal de poner libros en el mercado, al margen de todo criterio de calidad. Para demostrar que esa es una imagen falsa es suficiente leer la novela que hoy presento. La prolijidad del escritor no es sinónimo pues de falta de calidad, sino de una obra cambiante, sólida y sugerente, en la que el escritor se sumerge de lleno en cuestiones y problemas de la sociedad y del mundo actual. Más que oportunista, Jordi Sierra tiene el sentido de la oportunidad. Y escribe siempre aguijonado  por su instinto visceral y por una profunda conciencia social que no se ajusta a la evasión, a los escapismos, ni al ethos de lo políticamente correcto. Y todo esto sin renunciar nunca a un elevado listón de exigencia formal.

   Una buena muestra de los productos literarios de este comunicador nato es En un lugar llamado guerra, un repaso sumamente crítico a la dinámica belicista de nuestro tiempo y de nuestro mundo. En efecto, la pieza ficcional de Jordi Sierra es una vibrante novela, reportaje sobre una guerra imaginaria que tiene lugar en una inexistente república ex soviética, pero que no solamente podría existir, sino  que de hecho es el espejo de las guerras que a diario se desatan en Asía Suroccidental por motivo de ese Santo Grial de la esperanza humana que es el petróleo.

   El punto de partida de la ficción es una semana espantosa por la que transcurre la vida del protagonista: lo casa su padre con una vecina mucho más joven que él, lo abandona la esposa porque, después de tres años, no estaba segura. Y el director del periódico para el que trabaja lo envía a Tudzbestán  a cubrir la guerra desatada entre la resistencia tuzbeca, la guerrilla paramilitar musulmana y los rusos. Ya en el terreno bélico, el relato describe la relación del inexperto corresponsal de guerra con un adolescente de doce años, su intérprete -lazarillo- y un amplio abanico de situaciones arriesgadas en las que participan los dos.

En un lugar llamado guerra es una novela sobre el valor profundo de la amistad, incluso en tiempos de guerra. En los conflictos, concluye el autor, los sentimientos son siempre más fuertes que en la paz.

   

                                          

                                           Jordi Sierra i Fabra

  

   Es al mismo tiempo un alegato sin eufemismos ni ambigüedades  contra la guerra y contra aquellos que cínicamente y desde un patriotismo barato, hablan  de víctimas razonables, el peaje para lograr sus repelentes propósitos. Las guerras seguían siendo el gran negocio de la paz. El precio, muy barato: miles de muertos. La recompensa, incalculable: todo el negocio de la reconstrucción.

   En un lugar llamado guerra es, dentro de la producción del autor, una novela de de personaje adulto. Narraciones en las que un adulto se siente vinculado a un adolescente que juega un papel importante en su vida, debido a algún compromiso ético, o por alguna causa familiar o profesional. Su hechura literaria no debe de ser subestimada porque el autor realiza un ejercicio minucioso de composición, con un perfecto dominio de las técnicas narrativas más variadas: el tiempo lento, el perspectivismo, el monólogo, el soliloquio, si bien es un narrador omnisciente que nos va desgranando la trama argumental, echando mano de un estilo directo, de una prosa viva y trasparente y de un ritmo periodístico.

 Francisco Martínez Bouzas

 

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