domingo, 3 de enero de 2021

LOS GUSTAVINO Y EL SUEÑO AMERICANO

Vida de Gustavino y Gustavino

Andrés Barba

Editorial Anagrama, Barcelona,2020, 102 páginas.

 

    

   En la literatura española no es frecuente  escribir y poder leer biografía literaria escrita en este país, al contrario de lo que acontece, pongamos por caso, en otros sistemas literarios como el anglosajón o el francés o en los latinoamericanos. Como rara excepción, lo hace Andrés Barba (Madrid, 1975). Un escritor con una amplia trayectoria literaria tanto en la narrativa como en el ensayo. En ambos géneros se ha hecho merecedor de importantes premios. Ahora se suma a la creatividad narrativa de maestros del género como De Quincey, Aubrey o Borges, con la biografía novelada de Rafael Gustavino y Rafael Gustavino i Expósito, dos arquitectos o maestros de obra que revolucionaron la construcción a base del ladrillo y la baldosa en Estados Unidos. Para alcanzar el éxito, Rafael Gustavino realizó sin cobrar la bóveda de la Biblioteca Pública de Boston. Mas a partir de entonces y de demostrar que su forma de construcción no se derrumbaba se hizo popular en el país americano.

   Andrés Barba escribe una biografía literaria sobre padre e  hijo, un subgénero, que, como quedó señalado, no se prodiga en España, quizás por nuestra traducción  moralista, en opinión del autor. Gustavino se forma como arquitecto o maestro de obra -era el lenguaje de la época- y en la Ciudad Condal logra su primera patente de bóveda tabicada. Además se casa con una prima y entabla relaciones con la burguesía. Tras su emigración a Estados Unidos, será el responsable de un millar de construcciones tabicadas en varias ciudades del país con un sistema ignífugo que causó furor en un país que había sido víctima de devastadores incendios.

   Andrés Barba no pone en el acento en las biografías del padre y del hijo. Le presta mucho más interés a lo que los circunda: Nueva York, una ciudad mugrienta, repleta de inmigrantes hambrientos. Pero todo eso le permite trazar el bosquejo de una existencia, eso sí, partiendo del miedo, algo, sin embargo, que no le impide trabajar a Gustavino padre como un coloso, hasta que cede el testigo al hijo que será el responsable de completar la obra del padre.

   El autor parte del hecho de que toda biografía es una ficción y el biógrafo un exégeta. Gustavino embarca en Marsella rumbo a Nueva York en febrero de 1881, sin hablar una palabra de inglés y tras cometer una estafa que le impediría su retorno. Elige Nueva York para llevar una arquitectura sin fuego. En Barcelona se había instruido  en el estudio de las artes constructivas, sobre todo en el sistema de la construcción tabicada, además de dejar preñada a una prima. El cerco de plomo asfixiante de Barcelona le impulsaba a marcharse, y con su hijo Rafael y una estafa de cuarenta mil dólares, se embarca para Nueva York, acompañado de su amante, Paulina Roig y las dos hijas de esta mujer.

   En Nueva York le cuesta adaptarse a cuestiones básicas del país, como que no hubiera vino o que la gente mascara tabaco, simples detalles que llenan de verosimilitud una vida. Y el maldito inglés, un problema que durará toda la vida, y que le humilla.

   Gustavino comprende que el país al que ha arribado no tiene arquitectura, solamente tiene construcciones miserables y mugrientas. Tas construir pequeñas obras, logra su primera patente para levantar edificios ignífugos. Solo él podrá construir bóvedas tabicadas en Estados Unidos. En marzo de 1889 le contratan en Boston para la futura biblioteca, construida con un sistema de bóvedas. Y agrupa sus proyectos en su propia empresa que cambiará la arquitectura de Norteamérica. En adelante, ciento de bóvedas serán levantadas así.

    

                                  

                                         Andrés Barba

    Con veinte años, el hijo Rafael comienza a superar al padre. Hasta la debacle de 1894 y la quiebra. Pero precisamente eso será el comienzo de Gustavino hijo y el inicio de la época dorada.. Hasta que llega la muerte que no se resigna a no comer y a no cenar. Y a finales de 1908, el destino se lleva a Gustavino padre. El texto de Andrés Barba se centra, a partir de este momento, en la vida del hijo, en Gustavino Jr. Que se hace cargo del negocio familiar.

   La biografía novelada de los Gustavino muestra que la carrera de la vida no la ganan los audaces sino los que  aún poseen recursos cuando los demás los han perdido. Ellos son los que hacen historia.

   La tonalidad con la que Andrés Barba estribe esta biografía ficcional suena con frecuencia a odisea. Un leguaje de alta calidad literaria configuran la prosa que intenta retratar desde una cierta fabulación al padre y al hijo, apenas conocidos en la ciudad de Nueva York que, sin embargo, les debe gran parte de los que es antes de que aparecieran los rascacielos.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

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