Nación vacuna
Fernanda García Lao
Editorial Candaya, Avinyonet del Penedès (Barcelona), 140 páginas.
No es poco ni baladí lo que se ha escrito sobre Fernanda García Lao, la narradora más rara y original de la actual literatura argentina. Una de las autoras argentinas con más proyección en la actualidad, según las Claves que ha confeccionado la editora Candaya sobre esta novela que es a la vez no pocas cosas. La autora cultiva la narrativa, relato corto incluido, sin desdeñar la novela erótica, la poesía y la dramaturgia.
El punto de partida de Nación vacuna es posapocalíptico y al mismo tiempo burlesco. Una nación, Argentina, ha ganado la guerra en las islas M (todos entendemos las Islas Malvinas), pero el territorio queda devastado. Y el enemigo además tuvo la astucia suficiente para emponzoñar las aguas, provocando así en la población una enfermedad mortal. Es entonces cuando al Junta Civil encarga a un funcionario, Jacinto Cifuentes, que reclute a un grupo de mujeres para llevar a cabo un gran servicio patriótico en esas Islas devastadas donde permanece un grupo de militares afectados por una rara enfermedad. Las mujeres seleccionadas serán utilizadas como vacunas, y a la vez como cuerpos para procrear de forma patriótica nuevos niños exentos de la dolencia. Serán tratadas como reses sin voluntad. Como animal vacuno, tendencia que se acrecienta a lo largo de la novela debido al comportamiento de los militares o autoridades y sus bajos instintos que en el sexo furtivo o mediante una transacción comercial, hallan un escape para su libido, frente a un poder que todo lo controla, sin excluir las relaciones afectivas de los ciudadanos. En la novela encontramos múltiples muestras y ejemplos de esta visión de las mujeres como cuerpos. Personas que utilizan sus encantos sexuales para ascender en la escala social.
Las mujeres salvadoras serán elegidas de forma disparatada, cuestionarios absurdos, protocolos sin sentido. Pero un falso patriotismo seduce a esas hembras-reses y son muchas las que se presentan. Ellas garantizarán el surgimiento de una nueva raza nacional.
La autora plantea en su relato una curiosa y burlesca ucrania perversa. ¿Qué hubiera acontecido si Argentina hubiera ganado la guerra de las islas M, pero el enemigo derrotado hubiera envenenado las aguas provocando en la población una enfermedad mortal? En las Islas sobrevive un grupo de soldados abandonados a su suerte por el Terceto Civil -se supone que no quedan militares de alto rango- que dirige el país. En la novela la autora nos presenta un mundo alterado que no corresponde con la realidad en algunos aspectos, o lo hace simbólicamente. La ucronía dejó de ser tal en la Guerra de las Malvinas: las mujeres argentinas no se ofrecieron para procrear otra raza pero, por falso patriotismo, donaron sus objetos de oro, supuestamente para los soldados. Nada recibieron, excepto la derrota y la muerte.
Sin embargo, la ucronía no tiene desperdicios precisamente por su absurdez y por estar narrada con grandes dosis de humor. Las seleccionadas en el proyecto vacuna viajan supuestamente a las Islas donde les esperan soldados sodomizados y sin hembras, lo cual no es un buen ejemplo para la patria. Ellas vivirán con los soldados supervivientes hasta quedar preñadas. De esas preñeces nacerán niños sanos porque ellas han sido vacunadas. Pero allí, en la inmensidad del Océano quedarán los héroes apestados, porque el bienestar general bien vale el sacrificio de unos pocos.
La historia está narrada por la voz de Jacinto Cifuentes y desde su perspectiva. Es vegetariano, pero había trabajado en la carnicería de su padre con reses desolladas y nauseabundas. Quizás por eso en la novela se resalta tanto la carne, los cuerpos de las mujeres seleccionadas para la misión patriótica. Prácticamente son utilizadas como reses empujadas al matadero. Jacinto asciende a funcionario de rango medio y a él le corresponde hacer la selección de las mujeres que deben de ser preñadas en M. Él es una pieza más en el engranaje orquestado por la Junta.
Fernanda Garcia Lao
Desde una escritura realista la autora erige un cuadro a la vez inquietante y rebosante de humor, ironía y dislate, en el que reconocemos momentos cruciales de la historia reciente de Argentina. Además de incidir en temas como la violencia social sobre las mujeres que son tratadas como ganado. De ellas, lo reitero, interesa su cuerpo, que sean aptas para parir prostituyéndose en nombre y honor de la patria. Cosificación patriótica. Vaginas salvadoras, que no tienen nombre; son números.
La trama es u verdadero despropósito, pero el lector ansía saber cómo terminará. En el diseño de los que mandan la novela es una ucronía. Un no lugar. Está basada en hechos posibles pero que jamás sucedieron. Así pues, una falsa ucronía, o simplemente una ucronía porque ninguna por definición tuvo lugar. Con elementos distópicos, indeseables, deshumanizadores. Las mujeres parten hacia M sin derecho a retornar porque no se puede contradecir al pueblo. Todo es una farsa, pero la sabiduría de la naturaleza o de la autora hará que las mujeres y la embarazadas de la Nación Vacuna pongan fin a una farsa con otra. Habrá bebé patrio pero será un engaño.
Fernanda García Lao cincela su prosa de una forma incisiva. Secuencias muy breves, pero cortantes, secas, brutales, descarnadas para acrecentar ante los ojos lectores la brutalidad del proyecto de una prostitución patriótica.
Francisco Martínez Bouzas
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