viernes, 10 de febrero de 2023

NOVELA DE TRAMA MÉDICA, SÓRDIDA Y CRIMINAL

El sótano

Begoña Huertas

Ilustración e imágenes del interior de Begoña Huertas

Editorial Anagrama, Barcelona, 2023, 119 páginas.

 

  

 

 

 

    Este libro extraordinario sobre lo inevitable, como escribe Belén Gopegui, lo compuso y articuló su autora Begoña Huertas (Gijón 1965-2022) quizás como despedida, y para nosotros, sus lectores, como lamentable huida. A la autora ni siquiera le fue concedido el legítimo orgullo de verlo expuesto en las estanterías de las librerías, porque falleció en noviembre de 2022 y su novela llegó a las librerías el 11 de enero del presente año.

   El sótano se asemeja a una premonición que refleja el delicado estado de salud de la autora  y quizás su previsible y cercano final. Como parte de su testamento, sus relatos de A tragos,  el libro El desconcierto y especialmente su novela Por eso envejecemos tan deprisa.

    Apostaría a que su estado de salud quedó reflejado en El sótano, en el ambiente que se origina a partir de un grupo que se concentra en un sanatorio para recuperarse de sus dolencias. Y también por la tonalidad de la que se sirve la autora y que nos señala que se le acaba el aliento, que la fuerza no es suficiente para largas conclusiones. Por algo leemos en la novela: “Solo sé que a veces el peor enemigo no es el dolor, sino el cansancio”. Fue la propia autora quien definió las fronteras de la novela: “de trama médica, sórdida y criminal”. Por eso mismo, una pieza narrativa anómala y que sin embargo  a muchos lectores les podrá fascinar.

   Ya desde la primera página la novela nos interna e un hospital o consultorio médico. Una doctora muestra fotografías de distintas dolencias: cáncer testicular, cirrosis hepática. Y la narradora no escapa a esta observación médica. Tras ella está su historial clínico custodiado e un hospital de lujo, dotado, al menos en teoría, para restaurar cuerpos. Allí conoce a varios pacientes; el primero de ellos Rubén y su grupo que se retroalimentan cada vez que se encuentran. Se integra en el grupo, y tiene la impresión de volver a casa. Ninguno, sin embargo, aludía a sus enfermedades (…) “los detalles del dolor eran siempre mencionados como piezas aisladas que no formaban parte del ser humano”.

   A la protagonista nada le importa. “Disfrutaba de la tranquilidad de los muertos”. Pero estaba allí y formaba parte de ese grupo y se siente sin fuerzas. Un cansancio no solo de la carne, sino del espíritu. A pesar del tratamiento, sus fuerzas no afloran. Y ante el destino, apretaba los dientes y llega a creer que la enfermedad era su pereza. Mientras iba a la deriva del deseo de los demás, todo va bien, mas cuando la dinámica del grupo exige que sus integrantes elijan entre soledad o tiranía, la protagonista se siente como una nebulosa repartida entre los que la rodean, en una lejanía triste, un yo difuminado. Hasta el punto que concibe el vacío del ser, el no ser como un alivio.

   

                                        

                                           Begoña Huertas

 

    Llega un momento en que, desaparecido el andamiaje médico, se  pregunta qué hace allí. Son las negras ondas del letargo. Recibe toda clase de  medicamentos, células madre incluidas,, pero se siente cada día más débil. Y percibe que su interior es el responsable de su estado, que estar enfermo es lo mismo que estar en pecado.

   Una novela intimista, sin desenlace que recorre el camino de una enfermedad incurable, relatada en primera persona con un sinceridad asombrosa. Y en momentos trágicos como son los de la hospitalización, sabiendo que no habrá curación, que vendrá el fin y se acabará todo. Abundante metaliteratura, siempre oportuna que contribuye a tomar conciencia de lo que es, en palabras de la autora una novela de trama médica, sórdida y criminal.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

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