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miércoles, 10 de julio de 2019

ERÓTICA EN LA PRIMERA NOVELA DE FRANCISCO UMBRAL


Balada de gamberros
Francisco Umbral
Menoscuarto (E. Cálamo), Palencia 2019, 113 páginas.

    
 

   “No es aconsejable la publicación de novelas de este tipo (refiriéndose a Balada de gamberros), en las que además predomina un lenguaje francamente soez”. Así concluía el censor que, durante la dictadura, hizo un informe sobre esta novela. Además coloca perlas en el cuerpo de este relato-novela que ya por si solas animan a abrir el libro: “narración desvergonzada, cínica, irreverente de las andanzas y fechorías de una banda de gamberros jóvenes y amorales: cometen robos, raptan a una chica, perturban la paz de las gentes, tienen tratos sexuales con mujeres de distinta condición, aluden a intimidades de sus propios padres con la mayor desvergüenza y falta de pudor…”.
   Una perfecta sinopsis hecha desde los criterios morales de la dictadura franquista del momento. A pesar de tal informe, Francisco Umbral (1932-2007) logró que su novela fuera publicada gracias a Camilo José Cela que la editó en Alfaguara.  Pasa por ser la primera novela del escritor, aunque del mismo año es igualmente Días sin escuela. Tras su primera edición fue profusamente publicada.
   Son los inicios de Francisco Umbral en la narrativa, para no pocos críticos y lectores, pura carnaza. Según Juan Ramón Jiménez, Balada de gamberros es un borrador silvestre de lo que habría de ser toda la literatura de Umbral de infancia y provincias. Escritura en definitiva del pasado remoto del autor vallisoletano, y quizás todavía de su presente en 1980 cuando compuso el prólogo de este libro que, según el mismo escritor, “nace del realismo corto -secamente poético- de Balada de gamberros. Entre sus muchas ediciones, destaca esta de Menoscuarto en la nueva colección “Entretanto”.
   Balada de gamberros es una mininovela, la transición del relato corto a la novela larga, un cuento estirado, hecho del que se acusa el mismo autor. Una obra menor, con muchos trazos de episódica, pero, a pesar de la bisoñez del autor, es una pequeña obra de buena literatura, sin pretensiones transcendentes, mas no carente de ritmo y de grata lectura, que ya como primer eslabón confirma la hechura literaria de la escritura del autor.
   Trama contemporánea con la fecha de su publicación, sobre un grupo de preadolescentes que ya han dejado la pubertad. Se mueven en las periferias de una ciudad de provincias, Valladolid posiblemente. Sin arraigo familiar, con los días libres para poder hacer girar sus acciones entre la travesura adolescente y la delincuencia. Juzgando algo de lo que hacen, hoy serían considerados otra Manada.
   Relatada en primera persona por alguien que semeja ser el alter ego del autor, se inicia con las peleas desde las orillas del río helado entre dos bandas rivales, con el resultado de la muerte del más canijo de una de las bandas. El que más se asemeja al que lleva la voz de protagonista recorre con un amigo el río en una barca, irrumpiendo intimidades de novios; y batallan en el centro de la corriente con otras barcas. Muy pronto el protagonista intenta la aventura erótico amorosa como otros compañeros que siempre se hacían con una chica arrinconada. Buscan operaciones rentables con el robo del cobre y de los contadores del agua, saquean almacenes y “trabajan” en operaciones incluso más productivas. Raptan a una gitanilla para ejecutar una venganza.   En las páginas finales, hay un festival de rock que termina en un brote de delincuencia juvenil.
   
                                       
Francisco Umbral
    Lo que sí no falta en este relato-novela es erotismo. Francisco Umbral nos permite acercarnos, si bien de forma epidérmica y camuflada, a esa España donde regía la censura y la estrechez moral. Pero el protagonista y sus compinches se las arreglan como pueden para dar rienda suelta a sus pulsiones sexuales. En el caso del protagonista, el suyo será un erotismo más fantaseado que llevado a la realidad. Vive casi sin saber lo que es una mujer. Pero, por mucho que se lo propone, en realidad no consigue “hacerse con ellas”. Ni siquiera pudo debutar, porque para besar a la chica del ojo bizco, tiene que cerrar sus propio ojos.
   En síntesis, vidas que se debaten, con dieciséis o diecisiete años en el arroyo, sin otro horizonte vital. Tal fue el debut de Francisco Umbral con esta novela escrita de forma lúcida.

Francisco Martínez Bouzas

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