Pilar
Astray Chacón
Huerga
y Fierro editores, Madrid, 2018, 108
Un
alfabeto para amarse, un título afortunado para un
debut editorial. No un estreno en la escritura porque Pilar Astray Chacón
escribe poesía desde niña o adolescente, y lo hace en las dos lenguas que
conformaron su infancia y que son suyas: el castellano y el gallego. Poemas en
la lengua de Rosalía de Castro y de los Trovadores medievales, que en ella
surgieron como un profundo sentimiento que le unía a las raíces. Pendiente de
publicar un poemario en gallego, una querencia de la abuela que, en su niñez,
contestaba a sus poemas con uno en gallego, su poesía más suya. Pilar Astray
Chacón, además de este libro en Huerga y Fierro editores, mantiene a diario,
quizás para hallar instantes de solaz ante el frío lenguaje jurídico de las
sentencias -es jueza magistrada en ejercicio- un blog (UNIVERSOESPEJO.COM) dedicado
exclusivamente a dar visibilidad a su
creatividad en ese género que es el gran milagro del mundo, como escribieron
y escriben los clásicos de su tierra natal.
La autora considera que Un alfabeto para amarse no pasa de ser un tímido escalón para dar
visibilidad a su poesía. Tomando al pié de la letra una de sus citas que de
alguna manera definen su poética, cabe decir que la poesía es algo para todos,
y no algo recóndito y especializado. Inmersa, como digo, en el mundo de las
leyes -“el oficio de casa”-, Pilar Astray Chacón no concibe la vida sin poesía,
sin transmitir sentimientos escandidos en sus poemas. Sentimientos que hieren
las entrañas y apaciguan el corazón. Y así, como expresión de su interioridad,
el yo lírico mira hacia sí mismo de forma retrospectiva.
Con más de ochenta poemas y apostando por la
poesía y no por la prosa impostada en forma de poesía, la autora enarbola en
efecto “aludes sobre la piel sentida”, el camino por el que la creadora optó
hace ya tiempo con el inviolable propósito de jamás escribir los versos tristes
de sus diálogos con miserables, la indiferencia del mal o el dolor de todas las
víctimas. Un camino, Una senda que no es otra que cosa que “clamar la alegría,
la vida, el ímpetu y la fuerza, para que, en unión de otras voces, “demos
sonido de amor al camino hacia la vida” (página 11).
Una colactánea de poemas nunca exenta de musicalidad
ni de rima que, como el mismo título del poemario anticipa, cantan al amor, “un
reto en la dialéctica con el amante bajo la intención de desearse y de sentirse
amantes”. Poemas algunos muy breves, otros más extensos, mas amalgamados por
esa dialéctica de los amantes. Y que en su mayoría se manifiestan en actitud
cármica, y en los que la expresión de los sentimientos hacia la persona amada
predomina de forma absoluta: “Profeso la advocación de tus latidos / creo en el
marfil de tus palabras” (Página 19). Si bien tampoco están ausentes poemas con
actitud enunciativa (“Aquel viaje”, “Aurora, “Cuando el amor se va, “Partida”,
“Tejado”…). Tampoco faltan poemas habitados por actitudes apelativas, de
interrogación, reto al objeto lírico esperando respuestas (“Conjuro a la luna”,
“Juramento”, “Prometiste”, “Te olvidaste”…).
Mas como digo, Un alfabeto para amarse es sobre todo una pleitesía al monoteísmo del
amor, al amor en todas las dimensiones, desechado eso sí el amor platónico
-“realidad imperfecta”-. Un tú y un yo en comunión que vampirizan la piel del
amante; los labios son el mejor pasaje a veces sin furia en fuga permanente
transcurriendo por caminos que conducen siempre al amado.
No faltan, sin embargo, las zozobras del
amor que duelen, un dolor salvaje, las madrigueras del silencio, “navegarte
temiendo la partida”.
Poesía muy elaborada, sin gritos ni
estridencias, melodiosa, real y muy próxima. Y sobre todo con forma, recuperando
moldes métricos raros o consagrados, en
un fructífero diálogo con la tradición y con las voces líricas de siempre a las
que la poeta admira. Un poemario pues sobre
el amor, o quizás mejor dicho sobre los amantes, esculpido con bellas
palabras que “se prestan a la luminosidad de su desnudez” (Pedro Salinas), y
que desafían quizás a la razón y convierten los sentimientos y la sensaciones
en arte. Un poemario tan preñado de belleza, de clásica belleza, y que no desecha los temas y artificios actuales, reclama continuidad.
Francisco
Martínez Bouzas
Pilsr Astray Chacón |
Selección de poemas
Abalar
La piedra mágica (Muxía, A Coruña)
Dicen que quien la cruza nueve veces
Sella de amor eterno sus
sentidos
“Quiero posarme en tu piel
cual amuleto,
trisquel de plata en energía
rota,
para bifurcarme en los
pliegues de tu rostro
y quebrar la relatividad de tu
arrugas.
Quiero batir el tiempo y ser
Druida,
sacerdotisa que invoque
nuestro sino
en el altar de ámbar, sacra
piedra
nueve veces cruzada.
Quiero batir el tiempo y ser
sonido
del Atlántico fiero renacido
en cada nueve vidas, nueve
versos.
Quiero recorrer todas tus
regiones,
barajando el aroma de tus
labios
y descifrar el secreto del
camino
que une la distancia entre los
tiempos.
Quiero posarme en tu piel cual
amuleto,
mientras la luz cobriza de tus
mejillas
barniza mi mirada de poeta.”
(página 15)
Advocación
Esas apasionadas tardes entre tus brazos
“Profeso la advocación de tus
latidos,
creo en el marfil de tus
palabras,
bendigo la luz de tus fronteras,
la suerte de tu presencia,
la verdad de mis esperas.
Soy devota de tus sonrisas,
de tus brazos abiertos al
océano,
de esa sensación de infinitud
que me deja la luna de tus
ojos.
Te profeso en código y
secuencia,
desde la primera conciencia.
Confieso que te amo.”
(página 19)
Besarte
Amar es
despertar el aroma de la risa
“Besarte hasta el aroma de tu
risa,
besarte hasta la nuca de los
tiempos,
que la noche entrelace las
flores
que han de adornar de rosas
nuestro lecho.
Besarte y navegarte a ochenta
nudos,
besarte y detenerse entre tu
rostro
un pulso acelerado hacia
nosotros.
Tus labios,
eléctricos como un rayo
aproximándome,
aproximándote
en la cadena intensa,
tan perfecta
del eterno retorno de tu
boca.”
(página 25)
Inimitable
“Es tan inimitable
la forma en que te miro
que el lago de tus ojos
y esa pequeña luna entre tu
boca
forman un universo indescifrable”
(página 49)
Quizá fue de repente
A veces el amor surge inexplicablemente en un suspiro
“Quizá fue de repente, quizás
fue un suspiro
cuando empecé a amarte sin
haberlo querido.
El sol iba apagando el fuego
de sus rayos
matizando de nubes todo el
cielo de mayo,
más de mil gaviotas reposando
en la playa
las olas juguetonas salpicaban
el agua.
Confesos de tu fuego, tus ojos
me abrazaban
aunque nada dijeras, sin
precisar palabra
por pretender amarme, sin
haber pretendido,
quizá fue de repente, quizás
fue en un suspiro
cuando el amor surgió sin
haberlo querido.”
(página 75)
Todos los caminos conducen a ti
Todavía hay tiempo para retornarse
“Todos los caminos conducen a ti.
Todos los mares conocen el pasaje
la creciente marejada de tus caricias
sobre el timón de mis sentidos.
Cada marea te recuerda
y apunta en la brújula el norte
de tu nombre.
Por eso,
por abruptos que sean los cruces,
por desérticas las encrucijadas
por crudo que venga el temporal
o la tormenta,
todos los caminos me conducen a ti.
Todavía.
guardo un visado
un pasaporte al infinito
de la nebulosa de tu galaxias.
Todavía,
entre tus labios y los míos,
queda una historia por escribir.”
(pagina 91)
Excelentes versos cargados de aciertos y de gran sensibilidad poética.
ResponderEliminarGracias por compartirlos con el excelente texto aproximativo a la poeta que nos dejas.
Un abrazo.
Muchas gracias por el comentario. Pero todo el mérito es de la autora, Pilar Astray Chacón. Otro abrazo oara tí
ResponderEliminarVersos excelentes, llenos de emoción, de suavidad poética y dulzura. Son, de esos versos que entran como mantequilla, para degustarse y agasajar al corazón. Gracias y felicitaciones a la autora. Mis respetos para ella y para ti que siempre me haces pasar un rato agradable al leerte.
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