Elixio
Villaverde
Vigo,
Edicións Xerais, 537 páginas.
Galegos en México (1878-1936)
Elixio
Villaverde
Santiago
de Compostela, Sotelo Blanco Edicións, 302 páginas.
El
patrimonio, no solo cultural sino también humano, de los gallegos en México es
inconmensurable. La República Mexicana está repleta de gallegos y de gallegas
que vivieron y viven en las tierras aztecas, desde Tijuana a Chetumal;
habitando sobre todo ciudades del viejo eje colonial, del centro y del Bajío.
Gallegos y gallegas de Galicia, nacidos en las tierras del Finisterre
continental europeo, o descendientes de los miembros de las sucesivas olas
migratorias o de los exiliados republicanos que encontraron en México refugio
entrañable y protección cordial y segura para desenvolverse profesionalmente.
La emigración gallega es en efecto un importante configurador tanto de la
sociedad mexicana como de la gallega en el siglo XX. Todavía hoy existen comarcas
enteras en Galicia, como las de Carballiño y O Ribeiro, con un alto grado de
eclosión de “mexicanos retornados temporalmente o e vacaciones que en los meses
veraniegos vienen “a dar una volta” o de
“de paseo”, y que son identificados como diferentes del resto de la comunidad
por su acriollada y colorista forma de vestir, hablar y comportarse, por su
presencia ostentosa, por el lucimiento de joyas de oro y por ss impresionantes
“haigas”, que con los años cambiaron por los elegantes y europeos Mercedes Benz,
siguiendo los dictados de la moda y la evolución de usos sociales estudiados por Pierre Bourdieu
(La Distinción).
Con
estos retornados viajaron con frecuencia los primeros equipos de música que
popularizaron en las aldeas y comarcas gallegas las canciones mexicanas. Eran
los temas de ronda, corridos de la Revolución Mexicana o rancheras de Jorge
Negrete, Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía o Chavela Vargaa.
Por
otro lado es innegable la impronta y cultural de los gallegos en México. Desde
la venta ambulante por abonos o plazos (“aboneros”) y la práctica de oficios
con afiladores y paragüeros, los gallegos de México se reconvirtieron en
comerciantes estables, fundaron mueblerías, cantinas, tiendas, de abarrotes,
regentaron baños púbicos, crearon los primeros hoteles en ciudases como México
DF, Guadalajara o San Cristobal de Las Casas. Hoy en dia, la emigración gallega
o sus descendientes dominan en buena parte de la Republica Mexicana el negocio
del mueble, el mercado hotelero desde las grandes cadenas de cuatro y cinco
estrellas hasta los populares “hoteles de paso”.
Algunos
miembros de la primera emigración gallega llegaron a ser propietarios de gran
parte de los molinos industriales y de las panaderías en México DF, Puebla o
Tlaxcala. Otros acabaron montando A.D.O (Autobuses de Oriente), una de las
mayores empresas de transporte viajero en la República. El hijo de uno de estos
emigrantes, arribado a México en los años veinte, es en la actualidad
propietario de un canal de televisión y de un importante imperio económico
ligado al mundo de la comunicación. Los descendientes del pontés Garpar Rivera
Corral, integrados plenamente en el país, son hoy dueños del grupo constructor
FRISA que facturaba a mediados de los noventa más de mil millones de dólares
anuales.
Los
galleguistas republicanos, hiodos de la represión de la dictadura franquista,
encontraron en Argentina, Uruguay, Cuba y México acogida fraternal y todas las
facilidades para mantener viva, durante las décadas de la “longa nointe de
pedra” (Celso Emilio Ferreiro), la lengua autónoma y propia de Galicia. La
lengua literaria de la Península Ibérica
durante el Medioevo y de mayor antigüedad que el español y el portugués.
Figuras de la intelectualidad gallega exiliada como los escritores Lorenzo
Varela, Rafael Dieste, Florencio Delgado Gurriarán, Rogelio Rodríguez de
Bretaña, Marcial Fernández, Luis Soto, Carlos Velo, el músico Jesús Bal y Gay o
el pintor Arturo Souto coincidieron en el exilio mexicano con grandes
escritores de la cultura española (Luis Cernuda, Juan Larrea o León Felipe).
Todas
estas cuestiones están tematizadas y estudiadas por dos ensayos que abordan con
gran rigor la vida y la obra -también los sueños- de millones de gallegos que
formaron parte la cadena de la cadena migratoria gallega en México. Se trata de
las obras, Pioneros na corrente do Golfo.
A primeira emigración galega a México (1773-1936) y Galgos en México (1878-1936). El autor del primer ensayo, Elixio
Villaverde, doctor en Historia por la Universidad de Santiago de Compostela y,
sin duda, el especialista mejor documentado en los avatares de la emigración
gallega en México. El segundo de los libros, ganador del Premio Vicente Risco
de Ciencias Sociales 2003, el más prestigioso de los que se otorgan en Galicia
en el campo del ensayo, es un estudio riguroso sobre la presencia gallega en el
país azteca desde la época colonial, la insurrección independentista hasta el
inicio de la Guerra Civil Española.
Pioneiros na corrente do Golfo, sin ser
una investigación excesivamente técnica, reconstruye las cadenas migratorias y
el tejido asociativo creado por los emigrantes gallegos en tierras aztecas. A
partir de 1837 y tras la independencia de México y los decretos de expulsión,
comenzaron a retornar los expulsados y dio comienzo una reemigración de
gallegos desde Cuba. Se trataba de asalariados cortadores de caña, marineros
que pescaban el guachinango, militares desertores, etc. Y, ya desde las últimas
décadas del siglo XIX, la navegación a vapor, las necesidades económicas y las
estrategias familiares embarcaron rumbo al puerto de Veracruz a padres de
familia, jóvenes y adolescentes con la encomienda de enviar remesas pecuniarias
para redimir de la miseria a sus familias gallegas. Fueron ellos los grandes
pioneros llegados a la República Mexicana. Algunos “hicieron las Américas, o
fueron germen de la emigración circular que abarca a cinco generaciones yendo y
viniendo por la corriente del Golfo.
Y entre
ellos, Ramón del Valle-Inclán, un gallego universal y seguramente el dramaturgo
de referencia de la renovación del teatro español durante el siglo XX, que
llega a Veracruz en abril de 1892, pero que se integrará socio-profesionalmente
en México DF. En la capital azteca, trabajó primero en el periódico El Correo Español y más tarde en El Universal, llegando a publicar
treinta y seis colaboraciones periodísticas, incluidas algunas poesías. En
México admirará a Porfirio Díaz y hará especial amistad con el general Sostenes
Rocha, luchador al lado del padre de la patria, Benito Juárez, con el pintor
Diego Rivera y con el intelectual Alfonso Reyes.
Las dos
obras de Elixio Villaverde son, como dije, un canto a los sueños, convertidos
en realidad, de ese incontable número de gallegos que, desde una impronta
anónima y sacrificada, protagonizaron la epopeya de la emigración gallega en
México.
Entre
las conclusiones más relevantes a las que llega el autor, destaco las
siguientes: la gran operatividad de las cadenas migratorias como mecanismo
conformador de la inmigración gallega en la República Mexicana; la exogamia de
los primeros emigrantes que se casaron con mujeres nativas, y la endogamia
encubierta de la emigración mayoritaria posterior, hecho que retardaría su
plena integración en el nuevo país. Añadamos en este sentido que quizás fue el
gallego el grupo ibérico con mayor nivel de endogamia en México. La paulatina
mexicanización tanto en el habla como en los gustos y hábitos de consumo de los
inmigrantes gallegos, a pesar de su catalogación como “gachupíns” entre los
mexicanos más hispanófobos.
Datos
eruditos y apasionantes biografías e esta reconstrucción de las cadenas
migratorias en México y de las vicisitudes y modus vivendi de los aboneros, estereotipo cinematográfico de los
gallegos en México, y de los grandes triunfadores que ciertamente “hicieron las Américas” en los Estados Unidos
Mexicanos.
(Texto
publicado en el periódico Reforma de México DF el 19 de octubre de 2003)
Woow, me has dejado impresionada con este extraordinario artículo, Qué sorpresa más grata, saber que tus letras han viajado tantos kilómetros, para llegar a mi país. Pero cómo no va a ser así, si eres el mejor. Me ha encantado saber tantas cosas que ignoraba. Has enriquecido miconocimiento y te lo agradezco profundamente. A veces tardo en venir a leer y te pido disculpas, pero no es que no quiera hacerlo, si no que la vida a veces me impide hacer, las cosas que más gozo. No dejes de compartirme, lo disfruto mucho. Te dejo un abrazo con mi cariño y siempre admiración.
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