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miércoles, 15 de enero de 2014

UNA NARRACIÓN DESCARNADA SOBRE LOS ESTRAGOS DEL ALZHEIMER

Ahora tocad música de baile
Andrés Barba
Editorial Anagrama, Barcelona, 264 páginas
(LIBROS DE FONDO)

   Andrés Barba (Madrid 1975) fue en su día con La hermana de Katia (2001) una promesa de la narrativa española contemporánea, hasta el punto de ser seleccionado en el año 2003 por la revista Granta como uno de los mejores escritores jóvenes en español. Esa promesa se consolidó con los doce libros de ficción hasta ahora publicados, y algún libro de ensayo como La ceremonia del porno (Premio Anagrama de Ensayo en el año 2007). Ahora tocad música de baile (2004) fue su cuarta novela. Confiesa el propio autor que escribió esta pieza de ficción  como una invocación, que la novela  es fruto del miedo, porque una de sus peores pesadillas es la desmemoria, perder la conciencia, dejar de recordar.
   Mas Andrés Barba desafía el miedo, ofreciendo a sus lectores una pieza narrativa descarnada, atrevida, sin concesiones y al mismo tiempo rebosante de hermosura. De forma imprevista y repentina aparece el alzhéimer en el seno de una familia de clase media baja. “Fue primero como si pronunciara su nombre de una forma distinta a los otros y después un gesto que parecía traído de muy lejos, de la infancia quizás, porque  tenía -como en la infancia- algo descuidadamente espontáneo o cruel. Dijo: «la sal», no «pásame la sal”, no «por favor, la sal» y a Pablo le pareció que algo de Inés había cambiado definitivamente” (página 13). Son las primeras líneas de la novela, las primeras manifestaciones de la destrucción mental que la enfermedad del alzhéimer produce en Inés, matriarca y eje emocional de su familia.
   La novela gira alrededor de esta figura central que, sin embargo, desparece al comienzo de la narración, pero en ella queda la influencia dolorosa y patológica que ejerce entre los miembros de su clan. Andrés Barba nos introduce, en efecto, en la mente de sus tres narradores: el marido y los hijos de la enferma. A través de un cuadro de monólogos interiores, arrancados de las bocas de sus protagonistas, el escritor halla en el alzhéimer el perfecto pretexto para  reflexionar sobre la familia, y retratar de paso el desorden y el desconcierto que la enfermedad produce en las personas que rodean a la enferma, que vive como en una especie de muerte en vida.
   La narración de Andrés Barba, de forma especial en su parte central, alcanza una dureza intensa y extrema al presentarnos la geografía subterránea de las culpas y monstruos del espíritu, así como los sentimientos más profundos y obscuros que mueven a las personas.
   Ahora tocad música de baile es una encomiable novela psicológica, escrita por un narrador todavía muy joven, que posee la capacidad de desdoblarse y ofrecernos con grandes dosis de frialdad  el panorama interior de sus criaturas, descrito reflejando sus sensaciones, y sumergiéndonos en sus estratos más profundos y misteriosos. Con gran hondura y maestría, el escritor plasma y proyecta las repercusiones de la parte visible de la historia -la enfermedad- sobre la parte escondida: los sentimientos más obscuros que mueven a los personajes.

Francisco Martínez Bouzas



Andrés Barba

Fragmento

“Ahora era el regreso a la imagen repetida de Inés con cuarenta años delante de él, después de volver del funeral de la mujer del portero diciendo en la comida: «el día que yo me dé cuenta de que me voy a volver loca me pego un tiro en la cabeza, os lo digo completamente en serio.» Y su padre callado. Y Bárbara. Recordaba de aquella mujer hasta el olor y sin embargo tuvo que hacer un esfuerzo considerable para que le volviera a la memoria su nombre: Sara. Se llamaba Sara. Casi no pudo evitar pronunciarlo en voz alta cuando lo recordó porque aquel nombre, más que un nombre, parecía una definición. Y sonrió. Le hubiese gustado llamar a Bárbara para preguntarle si se acordaba de ella, si recordaba las tardes en las que, al final de una enfermedad que nadie supo determinar con precisión, aquella mujer se quedaba junto al portal, inmóvil como una cariátide, con una llave en la mano para abrir  a cualquiera que llegara. Y era sólo la mujer del portero. La mujer del portero que se había vuelto loca, cuyas excentricidades  se comentaban en el ascensor, cuya vida de pronto se había vuelto tema de conversación en el edificio, y que en la Inés de aquella época estallaba como un miedo que por fin hubiera tomado forma, pues se veía a sí mismo así, y aquel miedo, como todos los miedos, se parecía casi a un deseo, tenía casi la forma de un deseo.”


(Andrés Barba, Ahora tocad música de baile, páginas 153-154)

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