Trece campanadas
Suso de Toro
Traducción de Dolores Vilavedra y Ana Belén Fortes
Alianza Editorial, Madrid, 416 páginas
(Libros de siempre)
No resulta fácil leer esta novela de Suso de Toro, publicada hace años en gallego y traducida también hace tiempo al castellano. Suso de Toro es un autor, quizás de género en alguna de sus obras, que pretende que sus libros viajen y se vendan en los aeropuertos. Pero vivir de la literatura es una empresa a la que difícilmente puede aspirar ningún escritor de la literatura gallega, sea cual sea el género en el que escribe, y aunque algunas de su obras terminen traducidas al castellano o a otros idiomas.
Trece campanadas pertenece al grupo de los libros más narrativos, más novelescos de Suso de Toro, si exceptuamos quizás a Círculo y piezas narrativas como A sombra cazadora, Conta saldada, Calzados Lola y Non volvas, y que nada tienen que ver con los libros-amalgama, con la literatura fragmentaria y experimental en cuya cumbre está posiblemente Tic-Tac, pero con antecedentes en Polaroid y Caixón desatre. En Trece campanadas, por el contrario, Suso de Toro se instala en el interior de lo que la perceptiva clásica considera que es una verdadera novela: un relato ficcional, de cierta extensión que sitúa su interés en la narración de aventuras, en el estudio de costumbres, en el análisis de sentimientos y en el reflejo de elementos psicológicos.
Trece campanadas se sustenta en estos elementos y, por lo mismo, se debe afirmar que es una verdadera novela, una novela muy compleja a la que es imposible despachar en estas líneas. Porque, como ya promete el mismo título, es una historia de misterio en la que esa “religiosidad” que Suso de Toro frecuentó en cierta época, permite que brote lo mágico, lo sobrenatural y también el recelo, el escalofrío ante lo siniestro.
Suso de Toro
En Trece campanadas, tras el tópico artificio de la presentación, el autor nos cuenta una verdadera historia de nieblas y amenazas que perciben una escritora y un productor de cine, motivadas por unos guiones. Un abrazo dramático y la presencia del maligno unirán a los dos protagonistas en la investigación de ese secreto, en un espacio que resume la memoria laberíntica y los fantasmas de la ciudad de Santiago de Compostela. Y a la par de esta historia de intriga que valida su valor ficcional, en Trece campanadas late un tema que el lector percibirá con claridad al introducirse en las páginas del libro: la búsqueda de un límite, quizás irracional, en el que en el ser humano surjan interrogantes sobre la trascendencia y la religiosidad. En definitiva, la ficción como una forma de conocimiento, como elucidación de determinadas claves de la existencia humana. Una historia llena de fuerza temática, ágilmente desarrollada, con un buen dominio del idioma y de todos sus registros, como en todos los libros del escritor santiagués.
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