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martes, 14 de marzo de 2023

REGRESO LITERARIO DE ÁLVARO POMBO A SANTANDER

Santander, 1936

Álvaro Pombo

Editorial Anagrama, Barcelona, 2023, 327 páginas.

 

   

 Álvaro Pombo (Santander, 1939) regresa literariamente a la  ciudad que lo vio nacer. Al Santander de 1936, la ciudad en la que inserta “las andanzas y cuitas de un adolescente de la ápoca”. Álvaro Pombo Caller (Alvarito o Alvarín) que disfruta de sus diecinueve años. Como en el resto de la península, en aquella ciudad provinciana arde la confrontación izquierda – fascismo. Álvarín vive su fervor juvenil y su admiración por José Antonio Primo de Rivera, y termina afiliándose a la Falange influenciado por su amigo Rafael Mazarrasa. Su padre Cayo Pombo Ybarra, tío de Álvaro Pombo escritor, es un liberal agnóstico, republicano y admirador de Manuel Azaña.

   A pesar de sus diferencias políticas e ideológicas, padre e hijo se aprecian y quieren mucho. La madre de Alvarín, Ana Caller Donesteve ha triunfado en la moda parisina, ha dejado a su marido en Santander, del que se separa, y ha enviado a sus hijos  a distintos colegios europeos.

   Este es el panorama con el que se inicia la novela: un Santander que ha dejado atrás los veraneos de Alfonso XIII. El autor ha querido resaltar que Santander 1936 es una novela política e intelectual de la República, sin olvidarse de la agitación que se vivía, en contraposición con los tranquilos tiempos de la monarquía. El inicio de la Guerra Civil acarreará secuencias trágicas para la ciudad como para el resto de España, sin excluir a Alvarín apresado y encarcelado en un buque prisión.

   La novela bebe de la fuerza narrativa que el autor vivió en su infancia y primera adolescencia: historias que escuchó de pequeño y han sido reelaboradas en sus fabulaciones. Una historia de la propia familia del autor y un mosaico de los asuntos entonces latentes: la burguesía decadente pero  todavía acomodada, la religión, el papel del catolicismo y en general el ambiente de la capital cántabra.

   Alvarín evita tontear con las chicas porque eso equivaldría a saltarse las distancias, dejar translucir su intimidad, aunque se comportamiento le avieje un poco. Pero en cambio se le contagia muy pronto la fe falangista: para él la Falange Española es el bien absoluto, la vocación valerosa y fuerte.

   En la novela podemos centrarnos en dos grandes aspectos: el análisis del personaje principal. En ese caso, estamos ante una novela de formación sentimental y política. Alvarín es la personificación de los impulsos morales e ideológicos que mueven a un joven tímido y apocado a identificarse con la narrativa y con la mística violenta y poética joseantoniana, y enrolarse en la Falange al poco tiempo de la fundación del partido fascista, Pero bajo esta óptica coexiste una novela familiar que el lector capta al darse cuenta de la mucha atención que Álvaro Pombo dedica al entorno de Alvarín, especialmente al padre del joven, Cayo Pombo Ybarra y a la madre separada que reverdece libremente en París.

   Podíamos pensar que la novela refleja un retrato costumbrista. Nada más lejos de la realidad. Lo único que ocurre es que el autor emplea el círculo de personajes para retratar con mano maestra la forma de ser y de vivir de la burguesía cántabra en los años previos a la Guerra. El relato de Pombo nos da noticia de numerosos hechos importantes del momento prebélico: la agitación social, la violencia de los enfrentamientos entre las izquierdas y los fascistas, el odio que cada día se va acrecentando.

   

                                               

                                         Álvaro Pombo

    Pero lo que en la novela adquiere la primacía es el conflicto ideológico que late dentro de muchas familias. Las posturas antitéticas entre padre e hijo son una muestra, aunque el autor lo platee como un debate quizás demasiado intelectualizado. No obstante, los dos personajes -padre e hijo- están retratados fielmente, y con una gran rotura social entre ellos. El gran acierto de Pombo es haber planteado ese distanciamiento como un debate dialéctico.

   Otra virtud de la novela es la capacidad del autor para indagar en las conciencias de los personajes. A pesar de que el ambiente histórico actúa como una insalvable muralla, los personajes son fundamentales para que los sucesos históricos sean creíbles. Por ejemplo, la afinidad de Alvarín con Wences, el maestro con quien comparte prisión en el buque mercante republicano “Alfonso Pérez”, tras el estallido de la Guerra. Los dos son encarcelados, mas su comportamiento es ejemplar.

   La novela está contada por un narrador omnisciente, y relatada desde el presente actual, en una narración plenamente lineal, carente de saltos y sin recursos arquitectónicos complejos. El autor sigue siendo fiel a sus gustos estilísticos: juegos composiciones conceptuales made in Álvaro Pombo. En síntesis, un viaje al ayer, al ayer de la  clase social y de la historia, preñada de bríos creativos.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

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