La esencia del caos
Edward N. Lorenz
Editorial Debate (Random House Grupo Editorial), Madrid, 1995.
Es esta una de las publicaciones que se sumaron al prestigio de Editorial Debate, hoy un sello más del megagrupo Penguin Randon House Grupo Editorial. Debate estuvo especializada sobre todo en libros de carácter científico y filosófico. De ahí el acertado ajuste de esta obra de Edward Norton Lorenz (1917-2008) en la editorial madrileña.
Desde la década de los setenta, el término caos aparece cada vez más en la literatura científica y filosófica, hasta tal punto que el problema del orden y del caos se han convertido en uno de los núcleos de mayor calado dentro del pensamiento contemporáneo. Sin embargo, la modernidad medró culturalmente bajo el modelo mecánico; es decir, determinista. Y a partir de la física newtoniana, la afirmación de que la realidad natural tiene una estructura comparable a la de una máquina, rigiéndose por consiguiente por leyes causales, de forma que cualquier suceso pueda ser racionalmente predicho, parecía que que formaba parte de la ciencia o era al menos un paradigma científico de primer orden.
Será otra revolución científica, la de la mecánica cuántica, la que pondrá en tela de juicio esta visión de la realidad. Para muchos físicos y pensadores de los últimos tiempos - bastaría con citar los nombres de Ilya Prigogine o Karl Popper- el universo entero, y no exclusivamente el microfisico, no es un reloj sino un caos imprevisible. El mundo tendría pues aspecto aleatorio y estocástico.
Edward N. Lorenz
En la publicación que reseño, el profesor Lorenz intenta precisamente explicar la esencia del caos, acotando con rigor el significado del término a aquellas variaciones que semejan ser aleatorias, pero que en realidad no lo son. Procesos como la rompiente de las olas en la playa, o la caída de una roca desde un monte, el ondear de una bandera o las fluctuaciones climáticas, que da la impresión que se comportan azarosamente, se desarrollan, no obtsdnate determinísticamente según las leye físicas. Es la tesis central del libro de Edward N. Lorenz.
Así pues, el caos es derterminista o al menos se acerca al determinismo, ya que Lorenz admite que todos los sistemas físicos tangibles poseen una pequeña dosis de auténtica aleatoriedad. Quizás esta forma de aproximarse a las reglas, leyes y consecuencia del caos resulte ser una paradoja en sus mismos términos; sin embargo, la obra de Lorenz constituye una contribución importante a una teoría que está ciertamente rivalizando con la de la relatividad y con la de la mecánica cuántica, en cuanto a sus influencias sobre el pensamiento actual.
Francisco Martínez Bouzas
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