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lunes, 16 de agosto de 2021

EL FEMINISMO DE ARTEMISIA GENTILESCHI

Anibal e a Pintora

Xabier Paz

Edicións Xerais, Vigo, 2017, 376 páxinas

 

 

   A raíz de la publicación en Facebook del cuadro “Lucrecia” de la pintora italiana del siglo XVII, Artemisia Gentileschi, que tras ser violada se vengó haciendo arte feminista, se suscitó un pequeño debate sobre el posible o improbable feminismo de Artemisia Gentileschi. Para ilustrar la vida de Artemisia recupero la reseña de la novela de Xabier Paz  Anibal e a Pintora, basada en hechos reales pero, ficción al fin y al cabo. Como novela, el autor inyecta ficción en la realidad histórica. Según el “dictum” de Álvaro Pombo, tan pronto como se ficcionaliza un contexto histórico, todo él queda sometido a las leyes de la ficción.

   Nos agasaja una vez más Xabier Paz con una novela histórica porque los personajes históricos, piensa el escritor, son como un molde en el que se pueden verter todos los problemas del ser humano. Una novela, Anibal e a Pintora, que es el segundo escalón de la trilogía de la novela histórica italiana que da comienzo con Renacer que prosigue con la recuperación de la biografía novelada de la pintora Artemisia  Gentileleschi y que  finaliza con Galileo como figura en la que se refleja la Contrarreforma y sus efectos.

   La figura histórica de Artemisia es el renglón sobre el que escribe Xabier Paz. Nos acerca a la figura de esta mujer contándonos las aspiraciones de un personaje inventado. Anibal Moreda, alter ego del autor. Estimulado por la reproducción de un óleo, “Sussana e i vecchioni” que Artemisia había pintado con 17 años, decide investigar lo que hay de verdad o de falsedad en la vida de esta pintora del siglo XVII. Artemisia Gentileschi fue una pintora nacida en Roma que alcanzó el privilegio, vedado a las mujeres, de entrar en las Academias de Pintores de Florencia y de Roma, recibir el insólito encargo para su tiempo de pintar dentro de un templo, venciendo así el sentir de la Iglesia que consideraba impúdicas las pinturas hechas por mujeres. Fue además sujeto de una intensa vida novelesca en la que en ocasiones fue víctima y otras veces una mujer dotada de un fuerte carácter.

   Si algo destaca la novela de Xabier Paz es que Artemisia fue una mujer que se sostuvo con la pintura en un mundo de hombres, víctima de un padre que para ella actuó como un lastre y un represor. Violada por su profesor de perspectiva que acto seguido la convierte en amante durante meses, tras la falsa promesa de matrimonio. Sufre estoicamente el tormento de la sibilla para probar delante del tribunal papal la verdad de su denuncia. Casada por el padre con un hombre banal y florero, consentidor de los  amores de su mujer con un rico mecenas. Dependiente siempre de comitentes y valedores, ejercerá su arte en Roma, Florencia, Venecia, Nápoles y Londres.

   En feliz relación, a pesar de que durante mucho tiempo había sido analfabeta, con Galileo, Cristofano Allori, Michelangelo Buonarroti el Nuevo, pintó hasta la extenuación, sobre todo cuerpos femeninos, ya que los comitentes  querían ver cuerpos de mujeres desnudas e imaginadas por otras mujeres. Serán mujeres violadas o seductoras como ella misma, abriendo así un camino vedado para las mujeres. He aquí el principal motivo de su feminismo del siglo XVII: hizo como mujer lo que estaba reservado a los hombres. De intensa vida sentimental, pinta seres femeninos no plácidos, sino transidos por una emoción transcendente y dotados de  cuerpos explícitos y bien dotados.

   Con todo, lo mejor de la pieza narrativa de Xavier Paz es el gran fresco, ampliamente documentado, de la Italia barroca, con el Gran Teatro Contrarreformista heredado del gran torbellino de Trento. Una Roma tardorrenacentista, repleta de fiestas públicas; también de ejecuciones como las de Giordano Bruno y Beatriz Cenci; el esplendor cultural y artístico de la Florencia de los Médici; o el Nápoles de los untori y de la peste.

    

                                    Sussana e i vecchioni

 

No tienen menor relieve en el desenvolvimiento del relato las frecuentes écfrasis, ese ejercicio literario en los que al autor describe los cuadros de Artemisia y de otros pintores. Así como las planas puntuadas por la fuerza intelectual y artística de la Italia tardorrenacentista, con Galileo, por ejemplo, explicando las teorías del movimiento.

   Artemisia como Galileo se esforzará en desvelar las propias sombras, aunque los dos violenten sus conciencias en los lances decisivos de sus vidas. En no pocas secuencias, subraya el autor el coraje feminista de Artemisia: se siente orgullosa de ser mujer que se hizo a sí misma, y no puede evitar la rabia contra la herencia de Trento y de su época cuando lee en un libro piadoso, escrito por el cardenal Belarmino, que el hombre es más noble que la mujer que se halla comprendida en el mismo. Un caudaloso conocimiento de las técnicas pictóricas y una prosa rutilante y poderosa visten esta incursión de Xabier Paz en los territorios históricos y ficcionales de la Italita postrrenacentista.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

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