Mi hermano
Afonso Reis Cabral
Traducción de Isabel Solor
Acantilado, Barcelona, 2020, 355 páginas.
Las relaciones fraternales, aunque tendemos a idealizarse, no siempre son un plato dulce. Los hermanos, muchas veces inconscientemente, se enfrentan entre sí, y más de una vez se convierte en grandes desconocidos. El problema se multiplica cuando no existe igualdad de condiciones. Pueden convertirse en grandes desconocidos, especialmente a partir del fallecimiento de los padres, el vínculo que suele unir a la familia.
Todo esto se pone de manifiesto en el debut en la narrativa del joven escritor portugués, Afonso Reis Cabral (Lisboa, 1990), O meu irmaô con el que logró el Premio LeYa en 2014, un homenaje a la fabulación precoz. Tataranieto de Eça de Queirós, ha sido el escritor más joven en hacerse con este premio.
La novela profundiza en las relaciones entre dos hermanos. Uno de ellos, Miguel un hombre de cuarenta años aquejados de síndrome de Dawn. El otro es el hermano mayor y también supera los cuarenta años. Miguel sigue comportándose como un niño. Cuando fallecen los padres, el hermano mayor que es el relator de la trama, se siente en la necesidad de hacerse cargo de Miguel, liberando a sus cuatro hermanas. Y a pesar del alejamiento en el que han vivido y de las dificultades que intuye van a recaer sobre él, que es divorciado, profesor universitario y misántropo. Apenas tiene un años más que Miguel, pero al recordar el afecto y la amistad que ambos habían compartido en la infancia, da el paso, convencido de que la nueva situación le rescatará de la insolidaria aspereza en la que se había transformado su vida.
Sin embargo, la llegada del hermano aquejado del síndrome de Dawn, acarreará episodios inesperados, especialmente uno que amenazó de forma improvisada su relación en la aldea de Tojal, aislada, atípica y primitiva en el interior de Portugal que parecía servir como el lugar ideal para confinar al protagonista enfermo.
La arquitectura de la novela sigue dos planos diferenciados, marcados por la alternancia de capítulos. Por un lado, tenemos el presente de la historia circunscrito a la aldea de Tojal, donde el tiempo parece haberse parado. Y por otro lado, transita la narración progresiva de la vida del narrador y de su hermano desde la infancia en Oporto, que recopila la historia de la familia desde la infancia de los personajes, hasta llegar al momento exacto en el que se inicia la novela. El libro se configura así en una especie de viaje de retorno que nos permitirá comprender la decisión del hermano sano de haberse aislado en Tojal con el enfermo, en una tentativa desesperada para hacer revivir el amor de la infancia.
La maestría del autor, no obstante su juventud, es inequívoca al haber tratado un tema tan debatido y sensible, incluido un extraño acontecimiento que amenazó de forma dramática la relación entre los dos hermanos. Así mismo, la presencia del hermano con el síndrome de Dawn le ofrece la oportunidad de sumergirse en los meandros de la condición humana.
Una novela de personajes en la que no acontecen grandes hechos. Lo que escribe este joven novelista lo hace para que nosotros, los lectores, sin agobiarnos con sentimentalismos, miremos hacia nosotros mismo y profundicemos en nuestra interioridad.
Afonso Reis Cabral
En la novela hay un muestrario de personajes nobles, bondadosos, especialmente Miguel, capaces de ganar la simpatía de los lectores. Y sus opuestos, el narrador sin nombre, un hombre capaz de ser cruel, incluso con el hermano enfermo. Y un tercer personaje masculino, el hijo de la familia donde se alojan en Tojal que revela la misma naturaleza maligna ya que culpa a sus padres por una deficiencia en una pierna.
Una novela, en definitiva, que profundiza en el mal y en la naturaleza humana, en la bondad y en los lazos desangre que son con frecuencia la única garantía de hallar el amor en el mundo.
Francisco Martínez Bouzas
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