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viernes, 4 de enero de 2019

NOVEDADES DE EDITORIAL ANAGRAMA PARA INICIAR 2019


   Como en años anteriores, la barcelonesa Editorial Anagrama inaugura el nuevo año 2019 con la publicación de productos literarios de gran calidad en casi todas sus colecciones. Desde la calidad y la singularidad, Editorial Anagrama sigue haciendo frente a la uniformidad del libro único. En poco o en nada se ha notado, desde esa perspectiva, el relevo de Jorge Herralde por Silvia Sesé.
   En la colección bandera de Anagrama,”Panorama de Narrativas” a punto de alcanzar los mil  títulos, dos novedades: Serotonina de Michel Houellebecq y El expdiente de mi madre de András Forgach. La otra colección específicamente dedicada a la narrativa, “Narrativas hispánicas”, anoto dos novedades: Petit Paris de Justo Navarro y Sánchez de Esther García Llovet.
   En otra de las colecciones clásicas de la Editorial, “Argumentos” cabe destacar la publicación de una obra póstuma de Olíver Sacks. Así mismo en “Nuevos cuadernos Anagrama”, dos títulos: Ironía on de Santiago Gerchunoff y Silencio administrativo de Sara Mesa. Finalmente en “Compactos”, la colección de bolsillo de Anagrama, la reedición de otra novela de Michel Houellebecq, Sumisión.
   Como adelanto editorial y en espera de mi valoración crítica, reproduzco las sinopsis de tres de estas novedades que gentilmente me ha hecho llegar la casa editora y que estarán a la venta en librerías a partir del día 9 de enero.

Francisco Martínez Bouzas



Serotonina
Michel Houellebecq
Traducción de Jaime Zulaika
Editorial Anagrama, Barcelona, 2019, 282 páginas

Sinópsis:

“Florent-Claude Labrouste tiene cuarenta y seis años, detesta su nombre y se medica con Captorix, un antidepresivo que libera serotonina y que tiene tres efectos adversos: náuseas, desaparición de la libido e impotencia.
   Su periplo arranca en Almería –con un encuentro en una gasolinera con dos chicas que hubiera acabado de otra manera si protagonizasen una película romántica, o una pornográfica–, sigue por las calles de París y después por Normandía, donde los agricultores están en pie de guerra. Francia se hunde, la Unión Europea se hunde, la vida sin rumbo de Florent-Claude se hunde. El amor es una entelequia. El sexo es una catástrofe. La cultura –ni siquiera Proust o Thomas Mann– no es una tabla de salvación.
   Florent-Claude descubre unos escabrosos vídeos pornográficos en los que aparece su novia japonesa, deja el trabajo y se va a vivir a un hotel. Deambula por la ciudad, visita bares, restaurantes y supermercados. Filosofa y despotrica. También repasa sus relaciones amorosas, marcadas siempre por el desastre, en ocasiones cómico y en otras patético (con una danesa que trabajaba en Londres en un bufete de abogados, con una aspirante a actriz que no llegó a triunfar y acabó leyendo textos de Blanchot por la radio...). Se reencuentra con un viejo amigo aristócrata, cuya vida parecía perfecta pero ya no lo es porque su mujer le ha abandonado por un pianista inglés y se ha llevado a sus dos hijas. Y ese amigo le enseña a manejar un fusil...
   Nihilista lúcido, Michel Houellebecq construye un personaje y narrador desarraigado, obsesivo y autodestructivo, que escruta su propia vida y el mundo que le rodea con un humor áspero y una virulencia desgarradora. Serotonina demuestra que sigue siendo un cronista despiadado de la decadencia de la sociedad occidental del siglo XXI, un escritor indómito, incómodo y totalmente imprescindible.
   «Lo que me impide leer los libros de Houellebecq y ver las películas de Von Trier es una suerte de envidia. No es que les envidie su éxito, pero leer esos libros y ver esas películas sería un recordatorio de lo excelsa que puede ser una obra y lo muy inferior que es mi trabajo» (Karl Ove Knausgård).”

El autor:

Michel Houellebecq (1958) es poeta, ensayista y novelista, «la primera star literaria desde Sartre», según se escribió en Le Nouvel Observateur. Su primera novela, Ampliación del campo de batalla (1994), ganó el Premio Flore y fue muy bien recibida por la crítica española: «Una mirada lacerante –aunque repleta de humor– sobre el vacío vital de este fin de siglo» (Xavi Ayén, La Vanguardia); «Magnífica novela. Si Kafka nos descubrió en sus relatos el seco cañamazo del siglo XX de la burocracia, Houellebecq nos muestra, con espléndido pulso literario, los entresijos oscuros del siglo XXI de la informática y la presunta liberación sexual» (Xavier Lloveras, El Periódico). En mayo de 1998 recibió el Premio Nacional de las Letras, otorgado por el Ministerio de Cultura francés. Su segunda novela, Las partículas elementales (Premio Novembre, Premio de los Lectores de Les Inrockuptibles y mejor libro del año según la revista Lire), fue muy celebrada y polémica, así como Plataforma. Obtuvo el Premio Goncourt con El mapa y el territorio, que se tradujo en 36 países, y ha abordado el espinoso tema de la islamización de la sociedad europea en Sumisión. Las cinco novelas han sido publicadas por Anagrama, al igual que Lanzarote, El mundo como supermercado, Enemigos públicos (con Bernard-Henri Lévy), Intervenciones y los libros de poemas Sobrevivir, El sentido de la lucha, La búsqueda de la felicidad y Renacimiento (reunidos en el tomo Poesía) y Configuración de la última orilla. Houellebecq ha sido galardonado también con los prestigiosos premios IMPAC (2002) y Schopenhauer (2004); en España recibió el Leteo (2005)
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Petit Paris
Justo Navarro

Editorial Anagrama, Barcelona, 2019, 236 páginas.


Sinopsis:

 París, marzo de 1943: Alemania e Italia están perdiendo la guerra. Después de la invasión angloamericana del norte de África y la rendición en Stalingrado del mariscal de campo Paulus, se respira la hecatombe militar nazi-fascista, el inminente desembarco de los aliados en Europa. Veinte años antes de resolver los crímenes sobre los que giraba Gran Granada, el comisario Polo se encuentra por accidente en París, temeroso de no poder acabar nunca un viaje que solo iba a durar unos días. En tiempos de guerra no es raro que lo previsto como una excursión de setenta y dos horas se dilate meses, años o décadas, o se convierta en el exilio eterno.
Y Polo se mueve en un pequeño París, Petit Paris, de gente peligrosa: abogados y periodistas que ejercen labores policiales en los servicios consulares de España, colaboradores de la Gestapo a la caza de republicanos españoles en fuga. Entre el personal de la escuadra española se han sucedido en menos de un mes tres muertes violentas, y en el centro aparece el posible suicidio del bello Matthias Bohle, un seductor de vida enigmática que con otro nombre había conquistado la Granada de 1940, incluyendo al irreductible comisario Polo, y que recaló en París tras robar cuatro kilos de oro a un industrial que quizá le encargó sacarlos clandestinamente de España.  
Pronto Polo empezará a investigar su muerte, ayudado por colaboradores tan poco seguros como lo es todo en la ciudad: el abogado Palma, casi un doble de Polo rejuvenecido cuarenta años y con carnet de la Gestapo, que ha descubierto la fuente de la juventud en una mezcla de gin, Dubonnet y anfetaminas; Alodia Dolz, heroína de la Cruzada nacional, agente de la Quinta Columna, que sobrevivió a tres años de temerarias actividades clandestinas en la Madrid roja: «Si entonces no la habían matado, ya no la matarían nunca.» El Petit Paris de Polo es negro puro, una ciudad de inquietante ambigüedad moral donde todos mienten y manipulan como único modo de sobrevivir. Una narración deslumbrante y magnética –con homenajes a Simenon, Leo Malet y Modiano– que juega con los resortes de géneros como el policiaco y el de espías para llevarlos más allá.
«Justo Navarro tiene una voz absolutamente personal, posee un mundo inequívoco de obsesiones y ficciones, aporta un sistema expresivo singularizado y brillante, y trae a la narrativa española un necesario acento de dureza, de rigor estético pero también ético» (Miguel García-Posada, El País).

El autor:

Justo Navarro (Granada, 1953), premio de la Crítica por su libro de poemas Un aviador prevé su muerte, ha publicado en Anagrama las novelas Accidentes íntimos (Premio Herralde de Novela): «Un paso ade­lante en una trayectoria cada vez más densa y cuaja­da» (Santos Sanz Villanueva, Diario 16); «Transita por los caminos auténticos de la narrativa con mayúscu­las» (Ramón Acín, El Heraldo de Aragón); La casa del padre (Premio Andalucía de la Crítica): «Se integra en el privilegiado número de novelas que permiten de­finir lo mejor de una época literaria» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Una novela de clima inol­vidable y una de las más rotundas e inquietantes de la nueva narrativa española» (Felipe Benítez Reyes); El alma del controlador aéreo: «Turbadora gran nove­la» (Enrique Vila-Matas); «De imprescindible lectura» (Ana Rodríguez Fischer, ABC); F. (Premio Ciudad de Barcelona): «Excelente» (Ricardo Senabre, El Mun­do); Finalmusik: «Para paladares delicados» (Ricardo Senabre, El Mundo); «Con sentido del humor y su aguda visión crítica subraya algunas de las grandes paradojas de nuestro tiempo» (María Luisa Blanco, El País); El espía: «Fascinante» (José Luis Amores, Revista de Letras); y Gran Granada (Premio Andalu­cía de la Crítica): «Soberbia» (J. Ernesto Ayala-Dip, El País); «Una novela negra que... no renuncia a ser una novela del propio Navarro, con su estilo riguroso, inteligente, tajante» (Nadal Suau, El Mundo), así como el ensayo El videojugador: «Hacen falta libros como este, capaces de romper la inercia del pensa­miento y de actualizar el placer de la curiosidad libre de prejuicios» (Sergio del Molino, Revista Mercurio).
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Sánchez
Esther García Llovet
Editorial Anagrama, Barcelona 2019, 130 páginas

Sinopsis:

Madrid. Un Madrid nocturno en cuyo cielo de tanto en tanto se ve pasar alguna estrella fugaz. Un Madrid de extrarradio, de timbas, bingos, gasolineras de la M30, Casa de Campo y bares perdidos en la nada. Un Madrid crudamente real en el que de pronto puede suceder lo inesperado, e incluso lo mágico. Ese es el espacio que transitan los personajes de esta novela de perdedores en busca de una oportunidad.
Sus nombres son Nikki y Sánchez. En el pasado compartieron vida, después sus destinos se separaron. Ella ha estado trapicheando con tabaco en La Línea y ahora ha vuelto a Madrid y se ha metido en el mundillo de las apuestas y las carreras de galgos. Él, con fama de gafe y dado a desaparecer, debe dinero y acepta ayudar a Nikki cuando ella lo llama. La propuesta de Nikki a Sánchez: que la ayude a entregar un galgo de nombre Cromwell a una italiana que se dedica al negocio de las carreras. Y durante una interminable madrugada la pareja transitará por un Madrid espectral en busca de ese galgo y se topará con un montón de extraños personajes, como la artista serbia que acaba de celebrar en pleno bosque una performance consistente en comer carne cruda de ciervo durante veinticuatro horas...
Segunda entrega de la Trilogía instantánea de Madrid tras la notabilísima Cómo dejar de escribir, Esther García Llovet se confirma aquí como extraordinaria retratista de un Madrid que no sale en las guías turísticas, de la ciudad marginal de altas horas de la madrugada, poblada por personajes escurridizos e inquietantes.
Una novela breve y contundente, escrita sin florituras y con diálogos como cuchillos, que avanza sin tregua con una estructura de thriller en la que de tanto en tanto asoma un clima surreal, con imágenes y situaciones dignas de un David Lynch en estado de gracia tras ingerir algún brebaje castizo.
«Esther García Llovet es una perra verde. Un bicho raro en el contexto actual de la literatura española: el mundo de sus escritos es también el de una perra verde. El de una exquisita rara avis... Esta autora cuestiona cada código, cada imagen, cada palabra... Estupenda» (Marta Sanz).
«Nos gusta mucho García Llovet, y nos gusta su estilo, su poética: afirma
su preferencia, como lectora, por las grandes novelas oceánicas (con Bolaño y Foster Wallace como inexcusables referencias), pero como escritora apuesta por las novelas escuetas y alusivas. Su universo narrativo incluye una dosis innegable de extrañeza alentada por una especie de arcano inaccesible, de “fatum” de tragedia griega. Autora de culto» (Sara Mesa).
«Una muy buena escritora, que maneja la tensión narrativa y la ambientación de manera soberbia y mesurada» (Sergi Bellver, Bitácora de Sergi Bellver).
«Ha hecho de la calidad una de sus señas» (Javier Moreno, Quimera).
«Su estilo es de cuchilla de afeitar» (Laura Fernández, Go Mag).
«Es de esas escritoras “secretas” que causan adicción» (Carlos Sala, La Razón).
«Una escritora única... Magnetiza al lector» (Recaredo Veredas, Qué Leer).
«Excelente narradora... Brillante» (Alberto Olmos).

La autora:

Esther García Llovet (Málaga, 1963) vive en Madrid desde 1970, donde estudió Psicología Clínica y Direc­ción de Cine. Ha publicado Coda (2003), Submáquina (2009), Las crudas (2009) y Mamut (2013), además de relatos en diversas antologías y revistas. Es traducto­ra del inglés y colabora habitualmente en la revista Jot Down.
En Anagrama ha publicado Cómo dejar de escribir(2017): «García Llovet es una pegadora certera, de buen juego de piernas y golpe preciso» (Carlos Zanón, El País); «Espléndida novela corta. Mé­rito literario, sustentado en una prosa de buscada sencillez, ingeniosa en sus manifestaciones de hu­mor excéntrico y muy expresiva en su bien dosifi­cada creación de juegos de palabras. A lo cual con­tribuyen también la fluidez y el dinamismo de sus diálogos» (Ángel Basanta, El Mundo); «Esther García Llovet tiene una capacidad muy grande para repro­ducir el lenguaje de la calle, de la gente que anda perdida por un Madrid fantasmagórico, entregada a búsquedas raras porque no tienen nada que hacer» (Benjamín Prado); «Su prosa no mece, no calma, no acompaña, porque supone una sístole ancha y pro­funda, capaz de dar la bofetada oportuna. El lector no olvidará el impacto de su ritmo, la melodía de su verbo y la impronta de una narradora que respira por el pulmón del mejor McCarthy, del eterno Bellow y del último Bolaño» (Ángeles López, La Razón).

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