gentilhombre polaco
Joseph Boruwlaski
Lengua de Trapo, Madrid, 133
páginas
Memorias del célebre enano Joseph
Boruwlaski, gentilhombre polaco es una apuesta interesante ya que nos permite conocer la historia de este
célebre enano que vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX. Y sobre todo,
explorar guiados por su mano y sus peripecias, las cortes europeas en un
momento en el que el mundo se debatía entre el Antiguo Régimen y el Siglo de
las Luces.
En las
cortes y en los palacios del Antiguo Régimen, era muy frecuente la presencia de
estos anormales monstruos de la naturaleza, considerados, sin embargo, como una
señal de distinción y exclusividad, que desempeñaba la función de diversión para la realeza y
para la aristocracia. Entre estos seres anormales, los más valorados eran los
enanos siempre que sus cuerpos estuvieran bien proporcionados. Al reunir
comportamientos amenos y afables, los enanos tenían el privilegio de pasearse
por los salones señoriales, gozando de una vida suntuosa a cambio de
proporcionar diversión a cortesanos y cortesanas. Personajes pues “de placer”
-así les llamaban- que reyes y nobles albergaban en sus palacios poco menos que
como juguetes u objetos de diversión.
Con el
cambio de época (paso del Antiguo Régimen al mundo burgués) los enanos verán
modificado su status, no su rol. En pocos años, pasaron de vivir entre lujos a
tener que ganar su sustento, mostrando sus habilidades delante de un público
mucho menos opulento y refinado.
Las
memorias del enano Joseph Boruwlaski tienen el interés de evidenciar este
cambio de tiempos. Lo traumático que fue para él y para sus iguales el paso de
divertir a reyes y nobles, sus benefactores, a sentir la humillación de ser un
espectáculo burlesco para la plebe, exhibiéndose a cambio de dinero. Esa es
precisamente la razón por la que Joseph Borulawlaski escribe sus memorias: las
redactó, escribe, para rendir cuentas ante si mismo de las diferentes
situaciones ante las que se encontró.
Boruwlaski nació el año 1739 cerca de Halych, en la Rusia polaca. De
padres humildes y estatura media. Tuvieron seis hijos, tres de estatura normal
y otros tres, entre ellos el protagonista y voz narradora, por debajo de la
altura de los niños normales. Sin embargo, no padecían enanismo y estaban bien
proporcionados. A los quince años fue acogido por su benefactora, la condesa
Humieska que lo llevó a Viena y lo presentó a la Reina Emperatriz que lo
consideró una de las cosas más divertidas que jamás había visto. Obtiene las
voluntades de todos los que lo conocen aunque, a la vista de los demás, no era
más que un muñeco. Despierta la misma curiosidad en Múnich y en otras cortes
europeas y, poco a poco, va adquiriendo una educación amplia y refinada, hecho
que provocó el celo y las venganzas de otros enanos.
Una de
las secuencias más interesantes de las memorias de Joujou -así le llamaban- es
el relato en el que nos confiesa su
atracción por el sexo femenino, del que, reconoce, depende la felicidad de los
hombres. Y es así como se enamora de Isaline Barboutan, una joven acogida por
su benefactora. Lo relata en un episodio que ocupa buena parte de las memorias
de Joujou. A pesar de ser consciente de
que su tamaño corporal es un obstáculo para alcanzar la felicidad, acaba por
declararle su amor a la chica, pero no como podría hacerlo un niño. Después de
múltiples rechazos, la madre de la joven da su consentimiento para la boda, sin
contar con la aprobación de la hija porque el enano cuenta con la aprobación de
un príncipe, y ve en el matrimonio un asunto ventajoso. Y Joujou, a partir de
la boda, se verá obligado a exhibirse a cambio de dinero por distintos países
de Europa.
Más que
lo hechos, aventuras, viajes y personalidades a las que Borulawski conoce
-María Antonieta, el Príncipe de Gales y los reyes de media Europa-, las
memorias de este hombre miniatura pero de gran talento, permiten que nos
acerquemos a las prácticas del Antiguo Régimen, heredadas de las fiestas y
entretenimientos con los viejos bufones medievales. Una época en la que el
hecho de poseer uno de estos monstruos de la naturaleza era considerado un
signo de exclusividad de las clases sociales más poderosas. Frente a esas
prácticas, el comportamiento del protagonista, reflejado en estas memorias, es
una verdadera lección sobre la igual dignidad de los seres humanos, sea cual fuere
su condición física.
Excelente ...
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta