Páginas

martes, 26 de junio de 2018

"PURA VIDA": ENTRE ILUMINADOS Y PERDEDORES




Pura vida

Vida & de William Walker

Patrick Deville

Traducción de José Manuel Fajardo

Editorial Anagrama, Barcelona, 2018, 279 páginas



    

   Pura vida. Vida & de William Walker es el título con el que Patrick Deville (Saint-Brevin-les Pins, 1957) inició su saga de historias que, partiendo del año fronterizo de 1860,  forman parte de un ambicioso proyecto de doce piezas narrativas rotuladas con el “dictum” latino: “Sic Transit Gloria Mundi”. Las seis primeras viajan de Oeste a Este. Las otras seis harán el viaje al revés. Todas ellas, Pura vida incluida, nacen con el propósito de recorrer el mundo acompañando a héroes o antihéroes, radiantes o fracasados pero que están en el origen o participaron en el desarrollo de una exploración o de una conquista, muchas veces descabellada. Novelas de no ficción que convierten hechos históricos en prosa literaria, y cimentadas en un laborioso trabajo de investigación y numerosos viajes. Se convierten en literatura cuando el escritor detiene la investigación e inventa una forma.

   En ese proyecto transformador de la literatura en historia y viceversa, han salido de la pluma de Deville  Ecuatoria (2006), Kampuchea (2011), Peste & Cólera (2012), Viva (2014). Lo hace ahora, en la edición española de Anagrama, el relato de aventuras reales del filibustero William Walker, Pura vida, que inició la serie en el años 2004.

   En la misma línea de las cuatro precedentes, Pura vida es una “novela de aventuras de verdad”. Y, al igual que ellas, profusamente documentada, intensamente épica y trágica y adecuadamente ficcional. Transitada así mismo por múltiples personajes que han construido la Historia para bien o para mal.

   Con Pura vida Patrick Deville le da existencia, o mejor dicho les permite recuperarla, a libertadores y conquistadores, revolucionarios y dictadores, figuras que forman parte de la Historia de Centroamérica como Gonzalo Fernández  Oviedo, Bolívar, Francisco Morazán, Narciso López, Antonio de la Guardia, el general Sandino, Somoza, el dictador neroniano, el Che, el Che.50, el poeta Roque Dalton, Ernesto Cardenal, Sergio Ramírez… y sobre todo William Walker, un personaje que bascula entre los grotesco y lo extravagante, un loco arrebatado por ideales de aventura, ideales improvisados y que una mano oculta, la del imperialismo norteamericano -el Destino Manifiesto de los Estados Unidos para extenderse hacia el Sur- que ya en el siglo XIX movía desde la sombra la política y las revoluciones de América Latina.

   La vida de William Walker es en sí misma una fabulación, una novela marcada por la impronta de una utopía ideológica amalgamada con no poco maquiavelismo. La existencia de un héroe negativo, un verdadero filibustero norteamericano, se despliega en una novela poliédrica, laberíntica, ramificada en múltiples historias como quería Borges. En ella, desde la amalgama de historia y ficción, nos ofrece Patrick Deville, un retrato de la historia agitada de Centroamérica, con figuras legendarias y quijotescas y no poca crueldad que se deja ver en múltiples batallas y peripecias tan desmesuradas y utópicas que parecen irreales.

   La novela se inicia con una prolepsis que nos sitúa en septiembre de 1860: William Walker, tras años de combate y múltiples fracasos e intentos de conquistas imposibles, culminará pronto su derrota definitiva. Antes ha barrido a sangre y fuego buena parte de América Central. Pero a renglón seguido, reconstruye Patrick Deville la existencia de William Walker, nacido en Nashville y con una adolescencia conmocionada por el descubrimiento de los poetas románticos, Lord Byron en especial, y por la muerte del único amor de su vida, una muchacha sordomuda de largos cabellos negros. Una muerte que lo transforma en un temible soldado de fortuna, con un único sueño: presidir una república. Y, en efecto, tras recortar territorio mexicano de Sonora, logró ser, en unas elecciones amañadas, elegido presidente de Nicaragua con el propósito de restablecer la esclavitud y construir un canal interoceánico. Los ejércitos de cinco países  lo expulsarán de inmediato, mas muy pronto ataca una zona costera de Honduras. Terminaría su vida fusilado en una playa de Trujillo.

    
                                                 
William Walker

   William Walker es sin duda el centro del libro. Pero Patrick Deville, como ya hiciera en sus otras cuatros novelas-verdad, despliega en Pura vida un inabarcable mosaico de historias, compuesto de gestas, inútiles sueños de locos y elegidos, relacionadas entre sí a pesar de las distancias temporales. Un pretexto para reflexionar sobre la historia política y social de Centroamérica. Vidas llenas de actos de bravura, de felonías asesinas, de inmensas traiciones que, como escribe Deville, nada tienen que envidiar a las de los hombres ilustres de Plutarco. Una verdadera galería de iluminados de primer orden, eternos perdedores. Por ellos, por los fracasados, confiesa Deville su fascinación. Fresco también de pesadillas, de violaciones sistemáticas de los derechos humanos, de la bala en la nuca, de  la carta blanca que tenían los torturadores de Centroamérica, igual que sus colegas del Cono Sur. La misma ética de buitre, como escribió en 1985 Roberto Sosa. Topografía de las basuras de la Historia que nos permite rehacer el mapa corrupto no solo de América Central, sino también de buena parte del Continente.

   Novela fragmentaria, con múltiples rupturas temporales, con anticipos, avances y retrocesos. Patrick Deville maneja con oficio y eficacia esta su primera combinación de historia, biografía y reportaje. Acierta así mismo con esa técnica de las estructuras paralelas: los dos hilos narrativos con los que se teje este libro. La novela alterna, en efecto, secuencias de la vida, pasión y muerte de William Walker, de sus locas gestas y de los héroes y antihéroes, casi todos iluminados, que le precedieron o que, tras él, contribuyeron a crear la convulsa historia de Latinoamérica, con las propias errancias, por los mismos derroteros del escritor, y sus encuentros con Ernesto Cardenal, Sergio Ramírez, Roberto Sosa, entre otros muchos.

   Ficción y no ficción, relatadas con un estilo de prosa claro y conciso, pero que adopta con frecuencia una clara tonalidad épica  gran fuerza evocativa y un acertado manejo del color, de la frescura narrativa y no pocas dosis de escepticismo e ironía. El resultado: una novela exultante que nos traslada a lo más profundo, brillante y sórdido de América Latina.









 
Patrick Deville


Fragmentos



“Durante  todos aquellos meses pasados en compañía de William Walker, recorriendo América Central  tras las huellas de su ejército fantasma, había ido descubriendo poco a poco que algunas de aquellas vidas llenas de actos de bravura admirables, de traiciones inmensas y de felonías asesinas, no tenían nada que envidiar a las de los hombres ilustres que había reunido Plutarco. Y me quedó claro que, durante los dos últimos siglos, esta  región del mundo no había sido más avara en héroes, traidores y cobardes de lo que fueron las provincias griegas y latinas en la Antigüedad: también aquí los hombres habían soñado con ser más grandes que ellos mismos y habían fracasado. Y me vino la idea de reunir algunas de esas vidas.”



…..



“En menos de un año, el hombrecito de levita negra se ha desgarrado por dentro: sigue siendo aquel niño tranquilo y tímido de Nashville y se ha convertido en el temible aventurero William Walker. Tiene la mirada alucinada de los locos y de los conquistadores. Ahora considera en secreto la posibilidad de atacar Sonora de nuevo, pero es Nicaragua la que lo espera más al sur, y en ella entrará a sangre y fuego antes de ir a morir a Trujillo, Honduras.

Varias decenas de años después de su muerte, Augusto César Sandino, el general de los hombres libres escribirá esa frase en su día grabada con un buril en mármol del Parque Central de Managua: Vuestras manos deben ser ciclón sobre los descendientes de William Walker.”



…..



“Al frente de ellos, el jovencito de levita negra manchada de sangre todavía no es consciente de que ese es su fin. Solo sabe que desde su primera expedición a Sonora, siete años antes, nunca se ha encontrado en una situación tan peligrosa.

Peo este tipo de hombre nunca se cree perdido, incluso si es perseguido como una bestia y no tiene salida, incluso si tiene una herida de bala en la pierna, ya sea en la jungla de la Mosquitia, en Honduras o en la quebrada de Yuro, en Bolivia. William Walker cree que todavía puede encontrar por casualidad en el bosque al general Cabañas y a sus hombres. Que se unirá a ellos para hacer frente al ejército hondureño que les pisa los talones. Su imaginación bulle al ritmo de su sangre enloquecida.”



(Patrick Deville, Pura vida, páginas 29, 87-88, 257-258)

2 comentarios:

  1. Me ha encantado tu reseña, esta novela promete atraparme, ya que su contenido en historia, investigación y documentación a partir de aquél 1860, es algo que me atrae profundamente.Muchas gracias, conseguiré los 12 libros, porque me imagino, se enlazan uno con otro.Te dejo un abrazo, muchas gracias.

    ResponderEliminar
  2. Muy bien planteado ...

    Saludos
    Mark de Zabaleta

    ResponderEliminar