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jueves, 14 de febrero de 2013

"TUYA", CUANDO EL SEXO SE CONVIERTE EN DROGA


Tuya
Cecilia Guiter
Ediciones Temas de Hoy,  Madrid, 2013, 319 páginas.


   No cabe duda de que la trilogía de E. L. James, Cincuenta sombras de Grey, ha marcado un antes y un después en el ámbito de la literatura erótica, al menos en cuanto a ventas se refiere. Desarrollada a partir de la “fanfiction”, el 1 de agosto del pasado año Amazon anunciaba que había vendido más copias que de  la serie completa de Harry Poter. Es que la descripción revalorizada de los placeres carnales que vuelve a la carne deseable, como un juego placentero, ha estado asociada a la cultura y a la sociedad, y en definitiva a los seres humanos, desde siempre y a pesar de las censuras. Lo sigue y lo seguirá estando. Con la llegada de Internet se han facilitado las cosas y la literatura erótica, aunque de forma transversal, ha alcanzado un gran incremento. El anonimato y la facilidad para crear sitios web están facilitando su difusión.
   Cecilia Guiter, otro fruto del taller literario de Clara Obligado, debuta en la narrativa de formato largo con esta novela, Tuya, un texto con una profunda carga erótica, pero no solo eso, editada en Temas de Hoy.
   La autora en efecto enhebra una novela de alta pulsión erótica, pero no exenta de trama argumental, con un buen desarrollo narrativo, fácil de leer, y sobre todo siendo su texto un fiel reflejo de los hábitos de nuestros días en materia sexual y un testimonio de hasta qué  punto puede llegar la sumisión. Novela de sexo explícito, con múltiples escenas de alto contenido erótico. Pero quizás el componente sexual es lo menos importante en este debut narrativo de Cecilia Guiter.
   La novela nos traslada la historia de Dakota Udaz, una mujer divorciada que a sus treinta y siete años ha desarrollado en plenitud su faceta profesional, ha adquirida un gran status  en la empresa en la que trabaja, cuenta con buenas amigas, pero su trabajo empieza a absorberla tan sutilmente que, sin siquiera percatarse, comienza a tener sueños húmedos. Buena estudiante, exitosa, todavía es joven, se siente una persona completa, libre y feliz, aunque no tiene vida sexual. Pero de pronto toma una decisión: buscarse un amante. Sus amigas la aconsejan ir directamente a un portal de ligues por Internet. Lo que busca es acostarse con un hombre sin implicarse emocionalmente. Lo halla en el primer intento y aquí comienza una impensable historia de sumisión, que convierte en un título muy apropiado  el que la autora ha elegido para rotular su novela. La protagonista se verá sometida a experiencias sexuales extremas, a emociones nuevas en una mezcla ambivalente de sentimiento y deseo.
   Todo ello hace que surja espontánea la reflexión y la pregunta que inquietará sin duda al lector: ¿hasta dónde llega el poder del deseo? Ese deseo sexual convertido en  absoluto acatamiento, que es capaz de arrastrar a una mujer madura, culta, educada “maternalmente de Corte Clásico”,  a soportar situaciones límites como que terceros la hagan suya, atada, exhibida, prostituida simplemente porque  todo eso pone cachondo al “maravilloso” hombre que encontró en Internet, un adicto que ha convertido el sexo en el epicentro de su vida. La relación tóxica y obsesiva termina como tenía que acabar: en la incertidumbre y en las puertas de la tragedia.
   Novela de protagonismo femenino. Son mujeres las que con éxito manejan una empresa, las que toman iniciativas, las dueñas de sus cuerpos y de sus deseos, las que, a conciencia, se convierten en Gatas Salvajes, las que rompen con los tabúes sexuales y afrontan sus consecuencias. Si hay un apelativo que en justicia les corresponda a los varones de esta novela, éste, con la excepción del amigo Nick, es el de “escapismo”.
   Una vez más con el digno debut en la narrativa de formato largo de Cecilia Guiter, la literatura recrea con su juego interminable y  a veces insensato de palabras, una historia erótica, con el acicate  de intrigantes preguntas que sin duda desasosegarán al lector mucho más que los escenarios sexuales y el sexo explícito del que está repleto esta novela.

Francisco Martínez Bouzas



Cecilia Guiter

Fragmentos

“Esta noche, Dakota ha tenido otro sueño húmedo. Medio dormida, sin abrir los ojos aún, trata de capturar las imágenes evanescentes. Entonces lo evoca: un hombre entra en su cuarto y avanza hacia ella. Está desnudo de cintura para arriba y muestra un torso grande, con bastante vello, brazos musculosos y un tatuaje tribal en el izquierdo. Su cara tiene los rasgos difuminados. Se desprende de los pantalones. De pronto está junto a su lecho La ley de la gravedad y el tiempo son diferentes, con una cualidad sensual. La mira. Ve la huella de su cuerpo bajo la sábana de un blanco nacarado. Alza la mano y retira la sábana despacio, haciéndole notar la tela por su piel. Se sube encima de ella a horcajadas. Ambos están desnudos y ella desea recibirlo. Sujetándola por las muñecas, la penetra con una mirada neutra. Dakota ve una fisonomía sin rasgos y aún así se estremece.”

…..

“Sueña  que Eliseo aparece en su cuarto. Trae unas cuerdas. Con lentitud, ata un extremo a su muñeca y el otro al dosel de la cama. De repente ella está atada de pies y manos. Desliza su lengua por un pie, tomándose su tiempo, subiendo por la rodilla. Se detiene. Sube por el muslo, rozando una zona peligrosa, esquivándola, alcanza el ombligo y termina besándole un pecho, el otro. Ella, impotente, liberando un placer puro, espera retorcida de deseo. Él la besa con los labios y vuelve a bajar. Se centra en la piel de la ingle y no llega nunca…, hasta que por fin alcanza el sitio que busca, y cuando bebe de ella estalla su orgasmo. Se despierta luchando por respirar, con la sábana mojada, pegada a su contorno, completamente trastornada”

(Cecilia Guiter, Tuya, páginas 9, 138)

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