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sábado, 3 de diciembre de 2011

EL MUNDO DE EROS DE JENIFFER MOORE

Poesía de Jeniffer Moore
Jeniffer Moore
Editorial Pelícano, Miami, 2011, 132 páginas.


Un saludo ante todo para esta segunda incursión en la lírica de Jeniffer Moore, poeta desde niña de Justiniano Posse (Argentina). Su Poesía es un libro que se defiende solo porque en los versos de Jeniffer Moore hay una “sabiduría”, un gran territorio de belleza oculta que no deja que el “pathos” amoroso que la transita, se hunda en esos pequeños mares de los versos aprisionados, sino que la  incita a flotar con libertad  en un gran éxtasis, cuyas raíces nada tienen que ver con el misticismo, sino con el amor terreno, con la pasión que la autora entiende como los motores del universo.
Bautiza Jeniffer Moore sus poemas como hijos de la soledad, del infortunio o de la plenitud vital. Sus dos nombres -el heterónimo Jeniffer Moore- y el real que la poeta revela en el prólogo de su poemario, honran una poesía que quizás, en efecto, ha pasado demasiado tiempo en la soledad de los archivos, pero que, en las manos de los lectores, ayuda a vivir, a soportar las inclemencias o fierezas de la existencia. Ese gran milagro / verdad del mundo que se produce cuando la poesía se convierte en un virus que nos contagia sin solicitar nuestro permiso. Se transforma entonces en una magia que se viste en  un “mar de metáforas”, en la literalidad, en el acto que individualiza la lengua en tanto que experiencia formal y construcción personal única. Y ese gran milagro / magia / verdad del mundo incendia nuestra noches, porque en estos poemas fuertemente confesionales y existenciales que nos brinda la escritora, hallamos una explosión de esa “ubris” compuesta de risas y lágrimas, estados felizmente convulsivos. Excitaciones psico-afectivas, constitutivas de nuestra especie, y que hallan su plenitud en los estados amorosos que purgan ansiedades y transforman las experiencias humanas en momentos quizás precarios, inciertos, aleatorios, pero que vivimos como óptimos y supremos, como estados beatíficos.
De esta materia “úbrica”, pero profundamente humana, están hechos los poemas de Jeniffer Moore que se adscriben sin duda a esa tradición derivada de Gérard Genette que ve en la poesía una de las formas más intensas y prestigiadas de la escritura del yo, un arquigénero,  aunque no implique en teoría ninguna pretensión de sinceridad y de verdad referencial, ni el uso necesario de la primera persona, que no la evita por cierto Jeniffer Moore. Una forma privilegiada de ese “homo estheticus” moderno del que habla Luc Ferry.
Aunque no es el amor el único motivo de su decir poético, Jeniffer Moore traduce esa fuerza compulsiva del mundo de Eros desde el primer poema hasta el último desde ese “Provócame / desde aquel horizonte empozado en tus ojos” (página 16) de su “Pro-Vocativos sin reservas” hasta esas salutaciones (“¡Salve!...hombre de setenta y más”) del largo e impresionante poema final, “Los húmedos pliegues de las estaciones”.
Jeniffer Moore
No desprecia la poeta los privilegios fonocéntricos, aunque no es cautiva de la métrica y le otorga mayor importancia a otras dimensiones, como la enunciación y las figuras pragmáticas del poema, esas actitudes líricas que resultan del juego de relaciones entre el yo poético y el destinatario que podríamos categorizar como apóstrofe lírica, caracterizada en muchos de los poemas por la patentización en el enunciado de un tú lírico de ensalzamiento amoroso con el que la voz poética mantiene una fuerte tensión apelativa, en sus múltiples subtipos y matices: confidencial, imprecación, ruego, mandato, lamento…
Aunque no podemos confundir el yo del poema con el autor / autora que está detrás, la poesía lírica de Jeniffer Moore, eminentemente subjetiva y expresada frecuentemente en primera persona, difícilmente puede ser entendida como un simple ejercicio estético, haciendo abstracción de sus propias vivencias. Si bien desconozco las secretas claves de su decir poético, apuesto por una “poesía-verdad”, por una poesía del corazón que vive y late al compás de la escritura. Quizás es esa verdad del poema la que hace que estos versos verdaderos nos lleguen hasta tan dentro y se conviertan realmente en incendios, como diría Vicente Huidobro.

Francisco Martínez Bouzas


Fragmentos

“Busco dentro de ti
 y el alba llega
como llega la hora y el suplicio.
Hay un pájaro de fuego en nuestros ojos
que no se rendirá.

Y desde el muro
junto al jazmín que espera,
me deshago en la sombra de tus besos."
…..

“Tierra  fecunda soy
propensa al verde y las raíces.
“A mi diestra, el amante
que ondula majestuoso
en su lecho de arenas y de espumas.

Me copulan el aire, el fuego,
la risa de sus aguas contra mis pies apátridas.

Nacida fui para el bosque de tus ojos,
amanecer tardío de tu boca.”
…..

“¡Salve!... hombre de setenta y más
porque de todos eres, quien refunda
tribus perennes en mis venas.
El que ha descubierto
los antiguos albores de la luna.
Arco iris en mano, me vences
en un jaque de tres movimientos.

¡Salve!... hombre de sesenta y más
porque de todos eres quien se deja
montar sin bridas.
El que no pide ayuda cuando se ahoga
en torbellinos de mis labios.
Quien echa su armadura al fuego,
deja que el Arca se vaya con sus bestias
y me desnuda el alma mucho antes
de quitarme el anillo.”

(Poesía de Jeniffer Moore, páginas 29, 34, 130-131)
.

9 comentarios:

  1. Muchas gracias, Francisco por tu mirada analítica y honda sobre mi modesta obra literaria. Es un privilegio y una gran satisfacción saber que has disfrutado de los versos.
    Recibe un fuerte abrazo.

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  2. Me descubro ante tanto talento y sensualidad,con admiraciòn profunda poètica,desde un rincòn malagueño.Antonio Jesùs Ruano Gòmez

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  3. Poesía potente y que atrapa.
    Un saludo.
    Sandra Fontecilla

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  4. Siempre una luz majestuosa traida de la mano por esta bella Jeniffer, amiga querida, admirada. Vaya mí abrazo para ti, dulce Argentina con todos los jardines en asombro. Tony.

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  5. jennifer

    versos con profundidad, un regocijo para el lector aspirar el perfume neto de tus versos.
    Destaque especial para la palabra de Francisco Martinez Bouzas o el saber ver las letras.

    cariños desde Argentina

    Marisa Aragón Willner

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  6. Muchas gracias a todos por tan amables comentarios. Un fuerte abrazo.

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  7. Ya he comentado este trabajo en otros sitios y no me canso de leerlo y recomendarlo. Leer la obra de Jeniffer es una agradabilísima y enriquecedora aventura de la que uno sale enamorado de la vida, y cree más que nunca en al Amor. Gracias y un abrazo.

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  8. Abro esta ventana a la luz de versos tan sonoros y como raudales de corazón y alma los reconozco.
    Un verdadero encanto y si, desde luego una bellísima apreciación la que haces tu Francisco. Gracias.

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    1. Muchas gracias Jeabelly, Pastor y Francisco por su aliento. Un fuerte abrazo, desde Miami.
      Jeniffer Moore

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