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lunes, 20 de febrero de 2023

ENTRE PSICÓPATAS SATÁNICOS

El astrólogo y los crímenes de Montjuic

Lola Fernández Estévez

Ediciones Atlantis, Aranjuez (Madrid), 2023, 299 páginas

 

   

 

    Es su cuarta novela. Todas ellas, amén de varios relatos, han sido editados debido a la gran fuerza que impulsa la voluntad de esta mujer cordobesa, emigrada de niña a Cataluña. Ya sin ser una jovencita se graduó en Filosofía, en Narturopatía y Acupuntura. Debido a su tesón y a la calidad de su escritura, consiguió publicar Tiempos de sal (2016), una novela de esclavas, con una trama amarga como la sal; Natica (2018), una novela-verdad que convierte a personajes reales en “dramatis personae”, si bien tamizados por la ficción. Dos años más tarde dio el salto, con Operación Inuit, a la novela negra.

   Y en el subgénero negro sigue instalada por el momento con El astrólogo y los crímenes de Montjuic, editada recientemente. Un reto que le exigió realizar algún curso extra sobre crímenes perfectos.

   Precedida de una cita de Albert Einstein, cuyo contenido se reitera en la novela, sobre el determinismo que guía el universo - una verdad a medias porque hoy sabemos que no es así; hablando con rigor en el univers, tanto macrofísico como microfísico, los movimientos estocásticos son muy frecuentes-, la autora define su obra como una novela negra con rasgos esotéricos. Aunque en  la novela interviene, y de forma muy activa, un detective, esta no es una novela detectivesca, sino  un espléndido y tenebroso thriller.

    Una joven es atacada en una calle barcelonesa y el anónimo atacante carga con ella como con un fardo. Es Érica Vázquez, una joven de diecisiete años. Y en Montjuic encuentran su cadáver con signos de violencia. Pero con Érica Vázquez solamente había comenzado un ritual de misas negras sexuales. Otras dos chicas, apenas aflorando a la juventud, desaparecen en la Ciutat Vella de Barcelona. Laura Mena desparece en el barrio del Raval.  También aparece muerta con su cuerpo torturado en Montjuic. Y lo mismo ocurre con Joana Masip.

   Un astrólogo, Artur Murgas y un detective, Germán Ortuño y el inspector de la policía catalana, Manuel Baró se encargan de investigar estos crímenes en serie que parecen provenir del mismo nido de serpientes. Desaparecerá otra joven, Sonia Ramírez, pero después de incontables atrocidades y sadismo, consigue sobrevivir. Tras múltiples investigaciones, los investigadores sospechan de un grupo que se mueve entre la magia, el esoterismo, la crueldad la vesania en sus indescriptibles asesinatos.

   Crónica social -me seducen estas palabras de la autora-, donde se cometen bárbaros asesinatos y violaciones. El lector se va a encontrar con los más espantoso y lo más cruel y la consagración a la deidad de las Tinieblas. El barrio del Raval actúa como el microcosmos o espacio fundamental de la historia, pero no es el único. Y ahí está como un protagonista más, con la prostitución, la drogadicción  y con una ley: la del más fiero.

   

                                              

                                            

                               Lola Fernández Estévez

 

    La novela rebosa de referencias sobre la conjunción de los astros -por algo uno de los principales sabuesos es astrólogo-, pero también de referencias filosóficas. El desenlace vertiginoso e inesperado, con una vuelta de tuerca: un personaje incriminado del que nadie sospechaba y una secta de adoradores del Anticristo, el Señor de las Sombras y de las Tinieblas. Un desenlace, sin embargo, que no es mi misión revelar.

   Novela con una estructura compleja, con múltiples secuencias, con presencia quizás de un excesivo dialogismo, ya que por ella se dejan oír múltiples voces, con opiniones, puntos de vista y registros lingüísticos, pero que la autora hace encajar perfectamente en las secuencias narrativas. Un largo relato con temporalización lineal que hace que se produzca una plena coincidencia entre el orden cronológico propio del tiempo de la historia y el orden textual del discurso.

   He tenido la oportunidad de leer y valorar las cuatro novelas de Lola Fernández Estévez y he de reconocer que esta es la más elaborada, con el estilo cuidado pero sencillo que la caracteriza, pero preñados de vigorosas y originales metáforas que lo embellecen, en una novela en la que el mal y el bien no están afuera, sino que los llevamos en nuestro interior. Son palabras de la autora.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

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