Páginas

domingo, 5 de septiembre de 2021

LA LITERATURA Y LOS DIOSES

La literatura y los dioses


Roberto Calasso

Traducción de Edgardo Dobry

Editorial Anagrama, Barcelona, 211 páginas

 

  

 

   Roberto Calasso (Florencia, 30  de mayo de 1941–Milán 28 de julio de 1921) fue un gran escritor italiano. Considerado, sobre todo por los idiomas que dominaba, una “institución literaria en una sola persona”. El núcleo temático de su obra es la relación entre el mito y la emergencia de la conciencia en la era moderna. Por eso su obra como escritor reflexiona sobre la cultura de la modernidad. Dos libros por excelencia desarrollan ese pensamiento La ruina de Kasch (1983) y Las bodas de Cadmo y Harmonia (1988), un relato de la mitología griega contada al lector de nuestros días.

   La literatura y los dioses (2001) está formado por ocho conferencias pronunciadas en la Universidad de Oxford. De él, sobre todo, extraigo las ideas de este comentario.

   ¿Comencemos con exactitud lo que significa la literatura? He aquí la pregunta fundamental que formula Roberto Calasso. La capacidad de Roberto Calasso para perforar en los géneros es indudable y poderosa, no tiene parangón ni medida Al mismo tiempo las narraciones que nos brinda de las mitologías europeas y de la hindú en Las bodas de Cadmo y Harmonía, se le asemejan.

   En el ensayo de referencia, el escritor italiano realiza metacrítica literaria, con reflexiones de gran alcance, apelando a la fórmula de explicación de lo humano en base a referentes divinos.

   Calasso parte de la premisa de que los dioses son huéspedes fugitivos de la literatura. La atraviesan con las estelas de sus nombres, pero con frecuencia también la abandonan. No fue hasta comienzos del siglo XIX cuando la literatura adquirió alguna de las connotaciones que en la actualidad nos resultan familiares y reconocibles: un saber que halla el fundamento en sí misma y que, por consiguiente, se puede definir como “literatura absoluta”. Un conocimiento que se identifica con la búsqueda, y es en sí mismo “ab-soluto”. Es decir, liberado de cualquier atadura de funcionalidad y obediencia o pertenencia al cuerpo social.

   En opinión de Roberto Calasso, el olimpo de la literatura absoluta se inicia en 1798 con la revista Athenaeum, en la que de forma anónima escribían Schlegel y Novalis. Y se clausura cien años después, en 1898, con el fallecimiento de Mallarmé.

    

                               

                                              Roberto Calasso

 

 

En este ser que se basta a sí mismo, ser solamente autorreferencial, es el lenguaje mismo el que habla, mostrándose como indomable, y ofreciéndosenos en la plenitud de su carácter temerario. No obstante, en sus interpretaciones, Calasso sale de las fronteras de este siglo mágico en su opinión, con búsquedas hacia atrás, hacia un pasado poblado de ninfas, gobernado por maestros venecianos o por la poesía védica, en la que también impera la potencia hostil del cristianismo.

   Llegará posteriormente el siglo XX, el siglo de la prosa, con dos autores que sobresalen por encima de los demás: Marcel Proust y Franz Kafka. Roberto Calasso opina que nos encontramos en una época ambigua en la que el impulso literario es débil y la percepción de lo que acontece bajo el nombre de lo sagrado o de lo divino, es caótica y ciega. Carece pues la escritura actual de la sustancia de la que se alimentaron las grandes obras literarias desde la antigüedad grecolatina: la presencia de los dioses que configuran una escritura en la que hace acto de presencia la parodia y resuena la deserción, la nostalgia o lo divino.

 

Francisco Martínez Bouzas

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario