Retorno
a lo primigenio y otros relatos
Blanca Caballero Pacheco
Juan Jorge Parera López
Editorial Llanura, Colección Elías Canetti, Madrid, 2020, 170 páginas.
Este libro entronca, como no podía ser menos, con las raíces cubanas de sus dos autores: Blanca Caballero Pacheco y Juan Jorge Parera López, que aúnan ante todo sus fantasías, mas también sus plumas, para hacernos llegar historias preñadas de ensueños y de realidad, aunque quizás esta en dosis menores. Un libro pues escrito a cuatro manos, a dos ingenios y quizás a una sola ideología. Blanca Caballero es cubana americana radicada en Miami, química, profesora de matemáticas y escritora. Su compañero de tareas escriturales en esta ocasión, es cubano igualmente, proveniente también del campo de la ciencia -físico y matemático-, pero también humanista, con muchos años de permanencia en Suecia, y acompañado por un amplio bagaje tanto científico como pedagógico. En la Asociación de Escritores de Castilla la Mancha, por medio de Editorial Llanura, publican este libro, precedido de un prólogo del escritor Alfredo Villaverde Gil.
Quince relatos de autoría compartida que no hacen recordar intentos precedentes: las Baladas líricas que Wordsworth y Coleridge escribieron en 1798, y otras autorías a dúo como las de Flaubert y Du Camp, Dumas y Maquet, Dickens y Collins o Borges y Bioy Casares, por no mencionar la más reciente de de Chistina Hobbs y Lauren Billings.
Ambos autores, o mejor dicho, la autora y el autor, se ajustan a la gramática del relato breve de mediana extensión: un género narrativo que cuenta historias breves y compactas, en las que se les da fuerza a los sucesos y detalles más importantes. Por lo mismo, estos relatos dan a conocer datos esenciales, pero no nos fatigan con referencias detalladas y minuciosas acerca de los personajes o del lugar donde acontece la historia; obligando de esta manera al lector a ser él quien los imagine. Su estructura, no obstante, es muy similar a la de la novela: se inician con una introducción o planteamiento, continúan con un desarrollo o nudo y finalizan con el desenlace.
Sin embargo, la versatilidad del relato no atenaza a los autores a mantener de forma estricta esta estructura clásica. En definitiva lo que en su día escribió Julio Cortázar: “… el gran cuento breve condensa la obsesión de la alimaña, es una presencia alucinante que se instala desde la primera frase para fascinar al lector y hacerle perder el contacto con la desvaída realidad que lo rodea.”
Blanca Caballero
En los relatos de este libro peculiar se amalgaman la ciencia, la filosofía, la literatura y el ate. Y sus atores tienen la disponibilidad, también la voluntad, para unir sus facultades creativas en tres narraciones conjuntas. Será a ellas a las que prestaré mayor atención dejando caer breves pinceladas sobre sus contenidos digéticos. Nunca, sin embargo, revelaré su contenido.
Son ellos: “Los pájaros de Yuan Yi”. Es el relato del encuentro de Yuan Yi con el desear y el querer, embriagado el protagonista por las fragancias y el culto por la poesía. Erotismo, amor a la literatura poética, pasión amorosa, nexo ancestral con las aves. Un reflejo de la más enigmática cultura china. Se alude igualmente en el relato al origen del alfabeto chino, basado en las huellas de de los pájaros en la tierra. Otro de los cuentos escrito a cuatro manos es “Retorno a lo primigenio”. Un intento de cerrar los oídos a la exuberancia y bullicio exteriores y retornar a lo primigenio, a aquello de lo que no somos conscientes y está en mi ello. Es entonces cuando comprendemos que somos seres en armonía con el resto de la naturaleza. En “Ellos lo sabían” vuelven a aunarse las dos mentes creativas relatándonos un episodio de la Segunda Guerra Mundial, tras el desembarco de Normandía, con múltiples animales sufriendo los estragos de la guerra y el fallecimiento de compañeros.
El resto de los relatos corresponden seis a cada uno de los autores. Todos colmados de fantasía a los que es preciso sumar las aportaciones y experiencias del exilio en entornos tan diversos como los de Norteamérica -es el caso de Blanca Caballero-, o los de Rusia, Suecia y España en los que se empapó Juan Jorge Parera. No falta la ideología anticastrista en algunos de los relatos de Blanca Caballero. Una muestra: “Viento tormentoso.
No es mi misión revelar el contenido diegético de estos relatos. Simplemente señalo que, con sus virtudes y defectos, pretenden introducirnos, tal como se dice en el prólogo, en la riqueza de la realidad repleta de los bueno y de los malo, lo alegre y lo doloroso. Las ilustraciones que aparecen en el inicio de cada relato, obra de pintores conquenses, son un aliciente más para acercarnos a esta obra.
Francisco Martínez Bouzas
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