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miércoles, 24 de agosto de 2016

"JOYCE Y LAS GALLINAS": LA GAMBERRADA INTELIGENTE Y PROVOCADORA



Joyce y las gallinas
Anna Ballbona
Traducción de María Paz Ortuño
Prólogo de Jordi Gracia
Editorial Anagrama, Barcelona, 2016, 197 páginas

   Joyce y las gallinas es el título del debut en la narrativa de Anna Ballbona; novela finalista del Premio Llibres Anagrama de Novela, publicada ahora en la colección Narrativas hispánicas de la editorial barcelonesa, en traducción de María Paz Ortuño. Un prólogo de Jordu Gracia contextualiza el humor, la mirada furtiva, la parodia como mecanismo de burla de Anna Ballbona, en la mejor tradición humorística catalana, Y a la vez nos ofrece algunas claves interpretativas de Joyce y las gallinas: un acercamiento a la gamberrada inteligente y a “la literatura como modelo moral de vida”.
   Anna Ballbona (Montmeló, Barcelona, 1980) pretende como escritora alcanzar la utopía de llegar a la verdad de las cosas. Y esa verdad de la realidad consiste, según ella misma confiesa, en “despedazar la impostura, la tontería, el quiero y no puedo, la comedia social…”descubrir historias que en un primer momento parecen migajas”.
   La focalización narrativa de  Joyce y las gallinas se concentra en Dora, una periodista que cubre la aburrida información local de Barcelona. Cada día se desplaza a su trabajo en un tren de Rodalies (Cercanías). Intenta hacer llevaderos los trayectos con la lectura. En el inicio de la narración, lo hace con El oficio de vivir de Cesare Pavese. Pero su lectura del diario de Pavese se hace imposible porque la conversación de un grupo de pacientes psiquiátricos secuestra su atención. Ellos han organizado una concentración de energías singulares hablando de suicidios. La protagonista va registrando y tomando nota de los múltiples y absurdos disparates y naderías  que contempla o de los que es testigo al cubrirlos como periodista: proyectos municipales, por ejemplo, sacados por el gobierno de turno como un conejo de la chistera, las peleas familiares en la comida de un domingo... Hasta que llegó un momento en el que las rutinarias estupideces de su trabajo, los temas insubstanciales de los que tiene que escribir, las absurdas reyertas de sus vecinos… le inspiran inventarse un viaje a Irlanda. Y allí, en Dublín, se empacha de Joyce, del Joyce de consumo y delirio masivo. Y tras dos horas de lectura de Finnegans Wake sin entender nada, y unas pintas de cerveza en un pub, un chico bizco le confiesa que se dedica al sublime arte de criar gallina de todo el mundo como animales de compañía.
   Tal revelación gallinácea hace que en el interior de Dora algo se resquebraje,  a la vez que la transporta a una vida nueva. Regresa e incorpora a su vida una moto y decide romper con el canon, no volver a cloquear como pidiendo perdón, decir no al sistema, a lo establecido, no tragar más sapos. Y se pone a correr. Vendrá de inmediato la explotación de una peculiar vena artística. La palanca será Banksy, el famoso artista del street art británico que en medio mundo había dejado sus huellas de crítica social, la bofetada al sistema, la provocación. Sacudida e hipnotizada por el “vandalismo” de Banksy, decide ir más allá, convertirse en una coleccionista de los absurdos sociales que plasma, con garabatos, lemas y plantillas, en las paredes del barrio periférico de los pijos. Las gallinas, como elemento simbólico, tendrán una función primordial “en su camino de imitar el sentido de la justicia, el humor o el comentario social que considera que Banksy imprimía a sus obras” (página 109). Inspirándose en las ratas de Banksy, las gallinas de Dora bordearán la crítica afilada, la gamberrada inteligente y provocadora.
                                               
Graffiti "Tonight the Streets are Ours" de Banksy que remueve la conciencia de la protagonista
 Anna Ballbona concluye la catarsis de su personaje en una tercera parte con una colección  de historias de otros, de los ricos y maniáticos del barrio pijo de Can Besllum. Historias que conoce y en las que participa con las performances de sus gallinas o cortando brotes de geranios y lanzando tarjetas de maestros de vudú al interior de los patios. Algunas son viñetas divertidas que reflejan las vidas -sobre todo las manías- de los ricos del barrio como la del “difunto marido” que escondía sus ahorros en un libro que solo tenía cubierta y título: El capital de Karl Marx. O la del tipo, Alfred, que se masturba en el garaje viendo los vídeos eróticos de las cópulas con su mujer que grababa, sin que ella se enterase, con un despertador grabador cuya naturaleza y manajo solamente él conocía.
   La novela es un entretenido artefacto social -una performance  narrativa, cabría decir- que no solo retrata la transformación catártica de una mujer, sino que ejecuta inteligentemente una crítica radical desde un imaginario anticapitalista, por ejemplo a las manías que son la socialización de los absurdos cada vez más invasores en una sociedad que mira para otro lado para no abrir la caja de los truenos. O los efectos perniciosos de la crisis. En ese sentido, las acciones de la protagonista tienen un efecto liberador para ella y para los sitios donde tienen lugar, incluso para el tipo que se masturba y que la persigue después de la Performance final.
   No cabe duda de que la autora participa en la novela con elementos de su propia biografía, casi siempre autoirónicos, como la referencia al “proyecto de escritora” que estuvo en Ledig House, la residencia de escritores en la que la Anna Ballbona disfrutó de una estancia para escribir esta novela.
   Un estilo de prosa ajeno a academicismos y preciosismos pretenciosos, pero muy trabajado y con presencia del lenguaje de la calle, viste  el espíritu de insurrección de esta novela en la que una gallina “se podía alzar como una renovada creación del pensamiento libre”

Francisco Martínez Bouzas

                                                 
Anna Ballbona
Fragmentos

“En una plantilla recurrente de Banksy aparecían unas ratas diciendo precisamente «Tonight the Street are Ours». Cuando Dora vio el documental enseguida tuvo la intuición de que las ratas significaban para Banksy lo que para ella eran las gallinas. Una especie de elemento mágico que actuaba como llave maestra ante todas las maldades y oscuridades; la coyuntura que desarmaba las hipocresías del sistema, arrancaba las máscaras y pisoteaba las injusticias.”

…..

“No estaba dispuesta a aguantar ni una sola lección de esa gente que iba disfrazada de normales como tú y como yo. Hipsters, pijos, riquillos, progres de salón, marxistas de salón, lenins de salón, derecha por encima de la Diagonal, izquierda por encima de la Diagonal, fantasmones de la doble moral…Dora los llamaba el establishment. Pensamiento petrificado que ni se cantea, era el hecho y la actitud. Una sociedad puritana, en resumen, que no estaba dispuesta a tolerar el camino más largo para volver a casa o la salida distinta por la tienda de regalos. Del establishment, del pensamiento unívoco. Dora tenía una moto. Huía como gato escaldado que del agua fría huye. Huía y lo atacaría. A su manera. Le daba igual si, de entrada, no se entendía del todo. Estaba acostumbrada a que no la entendiesen. ¿La había entendido alguien cuando hacía la gallina? La moto, las plantillas, las tarjetas vudú eran armas cargadas de futuro y de poesía.”

…..

“En principio, este despertador sólo era un juego inofensivo. Se masturbaba en el garaje del patio viendo la grabación de algún hito erótico con su mujer. Esos artilugios tenían una apariencia tan normal que era imposible detectar que estaban grabando. Por tanto, como sólo él conocía el montaje, los coitos que de costumbre eran desganados y rutinarios, él los exageraba. Insistía en embestir por detrás a su mujer para verle la cara que nunca le veía. Tanteó con algún invento sadomasoquista (un látigo, una atadura) y probó una sarta de cremas pringosas y lluvias doradas que su mujer aceptaba, según el caso, con extrañeza, angustia o asco.
Precisamente una de las veces que fue peor, ella retiró la boca de la polla, dando arcadas,  a punto de vomitar. La mujer le lazó con rabia el látigo y el antifaz y Alfred se quedó con el miembro ardiente, a la intemperie también, gimoteando ridículamente, sin placer, con cara de idiota. Cuando volvió a ver las imágenes, la arcada le  vino a él, pero de rabia hacia su mujer por haber roto el hechizo. O por lo que él tenía por hechizo. A partir de aquello, empezó a urdir un nuevo propósito: conseguir mujeres a su gusto para grabarlas en la cama de casa.”

(Anna Ballbona, Joyce y las gallinas, páginas 110, 123, 162)

6 comentarios:

  1. Me parece que Ana es una rebelde inteligente y audaz y ha sabido ridiculizar lo que en verdad, a todos nos debería resultar ridiculo. La crítica , me ha parecido genial y da una idea muy clara de los personajes de su obra y del pensamiento y el sentimiento central de la autora. Gracias por compartirlo, Francisco

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  2. Me parece que Ana es una rebelde inteligente y audaz y ha sabido ridiculizar lo que en verdad, a todos nos debería resultar ridiculo. La crítica , me ha parecido genial y da una idea muy clara de los personajes de su obra y del pensamiento y el sentimiento central de la autora. Gracias por compartirlo, Francisco

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  3. Una novela que apunta de manera mordaz, a la verdad de los hechos y de tomar medidas eficaces. Me gusta porque es una mujer, (símbolo de mi idiosincrasia, sin ser feminista) la que emerge con un halo de cierta metamorfosis de carácter a través de las gallinas, que son como su despertar a la luz de la verdad. Una novela que parece ser todo un dilema. Noto un léxico muy rico en la lectura y eso me encanta, recibe mis felicitaciones y mi más sincero abrazo. Gracias por el placer de leerte, tu crítica, es siempre un regalo a mi corazón.

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  4. Una novela que apunta de manera mordaz, a la verdad de los hechos y de tomar medidas eficaces. Me gusta porque es una mujer, (símbolo de mi idiosincrasia, sin ser feminista) la que emerge con un halo de cierta metamorfosis de carácter a través de las gallinas, que son como su despertar a la luz de la verdad. Una novela que parece ser todo un dilema. Noto un léxico muy rico en la lectura y eso me encanta, recibe mis felicitaciones y mi más sincero abrazo. Gracias por el placer de leerte, tu crítica, es siempre un regalo a mi corazón.

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  5. Esa representación de una realidad carcomida se da acá de una forma rayana a lo surrealista en ocasiones,con maestría y sin abuso de palabras. Muy bueno, amigo. Gracias y un abrazo.

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