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martes, 5 de abril de 2016

"VERTIENTES": VERSOS LUMINOSOS Y EN SAZÓN



Vertientes

Evelyn de Lezcano

Huerga y Fierro Editores, Madrid, 2015, 60 páginas



   Aunque editado en Madrid, recibo desde el “alén mar” de las Islas Canarias, como diríamos en la lengua de mi tierra, la edición auroral de Vertientes, la segunda incursión en el género lírico de Evelyn de Lezcano. Y degusto una sabrosa cosecha de poemas, en su mayoría, de hechura breve, condensada, más rebosantes de ricas sustancias y apetitosos sabores. Un poemario que llega en sazón, maduro, abundante en frescor y verdad, capaz no solamente de alterar los cardiogramas del pecho, sino también de hacernos pensar. Porque, en mi modesta opinión, la poesía, para merecer ese nombre, debe de ser verdad y hechizo, el fascinante milagro de transmitirnos de otro modo la verdadera esencia de las cosas y de nosotros mismos, una operación de verdad, la experiencia de lo nouménico, transferidos con el tamaño y el peso enorme de la belleza. Creo que la condición de poeta forma parte de esa capacidad de presentar lo mágico para, acto seguido, colocarlo en la raíz y alimentarlo para que crezca. Y Evelyn de Lezcano goza de esa condición, en buena parte innata, de trabajar las palabras para que pierdan su representación estricta y adquieran otra mucho más profunda, nimbada por un aura luminosa, capaz de transmitirnos su verdad en una atmósfera encantada. Y esa operación de verdad no aparece en los mapas ni en las cartas marítimas.

   En Vertientes el yo poético procura la soledad y en ella se instala, como espacio vital para destruir y construir: destruye desde ese topos el tiempo, el espacio, la memoria, requisitos para la reconstrucción de la verdadera fuerza e impulso vital. La mirada originaria y reveladora del ser lírico, concentrada ya en el mismo título, para ejercer una proposición sobre el ser y sobre el tiempo. Se sitúa pues la poeta en el terreno difuso de la frontera y del límite, en el que solo la memoria es testigo de la temporalidad y del amor. Y en sus elaborados versos cobran vida la conjunción de certidumbres y de fantasmas en los que habitamos y nos habitan; el dolor que florece en el ramo marchito -el dolor busca consuelo en la música del verso-; la vida herida teñida de sangre; y una decidida voluntad de ir  a los cimentos y reconstruir la memoria, o tan solo “la sombra resucitada / de mí misma”.

   Pero, sobre todo, en este territorio lírico de Evelyn de Lezcano, encontramos mar e Isla. Presencia incesante de ese mar, del océano raptor que aísla y separa, pero que es  a la vez senda acuosa de tantas singladuras. Un mar que muerde y huye y que quizás no sabemos nadar. Y el horizonte vivencial de la insularidad: pocas veces se ha descifrado el gozo, la esencia, la servidumbre y la cárcel del ser Isla, como lo hace la poeta nativa de Las Palmas de Gran Canaria. Ya que en muchos de sus poemas hallaremos la dialéctica de esa tierra que es Isla, barrida por los latigazos de la espuma, orlada por el azul salado de un espejo poblado de peces y estrellas, pero que quiere ser continente. La Isla, continente inacabado a la que, a la vez, se engendra y de la que se huye.

   Un microtexto lírico pleno de imágenes sugestivas, orbitado también por personajes de gran relevancia, reales o mitológicos. Versos cribados de todo exceso barroquizante. Dilatados o muy breves (“Samall is beautiful”), en los que, con frecuencia, un par de sintagmas funcionan con eficacia como único cuerpo y corazón del poema. Hay pues una cierta cercanía al haikus en algunos de estos poemas, herederos de la mejor tradición de los líricos puros. Versos amatorios y hospitalarios, luminosos y contundentemente sensuales algunos, escritos desde la vitalidad femenina. Formas líricas que, con gordura estética, exteriorizan una idea. Liberadas, en su mayor parte de ataduras y constricciones, mas no carentes de forma, porque el verso libre solo genera verdaderos poemas si tiene forma, tensión, musicalidad. Evelyn de Lezcano no renuncia a la forma y por eso sus versos son poesía, y la poeta se convierte en un valor sólido en el panorama lírico cuya pista habrá que seguir.



Francisco Martínez Bouzas



                                                      
Evelyn deLezcano

Selección de poemas



“Y no te puedo decir Isla,

eres soliloquio,

buque nebuloso

donde el hombre aúlla

al despertar del salitre

que amortaja su cuerpo.

Isla,

mis manos se alargan

intentando convertirte en continente.”



…..



“Niégate, isla.

Renuncia a ser.

Gira en el péndulo

hasta que seas médula,

punto frontero

en el pulmón de todas las rocas.

Déjame penetrar en tu osario

y así reunir las recias cuentas

de mi broquel de tuétano.

Déjame o Huye.

Eres el paraíso

donde los dioses muertos cavaron sus tumbas.”



…..



“Pero veo, en el mar, el sueño

y en el sueño los olvidos

y en los olvidos las ausencias

y en las ausencias el pan ácimo semanal,

el tic-tac de un reloj que me desordena las horas

y el horror a la campana que tañe

para que los presos se sumerjan en las celdas

sin un mar que acaricie sus sueños.”



…..



“Mar revuelto,

agua turbia enemiga del aire.

Mar herido,

no sabemos nadarte.

Agua turbia, cuna abisal:

vieja acuarela enmohecida.”



…..



“Llama temblorosa,

tus pies en el límite del acantilado

buscan el camino hacia la lengua azul del continente.”



(Evelyn de Lezcano, Vertientes, páginas 22, 26, 30, 35, 38)

4 comentarios:

  1. Preciosa reseña, muchas gracias, felicito a la autora Evelyn de Lezcano, que nos muestra su impresionante calidad poética, con estos fragmentos profundos, que llevan amor interior, dolor y una realidad de soledad, artísticamente confeccionada en torno al océano; que siento, es ella misma proyectando sus propias vivencias y fantasmas, sobre el mundo que la rodea me ha dejado embelesada, sin más, logró cautivar mi corazón. Felicidades, un gran abrazo.

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  2. Una dinámica distinta...con un estilo muy bueno.

    Saludos

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  3. Una acertada crítica al libro de una excelente poeta.

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  4. Felicidades a los dos. A la autora por tan magnífica obra y al crítico por la reseña. Un saludo

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