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lunes, 13 de octubre de 2014

"EN LA PIEL DEL OTRO" O LA PIEL DE LA IMPOSTURA



En la piel del otro
María Barbal
Traducción de Concha Cardeñoso  Sáenz de Miera
Ediciones Destino, Colección Áncora y Delfín, Barcelona, 2014, 312 páginas.

   Esta novela de María Barbal se inspira, aunque de forma indirecta, en las peripecias engañosas de Enric Marco, que a base de mentiras -aseguraba que había sido deportado por los nazis- llegó a presidir y a actuar de portavoz de la asociación Amical Mauthausen, formada por deportados en el campo de concentración nazi del mismo nombre. Y digo de forma indirecta porque el caso Enric Marco le sirvió a la autora de motor de arranque para crear su propio personaje, que también se mete en la piel del otro, aunque en su desarrollo la novela de María Barbal se aleja notablemente de la figura de este personaje y crea su propio protagonista.
   La autora, María Barbal (Tremp, 1949) está avalada por una sólida carrera literaria, iniciada en 1985 con la novela en catalán Pedra de tartera, un long seller de la narrativa catalana traducido a varios idiomas. Canto rodado es el título de la edición en español.
   En la piel del otro publicada simultáneamente en castellano por Ediciones Destino y en catalán por Columna, la autora crea, como ya indiqué, su propio personaje protagonista y una trama que poco tiene que ver con el caso verídico del ex presidente  de Amical Mauthausen, Enric Marco. No obstante, el caso real de Marco lo aprovechó  la autora para orquestar la historia de una mujer, que al darse cuenta de la dimensión trágica pero envidiable de la vida de algunos exiliados de la Guerra Civil comparada con la suya, anónima e insignificante, se integra en una asociación, Memoria y Libertad, de antiguos exiliados de la Guerra Civil, que había fundado el padre de su amiga Mireia Ferrer, un resuelto luchador por la recuperación de la memoria de los deportados. Y Ramona Marquès, que nunca había sido una refugiada, llega a dirigir y  a proyectar, a base de dedicación y energía, la asociación de exiliados y deportados. Una novela pues sobre los abismos y los laberintos de la impostura y sus porqués.
   El relato está ambientado en el espacio barcelonés, en el Poble Nou sobre todo, si bien en la novela aparecen otros espacios. Y abarca un arco temporal que va desde los últimos años del franquismo, en la década de los 70, hasta nuestros días. Su tema de fondo es, como ya quedó apuntado, la impostura, la falsificación de las vidas hasta tal extremo que personas como la protagonista acaban incluso creyendo en la realidad del personaje inventado y en el cúmulo de falsedades que lo rodean.
   Desde obscuras motivaciones psicológicas, y sobre todo desde su vacío existencial, la protagonista va construyendo su falsa biografía de resistente del franquismo, hasta alcanzar la representación en la que puede proyectar todas sus energías, al contrario de su amiga, Mireia Ferrer -los dos personajes principales, verdaderas columnas en las que se asienta la novela- que pretende a toda costa olvidarse de la herencia paterna verídica pero dolorosa. Y en esta tesitura, Ramona Marquès inventa embuste tras embuste en los años de la Transición, una época en la que el silencio sobre el pasado se impuso como un dogma de fe política, porque en España nunca existió una verdadera ruptura con el franquismo.
   El desarrollo de la novela avanza poco a poco, a medida que un joven periodista, impresionado por el activismo de Ramona Marquès, inicia y desarrolla una investigación sobre las experiencias de los miembros de Memoria y Libertad. En la misma levanta la liebre, sale a luz la impostura y ante una compleja disyuntiva -el joven periodista había iniciado una relación sentimental con Isolda, la hija de Ramona- opta por posicionarse al lado de la verdad.
   La novela no solo nos ofrece una trama divertida y que capta el interés del lector, sino que tiene sobre todo la virtud de profundizar con gran agudeza en la mente y en las motivaciones de sus personajes. No solo en las de los  centrales, Ramona y Mireia,  sino en las de un amplio abanico de secundarios, en entramado con los principales. Y así, al final podemos descubrir la razón última de la impostura de Ramona Marquès: el amor, la admiración, cuyas circunstancias concretas no desvelaré. Ese papel le corresponde al lector.
   Novela pues que profundiza de forma brillante y certera en el perfil psicológico de los personajes. Excelente así mismo la captación y el reflejo de los ambientes barceloneses de los años 70. Escrita además con gran sensibilidad, con un estilo de prosa que nos sorprende a veces con ramalazos de gran fuerza y tonalidades líricas. Una escritura que avanza de sorpresa en sorpresa, pero a un ritmo adecuado, contribuye a que En la piel del otro deba ser recomendada sin reservas, ya que sin duda involucrará al lector en la historia que María Barbal le transmite.

Francisco Martínez Bouzas



María Barbal

Fragmentos

“En la mesa, Ramona y los Ferrer seguían charlando. Hablaron de Mauthausen sin tocar el capítulo anterior, por el que Tomàs pasó de puntillas, pues, cuando Anna tenía la edad de su hija, que en ese momento hablaba despreocupadamente por teléfono en voz baja, estaba en Argelers, al límite de la resistencia física y mental, y después, en Valencia. También él sufrió lo suyo en esa época, pero fue distinto, porque era joven  y fuerte, mayor que su mujer, y, sobre todo, tenía una ideología sólida que lo animaba a luchar. Hablando de ello con Ramona Marquès, cuyo interés le sorprendió gratamente, volvió a sentir deseos de ver a sus compañeros de exilio; algunos eran más que hermanos para él. Se habían salvado la vida muchas veces unos a otros. Había que pensarlo y averiguar algo más del tal Rossend Garcia: a qué grupo pertenecía, aunque parecía evidente que era anarquista, y si era posible que hubiera llegado a Tolosa o si se había quedado más cerca.”

…..

“Los socios se consideraban afortunados por contar con Ramona Marquès. Todos le agradecían su buena disposición y admiraban su energía. Ninguno de los que quedaban tenía ganas ni fuerzas para conservar la memoria exponiendo su sufrimiento o el de sus familiares en público, aunque todos estaban profundamente convencidos de que era una labor necesaria. Y, además, en los sueños de cada uno de los vencidos, esa mujer valiente se identificaba con una hija.”

…..

“¿Era la realidad o había que replantearse el significado de la palabra «verdad»? Su madre le había dicho muy convencida que, sin algunas mentiras, no había podido llevar a cabo ni la mitad de los que había hecho. Ni sus palabras habrían impresionado a los demás de la forma conveniente. Ramona se consideraba una intermediaria entre las víctimas y el mundo. Y así se lo dijo a la cara a los que la acusaban de traidora.”

(María Barbal, En la piel del otro, páginas 105-106, 265, 291)

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