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lunes, 3 de marzo de 2014

TENEBROSO FRISO LITERARIO DEL SIGLO XVI



Muerte súbita
Álvaro Enrigue
Editorial Anagrama (Narrativa hispánica), Barcelona, 2013, 258 páginas.

   Muerte súbita, Premio Herralde de Novela 2013, del escritor mexicano Álvaro Enrigue és uno de esos libros necesarios que convierten la lectura en un acto placentero y que, al mismo tiempo, sirven para entender algunas de las grandes encrucijadas de los siglos XVI y XVII. Una novela que amalgama muchas cosas: historia, reflexión acerca del arte y, sobre todo, una meditación sobre la vida, la muerte y la maldad.
   Todo esto lo refleja el autor a través de un ficticio partido de tenis, en la romana Piazza Navona, entre el pintor y asesino Michelangelo Merisi Caravaggio  y el poeta español Francisco de Quevedo. En este partido de tenis del siglo XVI, el lector presencia el enfrentamiento entre dos visiones de la modernidad: la de Caravaggio, un artista con una idea sumamente moderna de la pintura y de la fama, y la de Quevedo, un ejemplo arquetípico de la Contrarreforma, defensor del imperio y del catolicismo.
   La autenticidad de este libro nos permite descifrar muchas de las turbulencias que inundan la modernidad y también “el charco de sangre y mierda que deja la historia cuando se aloca” (página 118). No es una novela sobre Caravaggio, Quevedo, Cortés, Cuauhtémoc, Galileo, Pío IV…, individualidades gigantescas que se enfrentan entre sí: “Todos cogiendo, emborrachándose, apostando en el vacío” (página 201).
   Tampoco un libro sobre la Contrarreforma, mas todo ello acontece en ese tiempo y, por eso mismo, en sus páginas, aparecen curas revirados, ávidos de sangre, sexópatas, rateros que robaban y mataban en el nombre de Dios. Y a pesar de que el hilo conductor es sin duda el partido de tenis, el autor aprovecha esa cancha para
Álvaro Enrigue
recrear otros puntos de atención del convulso siglo XVI: el descabezamiento de Ana Bolena, los brutales avatares de la conquista de México, la corrupta relajación de la Iglesia de Roma, con papas y cardenales rodeados de amantes, hijos y perversión, que emplean, no obstante, su “santo furor” en torturar herejes.
   Novela escrita con verbo  áspero, con palabras enojadas porque los ruines siempre juegan con ventaja y, por supuesto, son ellos siempre los que ganan. Sus victorias se hallan en el origen  de lo más negro y tenebroso de la historia de España y de América durante los siglos XVI y XVII, y tienen cabida en los descansos del singular partido de tenis que Álvaro Enrigue retransmite desde la libertad de la ficción.

Francisco Martínez Bouzas

(Texto publicado el 25 de febrero en el periódico El Correo Gallego de Santiago de Compostela. Para ver el original en gallego pinchar aquí)

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