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domingo, 28 de octubre de 2012

"APUNTES DE UN VENDEDOR DE MUJERES": EN EL TRANSFONDO DE LOS AÑOS DE PLOMO EN MILÁN

Apuntes de un vendedor de mujeres
Giorgio Faletti
Traducción de Juan Manuel Salmerón
Editorial Anagrama, Barcelona 2012, 387 páginas.

   “Me llamo Bravo y no tengo picha”. Así da comienzo la quinta novela de Giorgio Faletti (1950), antiguo actor de cabaret, autor de novelas de gran éxito comercial, sobre todo en EE. UU, padre del “spaghetti-thriller" pero que en Apuntes de un vendedor de mujeres ha dado un giro radical a su narrativa, reconocido por el mismo director de Anagrama que admite que la novela de Faletti no se aleja de la línea editorial de la casa. Y seguramente tiene razón Jorge Herralde porque en Apuntes de un vendedor de mujeres el lector no solamente va a encontrar la gran inventiva que se percibe en su primera incursiones literaria, Yo mato, un best seller en Italia solo superado por El nombre de la rosa, sino también una escritura de calidad y una buena armazón narrativa al servicio de una trama explosiva que la convierten en la gran novela negra de los años de plomo de Italia. Una trama laberíntica, plagada de sorpresas, un ambiente que estimula el aliento creador y, sobre todo, un gran personaje que Faletti supo colocar en el escenario apropiado.
   Se hace llamar Bravo, es un hombre castrado, sacrificado por las leyes de la mafia, pero al que no ha abandonado el estímulo sexual. Y decide mediar en el comercio de la compraventa de cuerpos, porque comprende que hay bellas mujeres dispuestas a vender el suyo y hombres así mismo propicios a pagar por él.
   Abril, 1978. En Milán, la capital lombarda, que se prepara para convertirse en la “Milano da bere”. Una ciudad centro del poder y caracterizada por un difuso bienestar, por la emergencia de arrivistas, restaurantes de lujo, casas de juego clandestinas, con los capos mafiosos sicilianos comprando sin dificultad la resistencia de la sociedad civil, policías corruptos, corrompidos igualmente muchos de los altos poderes del Estado. Aldo Moro secuestrado y condenado por las Brigadas Rojas, concesiones amañadas, tráfico de influencias, sobornos, elecciones fraudulentas. En esta ciudad de días y noches de plomo se concentran los personajes más variopintos, gente de la moda, de los negocios, gente de la noche, gente de mierda. Todos con dinero. Y las mujeres de Bravo. Son las mejores, las más costosas, las más discretas. Bravo las vende. Es un chuloputas que se considera honesto: solamente pone en contacto la oferta y la demanda. Por eso las mujeres de su “escudería” no tienen reparo en decirle: contigo es bonito. Porque, quizás para resarcirse de un deseo a veces desgarrador a pesar de su mutilación sexual, ha convertido a las mujeres en un instrumento de comunicación con el mundo.
   Mas la vida de este proxeneta es una larga noche en blanco que transcurre en compañía de desesperados. Solo un amigo que parece normal: su vecino, Lucio, un gran guitarrista “ciego” con el que comparte la pasión por los criptogramas. La repentina irrupción en su vida y “escudería” de Carla, una joven mujer que, para huir de la pobreza, decide entrar en el mundo de la prostitución y que remueve en Bravo sensaciones dormidas, no significará para él el inicio de una nueva vida, sino el comienzo de un mal sueño, una terrible pesadilla que lo tornará en un hombre vendido por sus mujeres, perseguido por la policía, los servicios secretos, la mafia y las Brigadas Rojas. Encaja perfectamente como chivo expiatorio de una serie de homicidios y masacres que sacuden Milán. Para salvarse solamente podrá contar con su mente genial y con la habilidad y sangre fría de quien ha visto la muerte de cara y ya hecho un balance en su vida. Pero se enfrenta a poderes y a una violencia tan criminal y canallesca, imperante en esos años de plomo, que, a su lado, su proxenetismo parece una inocente insignificancia.
   Giorgio Faletti escribe un thriller explosivo, un “noir” que quita el aliento y no da respiro; construido a base de una intricada red de misterios y al mismo tiempo de una eficaz simplicidad, ofrece una panorámica muy verosímil de la Italia de a finales de los años setenta, donde nadie ni nada, ni siquiera el bien y el mal, es lo que parece.

Francisco Martínez Bouzas



Giorgio Faletti

Fragmentos

“Lo de Laura es otra historia, mucho más delicada. Trabaja de modelo, no de mucha categoría, pero de manera regular, y redondea sus ingresos con lo que gana gracias a mi. Una noche fuimos juntos al Ascot y allí la vio Salvatore Menno, alias el Tulipán. Lo llaman así porque en piazzale Brescia tiene un puesto donde en invierno vende flores y en verano sandías. Claro que esta es la tapadera. En realidad es un delincuente que trabaja para Tano Casale, un capo que se disputa Milán con Turatello y Vallanzasca. El subnormal la compró una noche y luego quiso tenerla gratis y que le fuera fiel. Lo siguiente fue atizarle. Laura es una mujer como cualquier otra y por lo tanto interesa poco como persona. Pero, como realidad laboral, es muy rentable y no puedo permitirme tenerla inactiva por estar llena de morados.”

…..

“Al otro lado contestan enseguida.
-Sí.
-Soy Bravo.
La voz de mi interlocutor es seca y directa, acostumbrada a mandar.
-Necesito tres chicas.
Sin ceremonias. Sé muy bien que el hombre del otro lado de la línea me desprecia por lo que hago. Supongo que imaginará que  yo le desprecio a él de la misma medida, por lo que me pide que haga. A ninguno de los dos nos importa. Cada uno tiene lo que esotro necesita. En su caso, dinero. En el mío, mujeres bellas que cierran el pico. Doy y recibo. Todo funciona bien si el juego es justo.”

…..

“El Giulietta recorre a velocidad moderada viale della Liberazione.
Milán se ha encendido y se apresta a celebrar un nuevo rito nocturno. Se verán los mismos personajes de siempre. Ricos, pobres, policías, delincuentes, artistas y putas. A veces las caras cambian, los papeles nunca, de modo que siempre cuesta saber quién es quién. Con una pequeña diferencia en lo que a mi concierne. Las cosas a mi alrededor han viajado a la velocidad de la luz. Para el resto del mundo no ha pasado más que una semana, para mi han pasado años.
Demasiada sangre, demasiados muertos, demasiada cruda realidad.
La realidad a la que voy a hacer frente”.

(Giorgio Faletti, Apuntes de un vendedor de mujeres, páginas 39-40, 100, 332)

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