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martes, 25 de enero de 2011

VIAJES A LOS MUNDOS DE LA LOCURA

Males de cabeza
Fran Alonso
Faktoria K de libros ( Editorial Kalandraka ), Vigo, 2007, 219 páginas.

   En su versión original gallega  Males de cabeza significó el retorno de Fran Alonso al territorio literario que le vio nacer como creador, al margen de su trabajo en el periodismo de naturaleza cultural. Males de cabeza se suma, en la trayectoria del escritor como narrador a títulos como Trailer ( 1991 ), Premio Blanco Amor de Novela, Cemiterio de elefantes ( 1994 ), Silencio ( 1995 ), O brillo dos elefantes ( 1999 ), Cartas de amor ( 2006 ). Títulos de un escritor todo terreno en lengua gallega a cuyo perfil es preciso sumar sus obras poéticas y sus incursiones en el reportaje periodístico.
   En Males de cabeza escuchamos la voz de un narrador singular e innovador dentro del sistema literario gallego. En un reciente estudio sobre la narrativa gallega de finales del siglo XX, se etiqueta a Fran Alonso como visitante ocasional de lo que la autora considera narradores heterodoxos metaficcionales que reniegan de las categorías narratologicas fundamentales, como la del narrador o la del personaje. La misma construcción de la novela, traducida al español por Faktoria K de libros, fue atípica. El autor puso el texto en un portal de Internet a disposición  de los internautas para que actuaran sobre el mismo. El  título del libro ya proporciona indicios de su núcleo diegético. Sus páginas, en efecto, son un muestrario de las incontables locuras a las que somos arrastrados los seres humanos en tiempos y espacios muy propicios para la gestación de desatinos. La idea central de la propuesta narrativa de Fran Alonso, idea que actúa además como hilo conductor de la narración, no es otra  que la afirmación de que la demencia es un sombrero que se quita y se pone a conveniencia de los habitantes del mundo exterior. El sombrero permanece incrustado de forma permanente y definitiva en la cabeza de los locos oficiales. Ellos constituyen los universos dementes que nuestra sociedad, pudorosa y sanadora, esconde detrás de los muros, hoy quizás de cristal, de los modernos manicomios. Es la locura de los auténticos locos que el relato de Fran Alonso nos permite visitar, guiados por un maestro de ceremonias muy común: un loco que se presenta bajo las credenciales de gato, un gato triste y solitario. Desde el periscopio de su demencia divisamos los territorios de las diversas esquizofrenias, psicosis y paranoias.
Fran Alonso
   En el recorrido encontramos de todo. En relatos muy breves que el autor rotula con el mismo título ( “La Locura es un sombrero” ), el lector descubrirá el abanico polimorfo de las distintas locuras con estatuto propio: los locos de la unidad de agudos que se consideran perros, verdaderos bulldogs, aficionados compulsivos del botín criminal. Los paranoicos que juzgan y ajustician a los demás desde su baluarte alienado; los infieles neuróticos que patalean en ese océano grasiento e inmenso que llamamos psiquiátrico; a los obsesos del sexo, pequeños cánidos, moradores de las cavernas más profundas y totalmente desquiciados por violar a los felinos. En fin… a aquellos que ni siquiera saben quiénes son.
   Pero como la locura es un sombrero que, a conveniencia, se quita y se pone, luce también en la cabeza de los habitantes del mundo exterior. En veinte relatos de formato mayor, el autor nos muestra el mapa de las locuras cotidianas, las llamadas demencias de baja intensidad. En la actualidad nadie se libra de alguna de ellas. ¡Ni siquiera las vacas son capaces de evitarlas! Es en la recreación literaria de estas locuras cuotidianas  donde Fran Alonso luce sus armas de excelente narrador. El autor recrea ficcionalmente la existencia humana con sus derrotas, sus viajes hacia la nada de la demencia o hacia los interminables caminos de la angustia y del infortunio diario. Son prosas extremas que basculan entre lo carnavalesco y lo infinitamente humanos y en las que el autor luce sus armas de excelente narrador. Historias esperpénticas, mordaces, vitriólicas, estremecedoras, sumamente tiernas. De todo hay – los modelos de las locuras cotidianas  son infinitos – en este libro que se yergue sobre  una estructura dicotómica, que le hace justicia a las dos modalidades de demencia que la novela detalla, y  que recibe las influencias de la tradición literaria y cinematográfica comenzando por la intertextualidad con sus poemarios Tortillas para os obreiros y Pedramol e outros nervios. Motivos recurrentes que ya aparecían e su primera novela: la soledad, la incomunicación, el desengaño, la incomprensión y que en estos relatos nos son servidos bajo la indumentaria de la locura.

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