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sábado, 5 de agosto de 2023

"HISTORIELAS" DEL NUEVO REINO DE GRANADA

El carnero

Juan Rodríguez Freyle

Edición de Ángel Esteban y Yannelys Aparicio

Ediciones Cátedra, Madrid, 2023, 477 páginas.

 

    

   No son abundantes los datos biográficos del autor de El carnero, Juan Rodríguez Freyle. Sabemos por su misma obra que nació en Santafé de Bogotá de padres españoles llegados al Nuevo Reino a comienzos de 1553. Acogidos porque pudieron demostrar que eran cristianos viejos, los únicos a los que se les permitía viajar a las Indias. Consta que nació en Santafé de Bogotá en abril  de 1566 y, por sus mismas palabras, podemos saber que se contentó con ser un “razonable soldado” y no un “mal sacerdote”. Pero, por sus escritos, es de suponer que adquirió una formación aceptable, sobre todo teniendo en cuenta que era un hombre de medianos recursos económicos.

   El carnero, escrito sin más medios que la memoria del autor, tiene como fecha de su composición el período  que media entre 1636 y 1638. Sin embargo no fue publicado hasta 1859, con un largo título que hace referencia al descubrimiento y conquista del Nuevo Reino de Granada y a la fundación de la ciudad de Santafé de Bogotá. Es sin duda la obra más representativa de las letras coloniales del Reino de Granada de las Indias Occidentales del mar Océano. Antes de la primera impresión de 1859 circularon seis copias.

   El carnero es una crónica tardía, una crónica novelesca que relata, no la primera, sino la segunda conquista: “la ocupación de Nueva  Granada por una burocracia imperial y el establecimiento de una casta de descendientes de conquistadores” (González Echeverría, 2015). No es una crónica histórica en sentido estricto, sino una crónica novelada, una “petite histoire” del período colonial, que hace hincapié, sobre todo, en el carácter ejemplar. Así pues, su finalidad es didáctica y moral.

   Hago propia la descripción que del contenido de El carnero hace el profesor colombiano Hugo Hernán Rodríguez: “encontramos la historia de Juana García, una bruja negra que era un poco voladora, la historia de Jorge Voto, un profesor de danza asesinado por un encomendero, la historia de una estafa hecha falsificando monedas, la historia del asesinato de Juan de los Ríos, a quien mataron de cuatro estocadas y luego le sacaron el corazón, le cortaron las narices, las orejas y los miembros genitales, y todo esto echaron en un pañuelo”.

   Juan Rodríguez Freyle dedica o dirige su texto a Felipe IV, y relata, como ya señalé, asuntos concernientes a la conquista de Nueva Granada, a la lucha contra los indios timanaes y pijaos, a la fundación de Santafé de Bogotá y Guatavita, a las costumbres de los indígenas, a la violencia, la corrupción, los hurtos y otras muchas lacras de la vida social, lacras que presenta como modelos moralizantes disuasorios. Y todo ello sin dejar de mostrarnos un panorama histórico y un recuento de lo acontecido desde los primeros años de la conquista de América.

   

                                             

                                     Juan Rodríguez Freyle

 

  En la obra abundan las historias de mujeres que representan en muchos casos la quiebra de la lógica patriarcal, ya sea por sus virtudes, ya por sus debilidades o tendencias delictivas transgresoras. El autor se fija especialmente en el peligro de la belleza femenina, tentación para los hombres. Es además claramente xenófobo -algo comprensible en siglo XVII -, ya que al referirse a los indios resalta que son paganos, y por lo tanto gobernados por el diablo; pero  al mismo tiempo no oculta los vicios de los españoles. Así pues, una obra en la que la religión y la moral cristiana atraviesan y son la guía de todos los relatos o “histórielas” que comparten rasgos con el cuento y con la crónica. Las “histórielas” se asemejan a las crónicas por albergar consideraciones de carácter moral y por ocuparse de temas menores: las costumbres, los hábitats, la vida personal, con interpretación de acontecimientos dimensionando su dramatismo.

   Finalmente una referencia al título: desde el punto de vista semántico y según el diccionario de la RAE, carnero es un lugar, un depósito para guardar todo tipo de objetos: papeles, cosas inservibles, datos, carne, huesos, cadáveres…

   En definitiva, estamos ante una suerte de radiografía sociológica que amalgama la vida cotidiana, relatos costumbristas, historias de indios y mujeres, y hace así mismo referencia a la primera conquista.

Francisco Martínez Bouzas