domingo, 18 de junio de 2017

ANIQUILAD A UI, EL PINTOR DE BROCHA GORDA



La evitable ascensión de Arturo Ui
Bertold Brecht
Alianza Editorial, Madrid, 2009, 216 páginas
(Libros de fondo)
  
   En un momento de la historia del género humano en el que estamos presenciado el creciente surgimiento de nacionalismos excluyentes de matiz neoliberal y claros partidos fascistas que pueden hacerse con el poder en la vieja Europa, no parece descabellado ni irreverente volver a leer a Bertold Brecht, especialmente alguna de sus parábolas teatrales como La evitable ascensión de Arturo Ui. Y actuar, en vez de tanto hablar, porque como Brecht dejo escrito en el Epílogo de esta pieza teatral: ese monstruo puede llegar y dirigir el mundo porque el seno de donde emergió sigue siendo muy fecundo.
   Bertold Brecht  (Augsburg, 1898 – Berlín oriental, 1956) es una figura mítica de la dramaturgia moderna. Hoy olvidado, olvidado intencionadamente en la últimas décadas y de forma feroz a partir de los “desastres oscuros”, del surgimiento del pensamiento plano de la posmodernidad. Bertold Brecht es autor de uno de los grandes relatos del pasado siglo, de tremendas parábolas teatrales que no alegorizan asuntos efímeros y caducos, sino la siempre  posible continuación de los negocios del gran capital, quizás con otros medios.
   Bertold Brecht fue un traidor a su clase. Un adolescente al que no le agradaba la gente de su clase, ni mandar ni recibir servicios ni servidumbres y que, al crecer, se juntó con gente modesta y se hizo comunista. También, al hacerse adulto, eligió escribir un teatro que amalgama con gran habilidad didactismo, jergas del cabaret literario berlinés, estilo periodístico y textos e imitaciones de los grandes textos culturales y religiosos. Esas síntesis transforman la obra de Bertold Brecht en un teatro muy poco teatral, en el que se deja percibir una misma estética que el escritor aplica a toda su obra: la del efecto de extrañamiento o distanciamiento. El dramaturgo quiere que el espectador tome parte en los acontecimientos y hechos representados para hallar mediante la reflexión -no por medio de la emoción- una posible solución al problema presentado. El punto de partida de Brecht es por consiguiente “antilírico” y “antitrágico”, y rechaza cualquier clase de identificación emocional según la técnica de Stanislavski. Marx sería sin duda la personificación del espectador ideal de sus obras.
   La parábola sobre el ascenso de Arturo Ui, pieza escrita en Filandia en 1941, en el periodo  en el que el autor compuso sus mejores obras, realiza la mayor parte de las características que definen este teatro. Un teatro más épico que dramático, en el que no se pretende que se suponga que las cosas están aconteciendo allí mismo, en el escenario, sino que se narran y explican ciertas suposiciones ejemplificadoras de determinados problemas. Parábola teatral, tal como fue definida por el mismo Brecht esta modalidad de teatro.
   En el presente caso, La evitable ascensión de Arturo Ui transfiere el ascenso del nazismo de la Alemania de los años treinta a una parábola de lucha de gánsteres en Chicago. A través del simulacro escénico, cobran vida y circulan los grandes acontecimientos germanos  y los personajes que están en la génesis y asentamiento del nazismo. De poco sirve que, en la representación, el negocio sea el de la coliflor y que los personajes se apoden Giri, Roma, Givola, Deullefeet o Arturo Ui. El espectador-lector no se equivocará e identificará  en Arturo Ui a aquel Pintor de Brocha Gorda, tal como Brecht le llamaba a Hiltler. Y en trust de la coliflor percibirá a los junkers prusianos e industriales alemanes. Y en los gánsteres de Chicago, el partido  y el ejército privado de Hitler.
  
                                         
Bertold Brecht

 La parábola, La evitable ascensión de Arturo Ui cumple con el propósito que el autor pretendió, si el espectador es capaz de destruir el habitual y peligroso respeto por los grandes asesinos, y los gritos de Betty Dulfeet -el personaje que representa a la mujer de Dollfuss: “Os tenéis que rebelar. Es preciso aniquilar esta peste negra”- son considerados como peldaños de una lucha jamás finalizada, porque el seno de donde emergió el monstruo está siempre fecundo.
   Bertold Brecht escribió esta obra en 1941 y en aquel momento el diagnóstico de su Epílogo (“ahora los pueblos pudieron domar al monstruo”) no encaja con la realidad histórica. El poderío de Ui, el gánster de todos los gánsteres, se hallaba en aquellas fechas en su máxima grandeza.  Así pues, la aniquilación de Ui es un deseo avalado en una ilusión. El único error de esta parábola sobre el nazismo.

Francisco Martínez Bouzas 


 

1 comentario:

  1. Ciertamente "ese monstruo puede llegar y dirigir el mundo porque el seno de donde emergió sigue siendo muy fecundo"...

    Saludos

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