miércoles, 1 de julio de 2015

"ABRAXAS": DESDE LOS HORRORES DE AUSCHWITZ A LA REVOLUCIÓN PSICODÉLICA



Abraxas

Un viaje por la Psicodelia

Pablo Paniagua

Alita de Mosca-Literatura Indie, Guanajuato, 2015, 146 páginas.



   No defrauda Pablo Paniagua al contarnos en su última incursión en la narrativa la turbulenta génesis de la Civilización Posthumana, una utopía anclada en la Revolución Psicodélica que parece lograr lo que fracasa en Un mundo feliz de Aldous Huxley: una sociedad completa, cerrada, perfecta; el fin de la historia, el antitipo del homo sapiens  convertido en homo conscientis. El verdadero superhombre, ese salto en la evolución de la especie humana que con la eugenesia racial perseguía el nazi Josef Mengele. Y no defrauda con esta novela lineal, que amalgama ensayo y abundante documentación, a pesar de que Pablo Paniagua es uno de los escritores que nos están brindando algunos de los más innovadores experimentos narrativos -escritor periférico y underground como se autodefine- especialmente en el campo de la metaliteratura fractal.

   Bajo el rótulo, y quizás las bendiciones de Abraxas, el dios del Bien y del Mal de los gnósticos del siglo II, vislumbrado por Hermann Hesse como la deidad de las dualidades en armonía, Pablo Paniagua sumerge al lector en una original aventura tras los orígenes de la Civilización Posthumana, narrando la vida de su Gran Padre, Markus Linder; y de paso muchas de las teorías y prácticas conspiratorias con las que el Sistema (el Poder dentro del Poder) manipula y somete a la especie de los hombres supuestamente sabios.

   Todo da comienzo con los horrores del nazismo: en 1943 llega al campo de concentración de Auschwitz II Bikernau un huérfano de un miembro de las Waffen-SS. Es Markus Heinz, un adolescente de catorce años. Allí ayudará al doctor Josef Mengele en sus mediciones y experimentos eugenésicos raciales buscando el salto en la evolución de la especie humana hacia el superhombre ario. Tras caer en manos del ejército norteamericano, en la operación “Paperclip” (nombre original, “Operación Overcast”), es enviado con más de setecientos científicos alemanes a Estados Unidos y allí transferirán los adelantos de los nazis en armas químicas, energía nuclear, cohetería, medicina eugenésica, etc. Con una nueva identidad, (Markus Linder) decide convertirse en psicólogo porque cree que no se trataba de buscar la raza perfecta, como pretendía Mengele, sino la perfección de la mente humana con vistas a alcanzar la armonía. Conoce a Aldous Huxley en una conferencia sobre el Soma, entra en contacto con los iniciadores de la Psicodelia, cuyos postulados asume como método. En México contacta con la chamana María Sabina y experimenta la eficacia alucinatoria de los hongos y el peyote con los que se siente transportado hacia un orgasmo cósmico pero sin perder el pensamiento racional. Mas pronto será captado por la CIA, primero como suministrador de LSD, mescalina y psilocibina  para estudiar sus efectos en soldados y voluntarios. Más tarde recibirá el encargo  de vigilar a Timothy Leary, el gran gurú del uso benéfico y respetuoso de las drogas psicodélicas por los seres humanos. Le encomiendan así mismo distribuir  de manera encubierta LSD y otras drogas, heroína entre ellas, en las universidades de California para descerebrar a los jóvenes más rebeldes y libertarios y hundirlos después en el descrédito del absoluto libertinaje. Son los años 60 y el protagonista se ve involucrado en el servicio del Sistema para frenar a la comunidad negra y al movimiento hippie al que se le atribuían posiciones radicales o comunistas.

   El relato prosigue con la creación de esa utopía, esa aventura post Aldous Huxley, la Civilización Posthumana formada por los hijos que el protagonista engendra en seis mujeres y sus descendientes, alimentados  en su etapa fetal con nutrientes cerebrales (LSD, mescalina, psilocibina, MDMA).

   Tras esta trama argumental, el autor no solo refleja, en un relato ameno y al mismo tiempo muy documentado, los hechos y peripecias más relevantes de la Contracultura y movimientos contestatarios de los años 60; la historia de la Psicodelia con la presencia de sus mitos, como Aldous Huxley, Timothy Leary, Allen Ginsberg, Neal Cassidy, Ken Kessey, Michael Hollingshead, Jim Morrison o Jimi Hendrix, sino que formula los grandes interrogantes conspiratorios que de forma “democráticamente” encubierta impone el Sistema (La CIA, el Poder dentro del Poder), con su doble moral y  con su ley de acallar mediante drogas e incluso con el asesinato, la voz de los ciudadanos.

   Considero un gran acierto de la novela sus inicios en el horror nazi de Auschwitz II Bikernau, porque la conclusión que extrae el lector, es que la CIA no se diferenciaba mucho de los nazis a la hora de arruinar vidas. La novela, en efecto, ofrece un muestrario documentado de la barbarie de los experimentos realizados bajo las órdenes de la CIA sobre ciudadanos norteamericanos, en su mayoría negros, sin su consentimiento, antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Experimentos que nada tenían que envidiar a los que Mengele llevó a cabo en Auschwitz. Para el poder el fin siempre justifica los medios.

   Acierta en mi opinión el autor al dejar abierto el debate sobre los viajes psicodélicos, la Contracultura y el uso de las drogas psicodélicas ajustado a protocolos psiquiátricos. Hay en cambio una condena explícita de la ruta psicodélica defendida por Ken Kessey (“era comportase como idiotas”). Abierto igualmente es el final de la novela con ese mensaje, directo u oculto, de la Civilización Posthumana, con camadas de seres felices, pacíficos pero no idiotas, destinadas a repoblar el planeta sin afanes depredadores, pero que, por su carácter utópico no está en ninguna parte ni en ningún tiempo. Es una ucronía.

   Mas en este alegato sin tregua, en este viaje por la Psicodelia y también por las cloacas del Poder, Pablo Paniagua nos permite disfrutar de un magnífico fresco del México exuberante de sustancias psicodélicas, de  noches de sexo en su capital con putas indígenas que erotizan intensamente al protagonista, después de la energía y del orgasmo cósmico que le había regalado el peyote y los hongos de la chamana María Sabina. Una novela pues para gozar de una intensa historia, pero que también hace pensar.



Francisco Martínez Bouzas



Pablo Paniagua


Fragmentos



“Martin sentía la satisfacción de trabajar por el sustento y difusión de la «libertad», promovida por los Estados Unidos en la conquista ideológica y comercial del planeta, y para ello había que experimentar con humanos en la búsqueda de estrategias para superar a sus adversarios. La CIA, entre los años 1955 y 1972, en coordinación con el Ejército, realizó numerosos experimentos con humanos sin el permiso de los involucrados: inyecciones con tóxicos, productos radiactivos y químicos; infección deliberada con virus y bacterias; cirugías no probadas; exposición a sustancias radioactivas; ensayos con drogas para alterar la conciencia; y una amplia gama de pruebas que se llevaron a cabo bajo prescripciones médicas, cuyas víctimas fueron niños, discapacitados mentales, enfermos y personas de bajos recursos, pertenecientes, la mayoría de las veces, a minorías raciales; también se realizaron experimentos indiscriminados con la población de ciudades enteras, siempre de manera encubierta para evitar demandas judiciales.”



…..



“De aquella cena en casa de Leary sí informé a la CIA, pero no de sus consecuencias, pues yo compartía el mismo propósito, entre otras cosas porque deberíamos ser libres para hacer lo que queramos con nuestra mente y cuerpo, por afectar a la libertad más elemental esa capacidad de elección, un derecho que nos viene dado por naturaleza: la libertad es lo más importante pues con ella podemos reclamar justicia e igualdad (no a la inversa), y prohibir el consumos de psicodélicos y otras drogas, por tanto, sería propio de regímenes totalitarios que no permiten la libertad de conciencia. Por aquel entonces, aunque no estaba prohibido, el LSD era difícil de conseguir, pero ya iban apareciendo terrones de azúcar con una gota de LSD por los campus de las principales universidades del país: Harvard, California, Yale, Chicago, Princeton… ¿De dónde provenía la droga?”



…..

 
Annunciation de Mati Klarwein


“Yo le daré al mundo la religión verdadera, el culto a Abraxas, el Dios de la dualidad en armonía, algo que me remite a un cuadro de Mati Klarwein, fechado en 1961, cuyo título es  Annunciation que es portada del álbum Abraxas del grupo de rock Santana. En esta pintura aparece una Virgen negra desnuda, sentada de manera sensual, que recibe la visita de un ángel montado en una conga. La Anunciación es un tema ya tratado por la mitología católica, pero ahora sucede en un planeta psicodélico donde en el cielo azul claro, moteado de diminutas nubes, flota una luna naranja envuelta por atmósfera brumosa. El ángel es rojo y azulado de izquierda a derecha, así como el yin y el yan, como la dualidad, y con el dedo índice señala hacia arriba, a la primera letra del alfabeto hebreo, el Aleph, como un símbolo del nacimiento de un nuevo mundo. Libertad sexual y armonía con el LSD, mensaje para una especie en crisis, en ese planeta lejano que es el mismo Planeta Tierra del futuro, ahí donde Abraxas será su Dios, una configuración metafórica de la existencia, de la felicidad cuando se consuma en armonía entre las partes, el logro de la Utopía, el fin último de la evolución. Así, por mi medio, el humano evolucionará hacia una especie superior que dignifique el Universo.”


(Pablo Paniagua, Abraxas, páginas 45, 89-90, 137-138

5 comentarios:

  1. Fascinante historia, amigo, gracias a ti muy bien presentada. Gracias y abrazos.

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  2. Tiene muy buena pinta, habrá que tenerlo en cuenta para futuras lecturas.

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  3. Muy buena reseña, ya tengo ganas de echarle el guante, y la vista, al libro. Un saludo.

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  4. Me parece interesante y sobre todo viajando entre los limites de la dualidad en pos de imaginar, aceptar y crear el mundo mágico, pero sutilmente real, que los sentidos no captan. Muchas Gracias.

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