viernes, 3 de mayo de 2013

ARTHUR KOESTLER O LA VECINDAD CON LA MUERTE



Dialogo con la muerte
Un testamento español
Arthur Koestler
Tradución de José Erezuma
Amarando Editores, Madrid, 275 páginas
(LIBROS DE FONDO)


   Una pequeña empresa editora, Amaranto Editores, hizo posible hace unos años que los lectores españoles puedan conocer un testimonio imprescindible acerca de la Guerra Civil española. Y una pieza literaria en sí misma, que de forma rotunda y repulsiva cumple el “dictum” de Walter Benjamin: no existe obra de arte que no sea a su vez un documento de la barbarie.
   Me estoy a referir al libro de Arthur Koestler, publicado en 1937 en inglés con el título A Spanish Testament y en 1966 bajo el rótulo Dialogue with death. Existe una trágica colección de obras literarias de autores extranjeras basadas por entero en la Guerra de España: La esperanza de A. Malraux, Homenaje a Cataluña de G. Orwell, Los grandes cementerios bajo la luna de Georges Bernanos y  Por quién doblan las campanas de Hemingway. El relevante testimonio que ofrece Koestler para la comprensión de aquellos acontecimientos dramáticos pero históricos, es merecedor así mismo de figurar en esa biblioteca de referencias directas sobre la Guerra Civil española.
   Nada importa la trayectoria personal del autor, embadurnado en el aluvión de delirios del siglo XX y atormentado de forma indecible  en unos momentos históricos en los que la liquidación de vidas humanas  se convertía en una actividad frenética e industrial. Hoy sabemos que no fueron precisamente héroes ejemplares, sino mitómanos e incluso impostores y, en el caso concreto de Koestler, bebedor, mujeriego, posiblemente violador y con una evolución ideológica que es un espejo del siglo XX.
   Sus virajes  van desde el sionismo radical hasta el comunismo soviético con el que rompe en 1938, al poco tiempo de la publicación del “testamento”, intentando mantener  posiciones antitotalitarias, fruto de las cuales es la novela Darkness at non (El cero y el infinito, en español), la primera obra literaria en la que se denuncia el sistema estalinista y los procesos de Moscú.
   Este radical antitotalitarismo tiene sus raíces en Un testamento español, que en su diseño original era la transcripción de los diarios de las cárceles franquistas, donde permaneció más de cien días condenado a muerte por espionaje. No obstante, tal como hoy lo podemos leer, es un libro fragmentario en el que se recogen los restos de diarios escritos en la prisión, la reconstrucción de otros y una reelaboración de un viaje a Málaga como reportero para dar fe de los que hacían los fascistas cuando entraban en una ciudad.
   El tema del libro es sin duda la muerte. La muerte, las farsas de juicios, la ejecuciones sumarias durante la Guerra y el espanto de los que van a morir invocando a sus madres, que adquieren en estas páginas, la hondura de un tema literario. Es por eso que se puede establecer un paralelismo entre la narración del “testamento” de Koestler y el Homenaje a Cataluña de Orwell. En ambas obras hallamos la narración de una experiencia de primera mano, la de la vecindad con la muerte, un aspecto que los diferencia del “frescor lírico” que es La esperanza de Malrraux y la apología del gesto viril que pretende ser la novela de Hemingway. La experiencia de la muerte fue siempre para Koestler una pulsión que lo arrastrará finalmente al suicidio. Así pues, este testimonio es, por encima de su interés político, una honda reflexión filosófica sobre el valor de la vida y de la muerte.

Francisco Martínez Bouzas


Arthur Koestler

Fragmento


“Fue el comienzo del primer día de prisión, el primero de ciento dos días.
No hubo ni desayuno, ni agua para lavarse, ni peine para peinarse. No había nada que hacer sino esperar. Caminaba arriba y abajo, seis pasos y medio en una dirección, seis y medio en la otra, esforzándome por pensar en cosas agradables y ser un buen compañero conmigo mismo. Me vino a la mente un pasaje de una de las Sanders Stories de Edgar Wallace:
«Solamente tenemos que morir una vez. Algo que a mi no me ha convencido nunca. Si muriéramos más de una vez, nos acostumbraríamos a ello, mi viejo Ham. ¿Entiendes lo que quiero decir? Se trata de filosofía»
(…)
“A eso de las cuatro se oyó un ruido en el pasillo. Una voz empalagosa leyó una lista de cuarenta o cincuenta nombres; se abrieron unas puertas, que se volvieron a cerrar con estruendo. Ruido de pasos, cuchicheos, sonidos misteriosos.
Puse esta vez la oreja en lugar del ojo en el agujero de la cerradura. Sólo podía percibir que una larga fila de hombres arrastraban los pies a lo largo del pasillo, lentamente, titubeando, como si caminasen en contra de su voluntad. El sonido de los pasos se desvaneció. Cuarenta o cincuenta hombres marchaban hacia la muerte.
Me acosté en el catre, y me pregunté si el cantante estaría entre ellos, si serían ejecutados uno por uno o en grupos; con fusiles o con ametralladora. Mi imaginación, fuera ya de mi control, me mostró la escena cincuenta o cien veces, en todas sus variantes posibles.”

(Arthur Koestler, Diálogo con la muerte, páginas 103-105)

2 comentarios:

  1. Parece impactante !


    Saludos
    Mark de Zabaleta

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  2. Tengo un amigo apasionado de la literatura y la historia sobre la Guerra Civil española. Le he pasado tu reseña. Seguro que le encanta.

    La frase que cierra el último fragmento tiene la fuerza de una ametralladora... cada imagen una bala...

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