jueves, 12 de enero de 2012

EL VIAJE AL INFIERNO DE UNICA ZÜRN

Primavera sombría
Unica Zürn
Prólogo de Menchu Gutiérrez
Ediciones Siruela, Madrid, 83 páginas.
(LIBROS DE FONDO)



   Se podría afirmar con plena legitimidad que los creadores llegan a serlo gracias a una especie de locura que les permite extender de forma insólita las fronteras de la vida cotidiana. La afirmación puede ser válida para contextualizar la mayor parte de los universos literarios, pero lo es de una forma especialísima en el caso de Unica Zürn, porque la escritora alemana tuvo el atrevimiento de convertir en materia literaria sus crisis mentales. El resultado será una obra corta pero que refleja, con la fidelidad del azogue, lo inquietante, lo fatídico, lo siniestro, signos que definen a la perfección tanto la obra como la vida de la escritora y pintora Unica Zürn (Berlín 1916-París 1970). En efecto, la misteriosa personalidad de esta mujer queda reflejada e una obra corta, relatos autobiográficos sobre todo, calificada como una de las mas inquietantes del siglo XX. Ediciones Siruela nos permite estremecernos con su última obra, la novela corta Primavera sombría. Unica Zürn sedujo con su personalidad irresistible y enfermiza a los surrealistas: a Hans Arp, André Breton, May Ray, Max Ernst, Marcel Duchamp, Henri Michaux y, de manera especial, a Hans Bellmer, con el que convivió muchos años y que pintaría su retrato en “Poupée”, carne desnuda y atada con un cordel como para ser asada en el horno. En su compañía, Unica atravesó períodos de esquizofrenia, fases delirantes, viajes al infierno de si misma, en la búsqueda de respuestas que aparecerán en sus cuentos y novelas. Al final, herida por todos y sumamente vulnerable, se suicidará en 1970.
   Primavera sombría es un libro de secretos. El descubrimiento de las intimidades de una salvaje iniciación a la vida. La búsqueda obsesiva del sexo por parte de una niña, búsqueda que la llevará al suicidio. La primavera de Unica es sombría, no conduce al verano sino a la muerte y, mientras tanto, la escritora observa la vida como si fuese un hecho infinitamente alejado de su centro vital. Con razón pues se puede afirmar que leer este libro, como observa la prologuista Menchu Gutiérrez, equivale a recorrer el camino que va del suicidio soñado y acariciado al suicidio real que tendrá lugar cuarenta y dos años más tarde cuando Unica Zürn, infinitamente vulnerable al aire de todos los males, se arroje realmente al vacío desde el balcón de un apartamento parisino, después de escribir prosas desgarradas, pintar sus pesadillas y monstruos, amar desesperadamente y hundirse en el infierno de la esquizofrenia.
   Resulta conveniente leer detenidamente el prólogo de Menchu Gutiérrez para poder captar en su plenitud la personalidad extrema de esta escritora atormentada. El relato de Primavera sombría es plenamente autobiográfico. La propia escritora permite que la observemos como objeto de estudio de una peculiar anatomía corporal e emocional. La escritora adulta parece señalarnos la intersección de las piernas de la niña Unica, piernas que abre sin pudor para que podamos expiar como bate sus alas el despertar del deseo. El  relato, construido desde la esquizofrenia, tiene el poder de transformarnos de forma salvaje. Su desnudo emocional, de alguna manera, nos desnuda también a todos nosotros.
   Primavera sombría es literatura de escalofrío. Lo que se nos cuenta en sus páginas (¿confesión?, ¿declaración?, ¿desahogo?) pose una naturaleza ardiente: la iniciación erótica, la formación de una personalidad, la respuesta personal ante los enigmas de la vida, contado todo con lengua de hielo y con la mirada distante del analista. Como el relato de un incendio en el que el secreto se nos transmite sin pizca de pudor
   La prosa de trazo breve de Primavera sombría, con constante sucesión de escenas simbólicas y de personajes que van marcando a la niña, atrae al lector de manera morbosa. Pero a la vez recrea un universo absurdo y gélido de búsqueda del  placer sexual exento de cualquier connotación afectiva que conducirá al suicidio en la frontera de la adolescencia. Atrae y subyuga de forma morbosa la prosa implacable de Unica Zürn. Prosa de trazo breve y con sucesión de símbolos y escenas por las que desfilan personajes que van marcando a la adolescente y con las que recrea un mundo absurdo, infinitamente alejado de cualquier connotación poética.  Al leer Primavera sombría y presenciar la iniciación sexual de la adolescente y cómo revienta el masoquismo, resulta imposible no imaginar el cuerpo adulto que Hans Bellmer utilizó como modelo para su famosa “Poupée”, carne desnuda atenazada con un cordel como un lomo de cerdo que va a ser asado en el horno. Carne de una alucinada que va a ser asada.

Francisco Martínez Bouzas


Unica Zürn, fotografía  de su cuerpo atado por Hans Bellmer y retrato
                                           

Fragmentos

“Ella no sabe que el matrimonio de sus padres es un fracaso, pero lo sospecha cuando el padre lleva a casa a una señora desconocida, muy guapa y elegante, que le regala una enorme y preciosa muñeca. Ella, resentida y desesperada por la triste situación de su casa, con un cuchillo saca los ojos a la muñeca, le abre la barriga y rasga su bonito vestido. De los mayores, nadie se digna decir ni una palabra acerca de esta destrucción. Ella ve a su padre pendiente de la señora guapa, ajeno a la presencia de la niña. Ella siente que la invade una soledad espantosa y empieza a odiar el mundo de los mayores. Aparece el marido de la señora guapa -un escandinavo gordo y rubio platino-, y la madre se dedica  a él como si fuera lo más natural. Viven ahora en la casa dos parejas que no disimulan sus relaciones. Para quitar de en medio a la niña, la madre la manda  a la cama después de comer. Imposible dormir en la habitación obscurecida. Ella piensa dónde puede encontrar su propio complemento. Se lleva a la cama todos los objetos duros y alargados que encuentra en su cuarto y se los introduce entre las piernas: unas tijeras frías y relucientes, una regla, un peine y el mango de un cepillo. Mirando a la cruz de la ventana, busca su propio complemento masculino. (…) Al despertar una mañana, recuerda que durante la noche le ha sucedido algo estremecedor. Pero, de tanto jugar con su cuerpo, está agotada y el corazón le late con tanta fuerza que casi no puede respirar”

(Unica Zürn, Primavera sombría, páginas 25- 27)

2 comentarios:

  1. Desgarrador el trozo que consignas, querido Francisco!
    Y qué ganas de poder llevarte el paso con las múltiples lecturas de las obras que reseñas!!! Siempre de manera incitadora. Y siempre, -desde esta orilla con gran parquedad de oferta literaria-, lamentando no tener acceso a los libros reeñados!

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  2. Hai tempo que descubrín a esta escritora que se tirou pola ventá simplemente para ver como quedaba o seu corpo debuxado sobre a herba, que posición adquiriría, que formas... estou interesada pola literatura escrita baixo as consignas das enfermedades mentais, grazas, Francisco por reseñar este título e por ser brúxula de lecturas.

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